Música

Rubén Pozo: «Voy a ser un poco impertinente»

Presenta en Inverfest las canciones de «Vampiro», su último trabajo

El músico Rubén Pozo
El músico Rubén PozoLa Razón

Lleva una vida consagrada al rock & roll y una década ya construyendo una obra en solitario, con la humildad de los principiantes. Rubén Pozo (que ha sido parte de Buenas Noches, Rose y de Pereza) acaba de publicar «Ha llegado el día», un capricho discográfico en forma de siete pulgadas con dos canciones que funcionan como el epílogo de «Vampiro», el que hasta ahora es su último trabajo en solitario y que presenta en el marco de Inverfest este jueves. Ya van, con estas dos últimas, cien canciones con su firma a lo largo de su carrera, cuyos títulos dan forma a «Catálogo», un tema que hilvana algunos de sus mejores estribillos para componer «una genialidad encantadora», como Pozo la define.

Para el barcelonés criado en barrio de la Alameda de Osuna, en Madrid, cien canciones «son pocas». «Pienso que debería haber trabajado más, no sé. Yo siempre echo el resto en la composición, pero me lleva su tiempo. Algunas veces, dices: ‘‘no voy a parar hasta que siente que, si sigo, la voy a fastidiar’’. En pintura hay una cosa que se llama el gesto y que es esa pincelada que no hay que tocar, porque la vas a cagar. En música hay algo parecido a la hora de preservar la frescura de la idea original. Es un tópico, pero a veces es mejor dejar estar las cosas, primero por salud mental, y segundo, porque pierdes el foco».

[[H2:Fase «Pan de higo»]]

En «Siempre saludaba», un corte de «Vampiro», Pozo es duro consigo mismo. «Bueno, me estoy curando ya de eso, la verdad. Me estoy haciendo un poco viejo y me perdono muchas cosas y me digo las bonitas. Ya me puedo decir que ‘‘Ha llegado el día’’ es mi obra maestra y ‘‘Catálogo’’ es una genialidad. Puede que haya echado demasiadas piedras contra mí. También he tenido una falsa modestia que no me ha ayudado en mi carrera. Así que ahora le he perdido el miedo a ser un poco gilipollas o a que alguien piense que lo soy». ¿Ha tenido problemas de autoestima en su carrera? «No en la música, en mi vida. Siempre he vivido con ese sentimiento dentro». Una deuda que tiene su origen en la educación. «Creo que es una cuestión de cómo soy. No vengo de familia católica ni nada, pero nací en el 75 y he arrastrado entre comillas cierta culpa cristiana. Y también esa moral que dice que si haces buenas acciones te van a volver y que al final siempre ganan los buenos. Pero el mundo no va a así, lo siento, los gilipollas tienen más ‘‘chances’’. Sin embargo, yo tengo dentro esa idea de que un buen chico es humilde y no hace ruido y trabaja mucho», apunta el músico sobre una educación sentimental que se agrava bajo los focos de una carrera artística donde los improperios y los panegíricos los reparte un crupier tuerto. Ante esa esquizofrenia ha cambiado su actitud. «Mira, como decía Rosendo en “Pan de higo”, voy a empezar a caer un poco mal, voy a ser un poco impertinente (sonríe). Pues estoy en mi fase Pan de higo», se carcajea Pozo citando a uno de sus héroes musicales, con el que comparte ideario. «Rosendo siempre fue muy humilde, le decían el bueno de Rosendo, y cuando uno mira su carrera de cerca resulta que tiene unas genialidades que te caes de culo. Sin él no habría habido muchas cosas que vinieron después como Extremoduro y todo el rock español. Cuando él empezó, no había ni sitios para ir a tocar y ya era un “guitar hero” que te mueres. Sus temas, su actitud... pero le decían el bueno de Rosendo. Y en esa canción, dice: ‘‘mira, hasta aquí’’».

De su experiencia con Leiva en directo Pozo se muestra agradecido pero cansado de que acapare la atención. «No tengo problema en hablar de eso, pero tampoco me gustaría que se convierta en lo importante. A lo largo de los años se rompen relaciones por el calentón del momento, por años de gotas que desbordan el vaso. Y mira, por fin puedo decir que no solo estoy bien con Leiva sino con todos los miembros de Buenas Noches, Rose, y con toda la gente con la que he tocado a lo largo de la vida. Una vez pasa el calentón del divorcio y de verte en el juzgado, ya me entiendes, que yo nunca he ido a juicio por nada, pues a día de hoy puedo decir que estoy a cero con todos, que está todo bien».