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Música

Madrid

Miguel Campello: «La separación de Elbicho va para largo»

Ante el lanzamiento de su segundo disco en solitario, Miguel Campello, el que fuera cantante de Elbicho, vive dividido entre el deseo de volar libre como las aves y poner los pies en el suelo, lo que en parte motivó la separación "temporal"de su banda, que según ha dicho hoy "va para largo".

"Dentro de Elbicho había gente que no entendíamos el tipo de éxito hacia el que andábamos", ha dicho a Efe el artista ilicitano, que rechaza las prácticas más capitalistas de la industria discográfica y que dice que no había hueco para ellos en las listas de éxitos a golpe de talón.

Insiste en que necesitaban un respiro y que la relación entre ellos es ahora "inmejorable". Sin embargo, en este paréntesis se han puesto "a tener chiquillos"y a darse tiempo para verlos crecer, por lo que su reunión no será inmediata.

Lo dice en una entrevista ante la publicación de "Chatarrero 2, pájaro de vuela libre", su segundo disco, con temas que van desde el reggae y el rock hasta la bulería, bajo la producción de Tino di Geraldo y Guillermo Quero, responsables también del anterior.

Su deseo es hacer cosas con la misma "realidad"que tenían los cantes de Camarón o las coreografías de Michael Jackson y así ha surgido este nuevo álbum, en el que vuelve a recoger los cacharros que se encontraba por el camino.

Entre ellos, muchas jaulas vacías, las de los pájaros que espía en su "libertad sin hipotecas"y que han dado título tanto a este trabajo como a uno de sus singles.

"Yo no me siento libre, porque si lo hiciese, sería un prepotente. La libertad no la puede comprar ni un futbolista", afirma rotundo.

La falta de libertad para él, que opina que hay que vivir con lo mínimo posible, viene de no entender determinadas cosas como la muerte de familiares y amigos, que le hace pensar que "estamos aquí de paso".

Lo expresa en otro de sus nuevos singles, "Gallos de pelea": "Y es que la vida se nos pasa por momentos, no tengo tiempo para ver pasar los días, se me hace raro, se me hace raro que no sonrías, que no sonrías".

"Por mal que estemos, alguien me dijo que el pobre, para llegar a ser pobre, tiene que perder muchas cosas, empezando por las ganas de vivir", apunta Campello, que apuesta por "disfrutar esta vida más allá de la música".

Eso se convierte en una tarea difícil con el panorama que arrojan los informativos, cuyo contenido dice que a menudo le provoco hasta el llanto, "aunque suene moñas".

De ahí viene también cierto fatalismo. "Por mucho pensamiento libre que tengas, siempre viene alguien y te lo jode", lamenta.

Con todo, él se siente feliz de que "aquel Miguelito con más faltas de ortografía que nadie en el colegio"haya sido capaz de escribir algo que haya ayudado a otros.

Esa necesidad de crear cultura y un bagaje intemporal para los que vienen por detrás, como su hijo, le permitió conectar con Luz Casal, que colabora en el álbum, al igual que la gran Carmen Linares, "por pura amistad, de una forma natural, nada premeditada".

El próximo 16 de mayo, arranca su gira en el Gran Teatro de Elche, un recinto que le trae "muy buenos recuerdos de infancia"y al que tantas veces se ha subido.

"La pena que es que no estará mi abuelo Antonio -el chatarrero al que alude en el título-, que era el que siempre estaba ahí, en primera fila", remacha.