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Literatura

Premio Herralde de novela: buscar el destino entre la incertidumbre

Se falló el premio Herralde Novela, en que salió ganador una obra de tinte apocalíptico que cuestiona nuestro presente, y otra de fondo más intimista protagonizada por una mujer.

El cineasta y escritor Luis López Carrasco posa durante el acto del Fallo del Premio Herralde de Novela, a 6 de noviembre de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). El cineasta y escritor murciano Luis López Carrasco ha ganado el 41 Premio Herralde de Novela, con el libro 'El desierto blanco', y ha quedado finalista 'La reina del baile', de la autora argentina Camila Fabbri. El premio se convoca, desde 1983, con el fin de alentar y promocionar la nueva narrativa española, sin descuidar la lit...
El cineasta y escritor Luis López Carrasco gana el 41 Premio Herralde de Novela en Barcelona David ZorrakinoEuropa Press

Ayer se hizo público el fallo del jurado del 41ª Premio Herralde de Novela. El primer premio, que incluye 25.000 euros, fue a parar a Luis López Carrasco – nacido en Murcia, en 1981–, y la finalista fue Camila Fabbri, natural de Buenos Aires, en 1989. Ambos pertenecen a dos ámbitos, el de la literatura y el cine, y sus obras se publicarán el día 22 de noviembre.

López Carrasco no ocultaba su satisfacción tras recibir tamaño reconocimiento por su novela “El desierto blanco”; en declaraciones a este periódico, reconocía: «Estoy absolutamente contento y alegre porque para mí la literatura ha sido central en mi vida; he tenido la suerte de estar en el mundo del cine y me siento un privilegiado, pero quería escribir un nuevo libro después de un tiempo, desde “Europa”, que es de ciencia ficción; lo acabé en 2011 y “El desierto blanco” conecta con ese tiempo». Con ello, el autor se estaba refiriendo a cómo, en el ya lejano año 2014 publicó, en efecto, este libro enmarcado en el género de lo fantástico y tal vez posible algún día.

En aquella ocasión, mostraba una serie de mundos imaginarios en que surgía un lugar donde vivir sin esperanzas de progreso y que miraba de continuo lo hecho atrás. Aparecía entonces la historia de un padre que veía los sueños de su hijo adolescente en un reproductor virtual, o la de un hombre parado que se retiraba a vivir a un videojuego de su infancia. Es decir, la tecnología estaba al servicio de la consolación o la evasión para tratar de soportar una existencia gris y destinada a la ignominia. Eran, en suma, siete relatos que mostraban lo cotidiano dentro del marco de un futuro apocalíptico y en el que los espacios virtuales eran más importantes casi que los físicos.

Una fábula del mundo laboral

“El desierto blanco” sigue esta línea, dado que, según declaró su autor, “la novela está contada desde un narrador que está en un futuro incierto y en un espacio lejano; la novela es el recuerdo que él está amontonando sobre su juventud; ese pasado es nuestro presente”, añadía. El texto, por eso, implica cierta “memoria generacional, y de alguna manera está conectado con los procesos que hicieron de la emigración la sociedad que tenemos, en tiempos de crisis”. Asimismo, a la pregunta de si la ciencia ficción permite hablar mejor de la realidad actual, López Carrasco advierte que este género le permitió tomar distancia del hoy y del ahora y “entender la realidad histórica”.

Para ello, coloca a nueve desconocidos huyendo en globo de unos bombardeos y con una imperiosa necesidad: decidir quién se tiene que tirar al mar para que el resto pueda llegar sano y salvo a una isla desierta y comenzar una nueva civilización. La trama remite a lo que significa buscar un trabajo para sobrevivir y el trasfondo familiar y de amigos que rodea el paisaje contemporáneo. López Carrasco afirmaba que ha desarrollado la literatura en paralelo a la del cine pero separando totalmente ambas, pues lo literario le confiere llevar a cabo su “capacidad más fabuladora”. En cualquier caso, cabe destacar que es el director de “El año del descubrimiento” (premios Goya a mejor película documental y mejor montaje), y coautor del libro “La aritmética de la creación. Entrevistas con productores del cine español contemporáneo”.

Por su parte, la obra de Camila Fabbri, “La reina del baile”, cuenta las andanzas de una mujer que despierta tras un accidente en coche en plena noche y entonces se da cuenta de que detrás hay una joven de quince años y un perro. Nada recuerda la mujer, pero el lector irá entendiendo cómo las cosas han acabado de esa manera a medida que las páginas nos revelen que se trata de Paulina, que había emprendido un viaje hacia la costa sur después de una ruptura sentimental. Dos obras, pues, llenas de misterios en pos de aclarar nuestro sino en un mar de incertidumbres.