SGAE, ni calma ni voto electrónico

Hace tiempo que no hay una semana tranquila para la SGAE, y esta no iba a ser menos. Con la noticia todavía humeante de que 17 de los 39 miembros de la junta directiva han denunciado a su presidente por diferentes motivos, se presentaba precisamente este, José Miguel Fernández Sastrón, ante los medios. Cualquier otra mañana hubiera sido más fácil evitarnos, pero éste mediodía tocaba entregar la llave de «La casa de los autores» a Albert Boadella –siempre dado a soltar titulares; y más hoy, 24 horas después de la Diada, y con la reciente salida de Lluís Pasqual del Lliure– por sus 50 años ligado a la institución. Después de acompañar al dramaturgo a la salida, Sastrón regresaba al primer piso de la sede para comentar la actualidad del organismo.

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Sobre la demanda ha afirmado no saber nada de forma oficial, «pues no me ha llegado más que por la Prensa», y sí se mostraba «sorprendido de que los datos engañosos vengan de gente que votó “no” a las elecciones», afirmaba: «El objetivo de esta denuncia parece ser que las personas que votaron que “no”, siguen intentando que no se produzca y, en cualquier caso, la vía judicial seguirá su curso».

A su vez, Sastrón ha confirmado una de las medidas por la que se presentó la demanda: «No habrá voto electrónico» para las elecciones convocadas para el 26 de octubre pese a la amenaza de intervención del propio Ministerio de Cultura –en caso de no cumplir los requisitos–. «No hay leyes que así lo exijan», explicaba de una reglamentación que la junta directiva tiene en su lista de asuntos pendientes desde hace quince años: «Cosa que ninguna entidad europea tiene y algo que ya se sabía cuando se convocaron estas elecciones. Por lo que no se pueden hacer alusiones a que la ley lo exige cuando no es así. Esta junta ha tenido cuatro años para hacerlo y no lo han hecho», continuaba el presidente de la Sociedad de Autores.

Por otro lado, la aprobación de la nueva directiva sobre derechos de autor que se ha aprobado esta misma mañana en el Parlamento Europeo fue calificada por Fernández Sastrón como una «muy buena noticia»: «Creará un ambiente mejor para todos», terminaba.