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Primera derrota judicial de los artistas contra una empresa de IA

Tres artistas interpusieron una denuncia porque sus obras habían sido utilizadas para entrenar una inteligencia artificial
El jefe de IA del Pentágono está 'muerto de miedo' por lo que la gente podría hacer con inteligencia artificial.
Una imagen que ilustra los retos de la Inteligencia ArtificialLa RazónLa Razón
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Un juez federal estadounidense ha marcado el camino que podría fijar el rumbo de la legislación en el país sobre la Inteligencia Artificial en materia de derechos de autor. El tribunal ha desestimado la mayor parte de la demanda que tres artistas habían planteado contra una empresa que utilizaba obras protegidas en el aprendizaje de una inteligencia artificial. Según su fallo, este hecho no es una vulneración de los derechos de autor, lo que podría sentar un precedente para todos los ámbitos artísticos, que van desde la música, al arte plástico, la fotografía o incluso la novela.
El juez ha rechazado las reclamaciones de las artistas Sarah Andersen, Kelly McKernan y Karla Ortiz, que habían presentado una demanda colectiva en California contra Stability AI, Midjourney y DeviantArt. Su denuncia se dirigía contra la herramienta Stable Diffusion, creada por esta compañía, que genera imágenes a partir de texto. Su denuncia se basaba en que, para el aprendizaje de esta inteligencia artificial, se había ofrecido "miles de millones de imágenes protegidas por derechos de autor sin permiso" que estaban bajo protección y derechos de autor.
Sin embargo, el juez William Orrick ha dictaminado que las reclamaciones de los demandantes eran "defectuosas en numerosos aspectos" y que sólo puede proceder una reclamación por infracción directa con respecto al papel de Stability AI en "la copia y el uso de las imágenes". Sin embargo, según el juez, los artistas no han podido demostrar que las imágenes generadas por Stable Diffusion fueran "sustancialmente similares" a sus obras originales. El caso se complicó aún más por el hecho de que McKernan y Ortiz no habían registrado los derechos de autor de sus obras en la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos.
Según la demanda, las imágenes fueron almacenadas e incorporadas como copias comprimidas para el entrenamiento de esta inteligencia artificial, y las creaciones del software son trabajos derivados basados en esas imágenes. Según ellos, esta herramienta es “simplemente una compleja herramienta de collage” por lo que los artistas responsables de las imágenes originales utilizadas en su formación. Stability AI aseguró por su parte que el modelo de entrenamiento solo las usa para desarrollar parámetros para la salida del software, no para ser copiadas o alteradas.
Stability AI también se enfrenta a otras demandas tanto en EE UU como en el Reino Unido por parte de Getty Images por supuestamente utilizar millones de fotografías de la biblioteca de Getty para entrenar a sus herramientas, en demandas que podrían ascender a 2.000 millones de dólares de indemnizaciones. En septiembre, un juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos confirmó la política de la Oficina de Derechos de Autor de que el arte generado por IA no podía tener derechos de autor, citando la falta de una “mano humana guía” en el proceso. proceso de creación de trabajo de IA.