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Richard Ford: «Quiero que mis libros sean útiles, que ayuden a vivir»

Ford recibe el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016 feliz por el reconocimiento mientras termina «Entre ellos», la biografía paralela de su padre y su madre.
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Ford recibe el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016 feliz por el reconocimiento mientras termina «Entre ellos», la biografía paralela de su padre y su madre.
Richard Ford asegura que sus libros no son autobiográficos. Lo ha tenido que repetir una y otra vez desde hace cuatro décadas y todavía hay quien no le cree. Representan una crónica en tiempo real tan próxima, íntima y casi secreta del americano medio contemporáneo que tienen que haber sido vividos o no son posibles. Nadie podría imaginar con tanto detalle y precisión los cuatro libros protagonizados por Frank Bascombe o los relatos de «Rock Springs». Pero no, sólo hay talento y gran literatura. Eso es precisamente lo que le ha valido ser reconocido como Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016.
El escritor se levantó, por el desfase horario, literalmente con la noticia y parece una manera fantástica de empezar el día. «Sinceramente, es un reconocimiento muy importante para mí. Escribir no es un deporte, no es una competición, así que me alegro del galardón porque es una forma de premiar a todos los escritores, una forma de alentarnos, de sentirnos un poco más cerca de nuestros lectores, de trabajar codo con codo» , aseguró ayer en declaraciones a LA RAZÓN.
El escritor recibió la noticia en Nueva Orleans, Luisiana, cómo no, escribiendo. «Yo también soy, principalmente, lector, y mi voluntad principal es que mis libros sean útiles, como leer es útil para mí. Que a partir de la imaginación, de la información vital, de la experiencia, conseguir transmitir deleite, que la vida vale la pena ser vivida», comentó, siempre con serenidad, con una media sonrisa, sin tomarse nunca muy en serio, ni pensar que lo que hace es importantísimo. «No creo que los libros tengan que enseñar algo concreto, sino que ayudan a descubrir algo que a veces ni siquiera sabías que necesitabas. Esa sensación de hallazgo resulta sensacional», dijo.
Ford nació el 16 de febrero de 1944 en Jackson, Mississippi, en el sur profundo de Estados Unidos, vecino de Eudora Welty y a escasas calles de donde vivió Faulkner, hijo único de unos padres que, ya en sus 40, no tenían muchas esperanzas puestas en tener descendencia. Precisamente a ellos está dedicado su último libro, una especie de memorias paralelas de su padre y madre, que, como el resto de su obra, publicará Anagrama en España bajo el título «Entre ellos». «Eran buenas personas, pero sin educación. Su única obsesión fue no atosigarme, darme libertad y no pretender enseñarme nada. Ellos crecieron durante la Gran Depresión y sufrieron mucho, por lo que pretendieron, sobre todo, no preocuparme en exceso, lo que considero muy generoso. Así que tuve que ser yo quien inventase todo. Al ser hijo único, tener mucho tiempo para mí, ser curioso y con bastante imaginación, tuve que narrarme a mí mismo lo que sucedía a mi alrededor», asegura.
Así nació el autor de la serie Bascombe, formada por «El periodista deportivo», «El día de la independencia», «Acción de gracias», único libro que ha recibido a la vez el Premio Pulitzer y el Pen/Faulkner, y «Francamente, Frank», publicada el año pasado y que, en ningún caso, cierra definitivamente la serie. «Los días no tienen las horas suficientes para hacer todas las cosas que quiero y mucho menos para escribir todo lo que me gustaría escribir, así que, quién sabe», asegura Ford.
El autor de «Canadá» asegura que, gracias a Jorge Herralde y Anagrama, mantiene una relación muy estrecha con España desde hace treinta años, «y, viviendo donde vivo, el español es muy importante en mi vida y el traductor de mis libros debe ser un verdadero genio porque parecen hasta más importantes aquí», comenta divertido.
Cuando comenzó a escribir, y en sus primeros libros, se le intentó inscribir dentro del llamado «realismo sucio»,algo que le hacíamucha gracia a él y a su amigo y gran escritor Raymond Carver, que no «sabíamos ver dónde estaba la suciedad» y, sobre todo, si estaba, qué podían hacer para limpiarla. Ahora, con el cuerpo de su bliblografía, suena hasta cómica aquella descripción. «Con la edad me he dado cuenta de que lo que intento en mis libros es dar cabida a todo lo que sé, todo lo que me preocupa y todo lo que considero importante. En mi juventud no era tan consciente de esta necesidad», asegura. No parece un objetivo muy sencillo, encerrar en un libro todas tus preocupaciones, pero Ford tiene una forma infalible «práctica, práctica, práctica, escribir, escribir y escribir».
Para Ford, el lenguaje lo es todo. «Como decía Wittgenstein, “el lenguaje que utilizamos es el mundo en el que vivimos’’. En este sentido siempre he intentado que mis libros sigan esta premisa», afirma el escritor. Para Ford, la literatura no ha de preocuparse tanto en lo que pasa, sino en por qué para. «Eso es lo que busca el lector, saber por qué siente alegría o pena o miedo o despesperación. El por qué es la literatura», comentó el escritor.
w Trump, el payaso
Mientras cuenta los días para venir a Oviedo a recoger el galardón, ve con asombro la posibilidad de que Donald Trump pueda llegar a ser el próximo presidente de Estados Unidos. «Es algo realmente bizarro. Creo que Trump es bobo y que no será presidente, pero bueno. Si al final es elegido, no creo que sea peligroso, sólo que fracasará. Será como si escoges a un payaso para que sea presidente. Puede que el Gobierno lo encuentre divertido, pero no conseguirá nada», aseguró. Hillary Clinton tampoco es que sea la panacea, «pero la votaré con los ojos cerrados. Ella lleva demasiados años en mi vida, Yo hubiese preferido alguien más joven, con ideas nuevas, que no estuviese tan atada al pasado, pero no hay alternativa», aseguró Ford con resignación. Si busca exilio, que lo tenga claro, aquí encontrará todas las facilidades y todos los premios.