En solfa: Dos damas de la música
Quiero recordar a dos grandes mujeres que nos dejaron este mes en días sucesivos: Maria Tipo y Edith Mathis


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¡Qué fácil es caer en el olvido cuando los acontecimientos diarios nos superan constantemente! Desaparecen personas que han sido parte importante de nuestras vidas y… como si nada. No quisiera nunca caer en ese error, aunque sepa que es inevitable. Por eso hoy quiero recordar a dos grandes mujeres que nos dejaron este mes en días sucesivos: Maria Tipo y Edith Mathis.
La pianista italiana Maria Tipo llegó a ser conocida en Norteamérica como la «Horowitz napolitana», mientras Edith Mathis fue una de las últimas sopranos de la era dorada del disco, con partidarios tan relevantes como el director Karl Böhm, que adoraba la transparencia de su instrumento luminoso.
María Tipo fue reconocida por su técnica impecable, su profundidad interpretativa y su dedicación a la enseñanza. Nacida en Nápoles el 23 de diciembre de 1931, demostró desde muy joven un gran talento. A los 17 años, ganó el prestigioso concurso internacional de Ginebra, iniciando así su carrera. Su interpretación de las obras de Scarlatti la catapultó a la fama. Sus grabaciones de ellas, realizadas en las décadas de 1950 y 1960, son consideradas referencias ineludibles para los amantes de la música clásica. Destacó también en la interpretación de Bach, Mozart, Beethoven o Chopin, caracterizándose por una claridad cristalina en la articulación, un sentido rítmico impecable y una capacidad para transmitir emociones sin caer en el sentimentalismo. Se convirtió así en una de las pianistas más respetadas de su generación. Sin embargo, no dejó huella sólo como intérprete en el mundo de la música. Pues fue una profesora dedicada y apasionada, impartiendo durante décadas clases en el Conservatorio de Ginebra y en la Escuela de Música de Fiesole. Muchos de sus alumnos se convirtieron después en pianistas reconocidos internacionalmente, lo que demuestra la importancia de su influencia como maestra. Falleció el pasado 10 de febrero.

Edith Mathis, nacida el 11 de febrero de 1938 en Lucerna, se especializó en el repertorio mozartiano y su interpretación de roles como Susana en «Las bodas de Fígaro», Pamina en «La flauta mágica» o Zerlina en «Don Giovanni» la consagraron como una de las grandes intérpretes de Mozart. Su voz, caracterizada por su pureza, flexibilidad y calidez, se adaptaba perfectamente a las exigencias de estos personajes, permitiéndole transmitir tanto su inocencia como su profundidad emocional. Su colaboración, en teatros y grabaciones, con directores como Karl Böhm, Herbert von Karajan o Leonard Bernstein contribuyó a su reconocimiento como una de las máximas exponentes del repertorio mozartiano. Fue también una gran intérprete de lied y oratorio, ideal para las canciones de Schubert, Schumann o Brahms, en las que combinaba la claridad técnica con una expresividad que conectaba inmediatamente con el público. Muchos la recordaremos por sus conciertos en el antiguo Real con Frühbeck de Burgos y por su grabación del «Réquiem» de Mozart con él, aunque fuesen mejor sus «Vier letzte Lieder» con Karajan o su «Winterreise» con el pianista Karl Engel. Nos dejó un día antes que María Tipo. Hasta pronto a ambas.