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Estopa: "Nuestra utopía es nuestro barrio"

El dúo vuelve con «Estopía», el undécimo trabajo de su carrera, antes de iniciar una gira por grandes estadios

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Hace 25 años irrumpieron con un debut que volvía a poner de moda la rumba. José y David Muñoz, Estopa, siguen en la carretera con su undécimo disco, «Estopía», casi un diario de sus aventuras de extrarradio que se publica el próximo 23 de marzo. Este año, los Muñoz llenarán el Civitas Metropolitano, el Estadio de la Cartuja y el Olímpic de Montjuic. «Podríamos haberlo llenado tres veces, pero dijimos: ‘‘Que no, pesaos’’». Su gira española, que dura de mayo a octubre, pasa por Bilbao, Alicante, Murcia, Sevilla, Valencia, Madrid, Granada, Las Palmas, Barcelona, Gijón, Cádiz, Fuengirola, Almería, Girona, Albacete...
Cumplen 25 años de carrera, ¿qué les suscita eso?.
David: No grandes cosas. Estamos bien, nos encontramos bien. Y los 45 de ahora no son los de antes. Seguimos jugando a basket, seguimos leyendo cómics, jugando a la consola... yo de pequeño que ser adulto era una mierda porque no me gustaría hacer todo eso. Y no. O no me he hecho adulto mental todavía. Cuando cumpla 80 igual me parece una mierda el "Call of Duty 20".
José: Yo lo único que noto es que antes comía solo cuatro cosas, era de menú "Happy meal”, y ahora he abierto mi mente. Me gusta la verdura y el pescado.
En el disco hay síntomas de “peterpanismo” galopante. Canciones sobre tener resaca, por ejemplo.
J.: ahora dura más la resaca que la borrachera. Es el mayor cambio.
D.: salir de fiesta también te conserva joven. Al menos la mente. El cuerpo, igual, no.
¿Cuántos días a la semana van al bar?
D.: la pregunta es cuándo no vamos. Es que tengo colegas que están en el bar al lado de casa... y soy de liarme fácil. Hacemos mucha vida de barrio, de vecinos. Tenemos un club de boxeo que se llama “El club del KO” sin profesor ni nada. Es un sótano con cuatro cachivaches... y el lema es: "El entreno no ha acabado hasta que una birra te has tomado".
¿Y cuántas veces quedan a componer?
D.: Todos los día a primera hora. A la una (risas).
¿Cómo sería esa “Estopía”?
D.: es un lugar mítico. En realidad, la "Estopía" es Cornellá, lo tiene todo. Están todos los personajes de nuestras canciones, nuestra genética. Nuestra utopía es nuestro barrio, nuestra ciudad. La mítica Cornellá.
J.: Pero hay muchas Cornellás. Porque eso nos lo dicen en Vallecas, que pasa lo mismo que contamos nosotros. La gente trabajadora no tiene país.
Han compuesto su primera canción en catalán.
D.: Salió de manera natural. Nosotros pensamos en castellano y por eso escribimos en castellano, pero esta canción nace en el Barrio de Gracia, por donde pasé y vi la placa de donde pone que nació el Pescaílla. Y me pareció un melocotonazo. Le hice una foto y escribí la canción en catalán porque la placa estaba en catalán.
Que sea una rumba en catalán que no es el lenguaje “oficial” de la cultura catalanista tiene un significado...
D.:Pues... yo creo que la rumba es patrimonio y que cada vez están más por la labor de protegerla.
¿Ustedes se han sentido arropados por las instituciones?
D.: Ni arropados ni desarropados, pero sí hemos recibido cariño en todas partes. La Generalitat nos dio la Creu de Sant Jordi, que no sé para qué vale (risas). No sé cuánto tengo que estar contento por ello, pero la gente me llamaba para felicitarme. Ahora nos han dado la medalla al mérito en las Bellas Artes y tampoco sé lo que es.
J.: Nuestra madre se puso muy contenta. Pero no te da inmunidad diplomática...
Van a meter a 60.000 en el Wanda y 70.000 en Montjuic.
D.: Es demasiado lo que nos quiere la gente. No ha tocado allí ningún grupo español. Ha ido Springsteen, Rolling, Madonna...
J.: Cada vez que acabamos la gira nos entran ganas de dejarlo. Por eso hemos puesto un concierto por semana. Porque no te puedes poner malo, tienes que estar en buen estado de forma...
D.: cuando se agotaron tan rápido las entradas del estadio Olimpic y del Metropolitano, que fueron a la vez, el promotor nos dijo: "vamos a hacer otro. Podemos hacer tres”. Ellos saben, lo tienen calculado. Y nos dijo que tres de cada. Y yo le dije: “olvídate”. No quiero saber nada. Quiero vivir el concierto.
J.: había 100.000 personas en la lista de espera. Pero teníamos tanta incertidumbre antes de llenarlos, que me entró un tic en el ojo.
D.: Queremos terminar el concierto y hacer celebración con los colegas después, porque si celebras, al día siguiente no hay quien cante. Y mira, luego hacemos sitios enormes en Sevilla, Valencia... preferimos ir de gira por toda España. Vamos a todos lados. Yo prefiero eso. Y en todos sitios nos han dicho de hacer otra fecha. Que no, pesados.
David. Me parece increíble. Nosotros no tenemos ese nivel de profesionalidad. No podría hacerlo, al tercero estaría cascado.
No tienen esa ambición ni pizca de avaricia.
David: No queremos ser los más ricos del cementerio.