Dolora Zajick también compone

La presencia en un concierto de Dolora Zajick, una de las grandes mezzos de las últimas décadas, no podía pasar inadvertida, aunque su intervención canora no fuese amplia. De ella hemos descubierto que sabe componer, que ama la enseñanza, que posiblemente tiene raíces judías y que siente un fervor especial por Santa Teresa de Jesús. Durante su estancia en Madrid no vaciló en dar una clase magistral al Coro de la Comunidad de Madrid, del que 18 voces femeninas intervinieron en el estreno en España de su obra «Roads to Zion». Dividida en tres secciones con la central como intermedio orquestal, se basa en poemas y palabras de la Santa y fue estrenada en la Catedral de San José de California hace un año con motivo del 500º aniversario de su nacimiento. La mezzo consultó a conventos de carmelitas, se documentó en las músicas judías y españolas y escribió una pieza de apenas quince minutos que tiene su interés. Partitura sencilla, coqueteante con la bitonalidad que busca precisamente la sencillez de las religiosas y que contiene elementos musicales que sugieren la vida conventual, incluidas las campanas de llamada al rezo. La voz de Zajick sigue conservando ese registro grave que la aproxima a una contralto, la tesitura para la que está escrita y así lleva el nombre la «Rapsodia para contralto» brahmsiana. Fue la obra de Zajick un buen prólogo para la delicadísima de Brahms, pero una pena que esta característica no fuese traducida con exactitud, en parte porque el timbre de ella no acabó de encajar con un coro masculino que no tuvo su día. Víctor Pablo Pérez ofreció en la segunda parte de este breve concierto un concepto claro y equilibrado de la «Segunda» sinfonía del mismo autor, partitura repleta de melodías y en la que la cuerda es fundamental. La Orquesta de la Comunidad tuvo una intervención esforzada, pero no pudo ocultar su inferioridad respecto a otras agrupaciones que pasan por el Auditorio Nacional, españolas incluidas.