Culto al Villamanuela
En su quinta edición el festival lanza una apuesta por los clásicos punk y la música experimental
En su quinta edición el festival lanza una apuesta por los clásicos punk y la música experimental .
El tiempo pasa volando. Sino que se lo digan al Villamanuela, un festival que nació hace cinco años para dar nueva vida y prestigiar la zona de Malasaña y Conde Duque. Al habla Edu García, capo de la promotora Giradiscos y uno de los organizadores. «Han sido 5 años de aprendizaje – comenta–, de sufrir mucho pero de darnos muchas satisfacciones, y estamos orgullosos de lo que hemos conseguido y de haber llegado vivos a esta edición después de lo que hemos pasado y teniendo en cuenta la ciudad en la que vivimos». La fórmula para el éxito ha estado clara desde el principio: una programación de conciertos desperdigada en varias salas y con el denominador común de apostar por artistas y grupos en los márgenes. Sí, ya sea emergentes o clásicos respetados, el Villamanuela ha traído a Ma-drid héroes de culto dentro del «underground» y, ojo, siempre tocando un montón de palos musicales. Es más, su selección va más allá del indie. Solo hay que echar un vistazo al cartel de este año para comprobarlo: clásicos del punk y la música experimental como Pere Ubu, This Is Not This Heat, Simon Crab o Black Dice, figuras de la psicodelia espacial como Peter Kember y Jason Holt (juntos repasarán temas de Sonic Boom, Spacemen 3 y Spectrum), el esperado retorno de Grabba Grabba Tape o nuevas figuras como la iraní Nadia Tehran, Damed Squad y la africana Farai. Dentro de esa lista, García recomienda tres conciertos. «This is Not This Heat», porque es uno de esos grupos que por su ética nunca hubieran vuelto, cuarenta años después ni más ni menos, y es un lujo para un festival tan modesto. Javier Díez Ena porque es un músico madrileño con una trayectoria impecable y que tras mucho trabajo ha conseguido hacer un disco y un directo, basado en el uso exclusivo del “theremin” que no tiene equivalente en el mundo. Y Black Dice porque seguramente sea la última oportunidad de verles en directo y ese directo es espectacular y atronador».
Pequeño y urbano
El Villamanuela presenta cambios en su nueva edición, que se celebra hoy y mañana. El Teatro Barceló acogerá a los cabezas de cartel y los shows continuarán de forma en otras tres salas: Siroco, Tempo Club y Café La Palma. La naturaleza de festival pequeño y urbano dedicado a bandas desconocidas es lo que define al Villamanuela, pero, ¿cuál es su función dentro del calendario festivalero madrileño? «Sumamos riqueza y diversidad a la oferta cultural –apunta García– y llenamos un hueco que no cubren los grandes eventos y promotores porque no es su negocio. Nuestro objetivo es ofrecer al público la oportunidad de disfrutar de artistas difíciles de ver y descubrir nuevas promesas en la cercanía de una sala pequeña antes de que den el salto a ligas mayores. Hacemos una labor didáctica».
Siguiendo el hilo de la respuesta, hay quien acusa a los macrofestivales de estar acabando con la música en directo de base. «Se puede dar el caso en Barcelona pero no en Madrid», afirma. «Aquí los macrofestivales que hay son recientes y aunque parezca descabellado lo que voy a decir, a mí me parece que contribuyen a que haya más interés por la música en directo». Y lanza una reflexión sobre la oferta de música en vivo de la capital. «Igual soy optimista, pero veo que de un tiempo a esta parte no paran de abrirse salas nuevas o reabrirse espacios cerrados, y la complicidad con las instituciones va cada vez a mejor desde hace un par de años. Vivimos un momento bonito para la música en directo en Madrid».
García no se corta a la hora de citar festivales españoles amigos; espejos en los que mirarse. «Tenemos grandes pequeños eventos como WOS, Mira, LEV, Monkey Week, BAM, Sinsal, Lapsus, Mugako, Electrónica en Abril, Funtastic y tantos otros que se me quedan en el tintero por los que merece la pena ver el vaso medio lleno en materia festivalera». Por cierto, ¿dónde ve el Villamanuela en diez años? «Cada año ha sido diferente al anterior,así que ni idea. El primero, muy modesto, no esperábamos nada más que sembrar para el futuro y fue un exitazo. El siguiente, quizá quisimos crecer demasiado y no funcionó como debiera. El tercero fue un exitazo pero no he llegado a comprender porque económicamente salió tan mal. Y el año pasado, con cuatro perras, conseguimos una programación muy interesante y única. Este es el primero en el que además de programar los conciertos, manejo el presupuesto como director, lo que está siendo una experiencia; pero me quedo con la satisfacción de traer a un grupo tan importante para la historia de la música reciente como This Heat, de haber conseguido juntarle con otros dos referentes como Pere Ubu y Spectrum, y que además hayamos conseguido una programación variada que puede atraer desde los más jóvenes hasta los más curtidos».