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Alejandro Sanz: «No tenemos derecho a exigir a los artistas rusos que se posicionen»

Tras actuar en América, la gira «Sanz en vivo» continuará en España con 17 conciertos en 13 ciudades entre junio y julio

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Dice que comenzar una gira en el Wanda Metropolitano «es de valientes», pero que también lo fue cuando inició en el Benito Villamarín su último tour. En el primer estadio nos recibe, dispuesto a celebrar la vuelta del directo y a reivindicar su trabajo: el de hacer música como forma de evasión y acompañamiento en cada instante vital. Y qué mayor forma de valentía que la de combatir con melodías a ese silencio que envuelve a la actualidad, tan cambiante e imprevisible. Alejandro Sanz incluirá en «Sanz en vivo» canciones de siempre, de su nuevo álbum, «Sanz», y ante todo, promete, «va a ser una gira muy bella». Comienza en Colombia, Centroamérica y el Caribe, para aterrizar con 17 citas en 13 ciudades de España entre junio y julio.
Una gira bella, ¿en qué sentido?
Hay muchas ganas. Se lo debemos a la gente. Necesitamos volver a vivir el acontecimiento del concierto. Vamos a preparar ciertos ambientes en los alrededores para que la gente pueda estar a gusto y relacionarse. Va a ser todo un evento.
Tras haber realizado tantos conciertos, ¿cómo innova?
La música, por sí sola, es una magia que no necesita trucos. Es tan poderosa que no necesita mucha historia. Nosotros tratamos de dar un espectáculo completo. Que musicalmente, emocionalmente y a nivel visual sea un viaje.
Musicalmente, ¿cómo será?
Quiero hacer una combinación interesante: incluir algunas canciones de «Sanz» y relacionarlas con las de toda la vida. Porque en este álbum reivindico una forma de hacer música, y esa conversación entre este nuevo disco y los primeros, puede ser muy bonita.
¿Ha descartado alguna canción a propósito?
Descartar, no. A veces no entran en los «set list», pero lo harán más adelante. Uno nunca reniega de una canción, ¿cómo vas a hacerlo? Al final alguien siempre la hace suya. En mi primera gira tenía que hacer una hora y media mínimo de concierto y solo tenía 10 canciones. Eso sí era un problema. Hacía versiones de mis propios temas, daba unos discursos enormes como si supiera de algo... Hasta que llega ese momento en que tienes 100 canciones y tienes que decidir.
Creó «Sanz» durante el «shock» de la pandemia, y ahora anuncia gira en pleno «shock» de una guerra: ¿cómo lo está viviendo?
Guerras ha habido siempre y no a todas le prestamos atención. Siempre hay cosas por las que sufrir, de las que arrepentirse. Esta contienda es especialmente cruel, porque no nos la esperábamos y porque es irracional. Es como todas, una guerra estúpida y cruel, sobre todo porque significa el fracaso de la política en Europa y en el mundo. Y eso es todavía más triste. Los músicos tenemos que poner tiritas en heridas gigantescas. La música nos evade, y yo quiero hacer eso, que es mi trabajo. No formar parte de tanto ruido incomprensible, porque ahora con el ruido de las bombas ni se oyen las opiniones.
¿Por qué cree que prestamos más atención a esta guerra?
Porque está dentro del continente y está implicada una de las grandes potencias nucleares del mundo. Esos pequeños detalles...
¿Qué opina sobre que se les exija a los artistas rusos que rechacen la invasión?
Nuestro trabajo es el que es, y luego puedes tener la opinión que tengas y eres libre de darla o no. Condicionar a una persona a que la de su opinión, sobre todo viviendo en Rusia en una situación en la que desconoces las represalias... No puedo culpar a nadie de no querer opinar. Es muy fácil exigirlo desde la comodidad de Occidente y nuestra situación privilegiada. Pero hay que ponerse en la de ellos. No hay que confundir al pueblo ruso con el gobierno ruso, y el pueblo está siendo muy valiente y solidario con Ucrania. Hay más de 12.000 detenidos por manifestarse contra Putin. No tenemos ningún derecho a exigirles a los artistas rusos que se posicionen, es una gran frivolidad y un poco cruel por nuestra parte.
¿Qué haría si en su país se viviera una injusticia similar?
Son países completamente diferentes. Depende de a quién tengas de frente. El primer instinto es el de ir contra la injusticia, y al vivir en un país democrático uno asume unos riesgos razonables para dar su opinión. Pero esos países no son razonables, es complicado opinar, y pasa allí, en Venezuela y en muchos lugares.
Mantener una opinión, seguir siendo uno mismo con tantos seguidores, no debe ser fácil.
Escribo canciones, hago conciertos y ese es mi trabajo. A veces tienes que elegir muy bien por qué dar una opinión, porque lo único que haces es crear más ruido, y este nunca lleva al entendimiento. Cuando quieres que algo funcione, procuras que no haya mucha gente en la discusión o decisión, porque cuanta más, peor. Las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno.