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Bertín Osborne: «Este país está lleno de tontos que me critican porque no me callo»

Publica «Yo debí enamorarme de tu madre», un disco de rancheras cuyo título, para los malpensados, es de José Alfredo

Foto: Alberto R. Roldán
Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Publica «Yo debí enamorarme de tu madre», un disco de rancheras cuyo título, para los malpensados, es de José Alfredo

Cuenta que tenía ya un disco preparado de canciones pop cuando se presentó una visita inesperada. Era Chucho Rincón, un ilustre músico mexicano de toda la vida que acompañó en su día a José Alfredo y que preside el Instituto Mexicano del Mariachi. «No me llamaron por teléfono, sino que se presentaron –explica Bertín Osborne (Madrid, 1954) sobre el origen de su nuevo disco, Yo debí enamorarme de tu madre–. Y me dijo que querían hace un album con el único extranjero que canta rancheras como un mexicano. No pude decir que no».

–Vaya honor que le digan a uno eso, ¿no?

–Me costó trabajo, pero agradezco mucho a Rocío Dúrcal que abriera ese camino en México. La llamaban la señora de la canción y siendo española la consideraban mexicana, era más importante que aquí. Y Chucho me dijo que desde que murió Rocío soy el único que queda.

–El título generó cachondeo.

–Era consicente de que iba a pasar. Y fue divertido, porque no tengo nada que ver en eso. La canción es de José Alfredo y se la escribió a su mujer. Su historia de amor empieza cuando un amigo suyo le pidió que apadrinara a su hija para abrirle paso en el mundo de la canción en el DF. Era 30 años más joven, pero se enamoró de ella y terminaron casándose y tuvieron tres hijos. La canción es preciosa.

–Pero hoy en día, con las sensibilidades que hay...

–Bah, eso son cuatro gilipollas (risas). A mí me la suda directamente, porque hay una cantidad de imbéciles en las redes que no puedo con ellos (risas). Da igual, como yo no los leo y ellos no son mi público, pues me importa un carajo. Ellos me critican porque no me callo y me da exactamente igual. Pero bueno, que quede constancia que no soy yo quien la ha escrito y que es una historia real.

–Le veo irritado.

–Nada, hombre, es gente aburrida que no tiene nada que hacer.

–Pero sí que calculó que esto tendría cierto impacto, ¿no?

–Claro, es que es muy llamativo. Sabía que daría que hablar.

–El resto no es tan picante.

–Bueno, hay una buenísima que es «Llegó borracho el borracho», que la canto imitando la voz de medio etílico.

–Le dirán que hace apología de algo indebido.

–Me la sopla. Me las agarro mortales hasta en el programa, a mí qué más me da. Y si somos un país productor de vinos, pues vino español, siempre.

–Eso hay que reivindicarlo. Más vino y menos tequila.

–Después de comer sí que me tomo un tequilita, cuate.

–Se enganchó con Gabriel Rufián en Twitter hace poco.

–Es que hay más tontos que botellines. Aparte que lo que dijo es un honor. Yo soy español, y orgulloso porque he viajado y he visto lo que hay. Consumo productos españoles, no me verás con productos extranjeros, hasta mi teléfono móvil es español.

–Ojo, que canta rancheras.

Bueno, porque el flamenco no se me da bien.

–Conviene viajar, eso seguro.

–Mire, he estado cinco días en EE UU y dos en Oxford, que tengo a un hijo estudiando allí. Eso es una mierda y hay que decirlo. Estaba loco por llegar a Barajas. Somos unos privilegiados, pero hay mucho acomplejado.