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Nil Moliner: “Faltan más momentos de soledad en nuestra sociedad para conocerse”

Lanza “Un secreto al que gritar”, su segundo álbum y con el que, asegura, sus seguidores “van a conocer una parte de mí y da un poco de vértigo, un vértigo al que estoy enganchado”

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Entre el sonido de las ambulancias y las alturas de la Gran Vía, Nil Moliner nos recibe con una evidente emoción en sus ojos. Acaba de lanzar las entradas para “Locura Tour” y está a punto de publicar “Un secreto al que gritar”, su segundo álbum, que ya está disponible. “Estoy que no me lo creo, aún tengo que asimilarlo todo, está siendo una locura”, confiesa a LA RAZÓN, “estoy nervioso, porque las canciones hablan de mis secretos, van a conocer una parte de mí y da un poco de vértigo, un vértigo al que estoy enganchado”. Tras alcanzar el disco de oro con su disco debut “Bailando en la batalla”, el artista catalán ya se convierte en uno de los artistas más destacados del panorama musical español actual. Ahora, se presenta con un proyecto más emotivo, desgarrador, a la vez que rítmico y optimista.
-¿Qué secretos desvela?
-Es un disco autobiográfico. Escribo sobre cosas que me pasan a mí, cosas que vivo, que veo, que me cuentan, que me emocionan. Al secreto al que le grito en el disco es la gente, la que me motiva seguir escribiendo y haciendo cosas por ese directo que no sería posible sin los que vienen a verme.
-¿Se siente vulnerable al contar sus emociones?
-Es algo que no quiero pensar mucho, en el sentido de que cuando escribo no pienso en si esa canción la va a escuchar alguien. Si no, me pongo nervioso y no escribiría nada. Sí que es verdad que cuando llega el momento, me encanta compartir canciones, vivencias. Que mucha gente se pueda sentir reflejada en eso me encanta.
-Mientras componía, ¿realizaba una introspección?
-Me lo paso muy bien escribiendo, para mí es una terapia, un ejercicio de supervivencia. El escribir, necesitar plasmar cosas sobre un papel y transformarlas en canción es algo que me encanta. Nos hemos divertido mucho en el estudio componiendo, produciendo el disco, porque yo no tengo un estilo en concreto. La música es libertad, y si digo que hago pop rock me pongo muros, y si algún día me pongo más flamenco no lo voy a poder hacer. Me encanta, dentro del pop, investigar sonidos, nuevas producciones, e incluso nuevos productores, para jugar con la música. Es un juego y me encanta ponerle una banda sonora a cada letra y a cada historia.
-Esa tendencia a no encasillarse, ¿se debe a la vorágine musical que hay actualmente?
-Tengo bastantes influencias y consumo muchísima música. Me encanta hacer algo más urbano, o de repente algo más pop rock típico español, o algo más reggae, más folk o más soul. Eso me hace sentirme vivo.
-¿Qué influencias son?
-Muchísimas. Como Bruno Mars, Queen, John Mayer, Jammie Cullum, El Canto del Loco, Pereza, Fito, M-Clan... Ahora mismo escucho de todo y a mí me encanta descubrir música nueva, de distintos estilos. Siempre se me queda algo en el subconsciente de lo que escucho.
-El single se llama “Libertad”: ¿de qué libertad nos habla?
-Es una definición de ese momento épico que hemos vivido muchos de nosotros cuando vamos en coche, con el volumen a tope y sacamos la mano por la ventanilla cortando el aire. Todos lo hemos gozado, e incluso recordamos momentos así de viajes con amigos, solos o lo que sea. Me pasó que estaba en un momento de equilibrio máximo de mi vida, muy feliz, y al final esa es la libertad de uno mismo, sentirse realizado.
-¿Es fácil ahora sentirse así de libre?
-Fácil no es, supongo. Porque pasan muchas cosas. Vivimos de manera muy rápida y a veces tenemos poco tiempo para pensar en nosotros y nosotras mismas. Yo invito a todo el mundo a que lo haga. Hay una canción en el disco que se llama “Soledad”, de una manera desde la tristeza, pero también de lo que significa la soledad, que es algo muy positivo y necesario para conocerse. Faltan más momentos así en nuestra sociedad para conocerse y estar bien con uno mismo antes de estarlo con la demás gente.
-Decía en una entrevista que hay que ser positivo, pero que si hay que llorar, se llora...
-Totalmente. “Solo” habla de eso, de sentirse mal, de aprender de ese momento emocional desde la tristeza, que no pasa nada por estar mal. Tenemos que estar mal para valorar luego el estar bien, y es magnífico. A veces nos agobia mucho cuando estamos en un mal momento, en una mala etapa, pero totalmente normal. Disfrútalo a tu manera, pero sé consciente de que va a haber momentos en que todo va a salir bien.
-¿Se le podría considerar como profeta del “buenrollismo”?
-Yo escribo canciones y no intento ser positivo a la hora de escribirlas. Sí que soy un tipo positivo y eso indirectamente se refleja en mis canciones. Mi idea no es escribir una canción positiva, sino que escribo sobre experiencias que me pasan, y si al final la gente lo recibe de una manera optimista, es algo que me encanta y me flipa. Pero no es mi punto base. De hecho, en el disco puedes encontrar canciones como “El aire que me mata” o “Mejor así”, que son desde la tristeza, las canciones crudas y que duelen.
-¿Le dolió escribirlas?
-De hecho tengo la experiencia en “Mejor así”, que es una canción muy cruda, que habla de una ruptura, de cuando dos personas se tienen que separar y entienden que es mucho mejor así, y yo la grabé en casa, la maqueta, y la grabé llorando, porque era una canción que acababa de vivir. Cuando fuimos al estudio a grabarla en condiciones, con los productores, empecé a grabar las voces y veíamos que no quedaba como la maqueta, con esa intención, y usamos las voces de la maqueta, tal cual, donde estoy llorando. Eso se percibe y se conecta. Recuerdo estar con el micro hecho polvo, cantando, y eso llega mucho más.
-Ante el éxito que obtuvo con su álbum debut, ¿ahora qué expectativas tiene?
-No me gusta tener expectativas de nada. Al final, me dejo fluir, porque si tuviera expectativas y no llego, no sería un fracaso, sino mentirme a mí mismo. El primer disco me encantó cómo fue, la recibida que tuvo, en el directo cómo canta la gente las canciones, me parece alucinante. Y con este segundo ya veremos qué pasa. Tengo ganas de que salga, de recibir el feedback, de que la gente lo escuche. Ya pasará y que venga lo que sea.
-Como músico, ¿cómo ha evolucionado?
-El proceso ha sido el mismo. En la manera de componer igual sí le he dado un punto más de mimo que quizá el primero no lo tuviera, que era un poco más disperso. Le he dado muchas vueltas a la canción, escucharla muchas veces y que me emocionara de verdad. Al final he escogido las canciones que más me emocionaban a mí.
-¿Qué tienes ahora en la cabeza?
-Tengo a mi equipo frito. Yo compongo casi una canción a la semana y necesito. Escribo por supervivencia, necesito escribir mucho. Y ya tengo muchas cosas en mente y otras locuras en la cabeza que ojalá lleguen pronto. Pero ahora centrarme en el disco, en la gira.

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