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“Las bodas de Fígaro”: Más allá de la comedia

El Teatro Real ofrece 13 funciones de la magistral obra de Wolfgang Amadeus Mozart en la producción de Claus Guth para el Festival de Salzburgo, dirigida musicalmente por Ivor Bolton
Javier del Real

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El estreno en París en abril de 1784 de “La folle journée, ou le mariage de Figaro”, pieza teatral de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, continuación de “El barbero de Sevilla”, provocó tal escándalo que acabó con los huesos de su autor a la cárcel. La pieza cayó como una bomba al denunciar los abusos de poder de un conde que actuaba como rival amoroso de su propio sirviente y perdía. Aun así, la obra se popularizó rápidamente y Mozart, que había quedado fascinado al leerla, encontró la historia que buscaba para su nueva ópera “buffa” cuyo libreto fue realizado por su amigo Lorenzo da Ponte. Ambos estaban imbuidos del fervor de las nuevas ideas revolucionarias que defendía Beaumarchais, pero ninguno de los dos contaron con que el emperador José II había prohibido representar en Austria su polémica obra por el revuelo provocado en Francia y la crítica feroz que realizaba a los valores de la aristocracia decadente de la época o, lo que es lo mismo, del Antiguo Régimen.
Da Ponte conservó lo esencial del texto original, pero tuvo la habilidad de remplazar y suprimir los pasajes más controvertidos a los que la partitura de Mozart otorga una inusitada profundidad psicológica, escondida bajo las formas clásicas de la ópera “buffa”. Fue estrenada en Viena el 1 de mayo de 1786, pero pese a los cambios efectuados, no menguó ni un ápice el subversivo subtexto que la ha proyectado hasta nuestros días como la brillante e inteligente denuncia de la tiranía y del patriarcado que es. El Teatro Real la estrenó por primera vez el 12 de febrero de 1903 y después de una larga historia de representaciones llega con la producción creada por el director Claus Guth para el Festival de Salzburgo en 2006, con Ivor Bolton como director musical, que del 22 de abril al 12 de mayo ofrecerá 13 funciones.
Considerada la más perfecta de las óperas de Mozart, “Las bodas de Fígaro” está ambientada en la Sevilla del siglo XVIII y relata los amores y desamores de los Condes de Almaviva y sus sirvientes, Fígaro, Susanna y Cherubino. La infidelidad, los celos, un contrato pendiente, distintos malentendidos, enredos y cambios de identidad, marcan el argumento trepidante de esta magistral comedia. La ópera “buffa” fue el universo de ficción en el que una mujer de clase social baja podía someter con astucia a un hombre de un estrato superior. En una época en la que el estatus social condicionaba las libertades amatorias, Mozart ofrece un vibrante alegato en favor del derecho a amar compartido por hombres y mujeres, un canto al amor y la libertad que el genial músico llevaría aún más lejos en “Don Giovanni” y, particularmente, en “Così fan tutte”. En su propuesta escénica, Claus Guth indaga en la complejidad de las relaciones amorosas en su amplio espectro, desenmascarando lo que late bajo las convenciones sociales en un mundo cerrado y decadente, intenta explorar en el alma de los personajes más allá de la comedia, auscultando el lado inconfesable, ambiguo, contradictorio, siniestro, sádico o lascivo de las relaciones amorosas.
“En la nueva etapa del Teatro Real se ha sido representada en cinco temporadas, con lo que es una obra nuclear del repertorio operístico en España y lo suficientemente popular como para hacer trece funciones debido a la gran demanda que provoca”, explica Joan Matabosch, director artístico del Real. Para Ivor Bolton, esta será la séptima producción operística de Mozart que dirige en el Real, y piensa “que la partitura es una obra maestra propia de un genio que se distingue de otras óperas “buffas” por la gran calidad de sus conjuntos, enriquecidos y de gran variedad, como el sexteto del tercer acto o el final del acto cuarto, que realmente son hitos de la composición musical por su gran precisión, su gran variedad de elementos musicales y una orquestación enormemente detallada con muchos niveles de texturas”, explica. Bolton estará al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real y de un doble reparto en el que destacan: Andrè Schuen y Joan Martín-Royo (Conde de Almaviva), María José Moreno y Miren Urbieta-Vega (Condesa de Almaviva), Julie Fuchs y Elena Sancho Pereg (Susanna), Vito Priante y Thomas Oliemans (Figaro) y Rachael Wilson y Maite Beaumont (Cherubino).
Sobre su papel como Susanna, Julie Fuchs afirma que” lo he representado muchas veces y es un personaje que le encanta porque tiene mucha vitalidad y humor. En esta producción es una Susanna más profunda y compleja, tiene una vida complicada, pero me gusta porque no es tan simple, ama a Figaro, pero también se siente atraída por el conde y es atractivo cantar esa complejidad humana”, asegura. Por su parte, la soprano española María José Moreno, encarna a la Condesa de Almaviva “que es un personaje maravilloso que canta una música de una belleza tremenda –afirma-, pero distinto al de otras producciones porque está muy sola y sufre mucho”. Figaro es el barítono napolitano Vito Priante, que piensa que su personaje es “menos complejo y más básico, muy sincero y verdadero, justo lo contrario del Conde, que se acepta tal y como es, pero que está como distraído y metido en su mundo”. Matabosch afirma que, “esta es una obra sobre la imposibilidad de controlar los sentimientos porque todos los personajes están enamorados o atraídos por otros y ese tema hoy en día es mucho más actual que la bomba de relojería sobre los privilegios de la aristocracia que en su momento resultó tan fascinante a los que escucharon el texto de Beaumarchais. Creo que lectura que hacen Mozart y Da Ponte no está, en mi opinión, poniendo el acento en lo revolucionario, sino en esto otro y eso es lo que la hace hoy tan contemporánea”, concluye.

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