Crítica de zarzuela

“Entre Sevilla y Triana”: Del populismo también vive la zarzuela

Es sorprendente lo mucho que ha tardado en llegar a Madrid una pieza estrenada en Bilbao en 2012

El Teatro de la Zarzuela ha recuperado "Entre Sevilla y Triana", de Pablo Sorozábal
El Teatro de la Zarzuela ha recuperado "Entre Sevilla y Triana", de Pablo SorozábalTEATRO DE LA ZARZUELATEATRO DE LA ZARZUELA

Compositor: Pablo Sorozábal. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Intérpretes: Ángel Ódena, Berna Perles, José María Andeka Gorrotxategi, Ángel Ruiz, Anna Gomà, Jesús Méndez; Gurutze Beitia, Joseba Pinela... Coro del Teatro de La Zarzuela. Director musical: Guillermo García Calvo. Director de escena: Curro Carreres. Escenografía: Ricardo Sánchez-Cuerda. Vestuario: Jesús Ruiz. Iluminación: Eduardo Bravo. Coreografía: Antonio Perea. Teatro de la Zarzuela, Madrid, 30-I-2022.

La presente producción de esta zarzuela fue estrenada en el Teatro Arriaga bilbaíno en 2012 y posteriormente, en años sucesivos, se pudo ver en Sevilla y Oviedo. Sorprendente que haya tardado diez años en llegar a Madrid. Se había programado inicialmente nada menos que con Carlos Álvarez y Ainhoa Arteta, pero ya se sabe lo que ocurre en estos tiempos y los problemas que ha tenido que afrontar la soprano. No estamos ante lo mejor de Sorozábal, que compuso la obra en tiempos difíciles para el género en los que había necesidad de contar con la total adhesión del público. Se decantó por una escritura populista y es curioso que encaje perfectamente con los tiempos que corren, donde nos rodea el populismo por doquier. De ahí que el Teatro de la Zarzuela pueda poner el cartel de lleno casi todos los días.

Y no es de extrañar ya que, a la amabilidad de la música y de un libreto simple que se sigue sin problemas, le acompaña un espectáculo de Curro Carreres vistoso por todos lados, desde la monumental escenografía, que incluye hasta un barco en movimiento, al siempre inspirado vestuario de Jesús Ruiz. Desde luego no agradará a los amantes de la sofisticación, pero es que ésta no va con un libreto como el de Luis Fernández de Sevilla y Luis Tejedor. Entre otras cosas, porque a ver cómo se «sofistica» el largo cuadro flamenco, quizá desproporcionado respecto a la totalidad de la composición y más cuando a él se añade después otra escena con cantaor y guitarra.

A Guillermo García Calvo quizá le falte algo de salero para tanta farruca, habanera o zorongo, pero concierta con claridad y seguridad coro y orquesta. Los tres personajes principales tienen sus respectivas romanzas y dúos, alguna tan conocida como la del tenor «Tu que sabes del cariño» o la Salve a Sevilla del barítono. Cumplen todos ellos, secundarios incluidos, a satisfacción, si bien hay una tendencia excesiva al abuso de caudal y eso provoca vibratos excesivos o roturas de nota. Funciona todo coherentemente y eso repercute en las sonrisas del público y en las ovaciones finales. Me decía una amiga que últimamente se aburría con las zarzuelas y que en ésta se había divertido. Creo que eso es lo que la producción buscaba.