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Música

Investigación

30 segundos de Mozart, la mejor medicina contra la epilepsia

Un nuevo estudio especifica la duración necesaria que se necesitan escuchar de Sonata en Re Mayor para reducir los picos de actividad eléctrica en el cerebro

Los primeros años de Glyndebourne se dedicaron a Mozart
Los primeros años de Glyndebourne se dedicaron a MozartLA RAZÓNLA RAZÓN

La música cura el alma y, al parecer, también alguna que otra enfermedad. No es novedad, pero sí es de destacar que aún se siguen haciendo estudios y experimentos que avalan y vuelven a demostrar la siguiente teoría: la música de Mozart es un gran antídoto para aquellos que sufren epilepsia. En un nuevo estudio que publica la revista “Scientific Reports”, se respalda el conocido como “Efecto Mozart”: de acuerdo con la British Epilepsy Organization, la Sonata en Re Mayor del genio, también mencionada como K448, mejora el estado de pacientes epilépticos, aumentando su capacidad de razonamiento espacial y reduciendo el número de ataques.

En esta nueva investigación, liderada por el neurólogo Robert Quon, han participado 16 enfermos de epilepsia, que escucharon varias piezas de música clásica mientras observaban los expertos su impacto, en función de género y edad. Por tanto, y como hemos mencionado, si esta teoría ya se había demostrado en otras ocasiones, esta investigación es pionera en el sentido de que demuestra, por primera vez, una correlación entre los efectos de la música y la duración que esta debe permanecer sonando.

La conclusión es que escuchar entre 30 y 90 segundos de K448, no con otra pieza musical, reduce los picos de actividad eléctrica asociados a la epilepsia en todo el cerebro un 66,5%. Una reducción que, añade, se registra de mayor manera en las cortezas frontales izquierda y derecha del cerebro. Es decir, influye en las partes del cerebro que se implican en la regulación de respuestas emocionales.

Por tanto, los autores del estudio concluyen que escuchar la Sonata en Re Mayor de Mozart durante 30 segundos puede activar redes cerebrales asociadas a respuestas emocionales positivas a la música. Además, contribuye a la reducción de dichos picos, asociados y favoreciendo ante todo a aquellas personas con epilepsia que son resistentes a la medicación.