El pianista brasileño Nelson Freire, uno de los más reconocidos y valorados a nivel mundial, murió ayer en su casa de Río de Janeiro a los 77 años, según informa la Prensa local. El artista no aparecía en los escenarios desde 2019, pues sufrió una fuerte caída y una fractura, fue operado varias veces y así imposibilitado a continuar en su carrera musical. La causa de su fallecimiento no se ha concretado, dejando así un gran vacío en el panorama de la música clásica, pues fue un gran pianista y un extraordinario intérprete que trabajó en las grandes orquestas del mundo.

Nacido en Minas Gerais el 18 de octubre de 1944, Freire comenzó a relacionarse con el piano con tan solo 3 años, mientras veía a su hermana estudiar dicho instrumento. Dio su primer recital dos años después y su talento era tal que no tardó en viajar a Europa, donde comenzó a estudiar a los 12 años con los mejores profesores del momento, como Nise Obino y Lúcia Branco.

Considerado como uno de los mejores intérpretes de Beethoven, Freire también destacó al tocar obras de Chopin o Villa-Lobos. Con poco más de 20 años, debutó en Nueva York, donde recibió el impulso hacia la fama: la revista “Time” destacó entonces que se trataba de “uno de los pianistas más emocionantes de todos los tiempos. De esta o cualquier generación”.

En 2019 fue reconocido con el Premio Konex Mercosur como uno de los mejores artistas de la música clásica en América Latina, así como en 2007 se alzó con el Classic FM Gramophone Award, considerado como el Oscar en su disciplina.

Joao Carlos Martins, otro gran músico brasileño, lamentó la pérdida de su “amigo” en declaraciones a CBN: “Freire será preservado para la eternidad por sus grabaciones. Era solicitado por todas las grandes orquestas europeas, también en Estados Unidos y Asia. Era una persona que, ante todo, antes de ser un pianista genial, era una buena persona”.