Cava, cotillón, uvas y ...¡Musical!

Escuchar las campanadas sobre los escenarios del Broadway madrileño ya se ha convertido en una tradición para las grandes producciones.

Son muchos los profesionales que, mientras la mayor parte de los mortales se viste de gala para vivir una noche de fiesta, pasan las últimas horas del año trabajando, a pie de obra, cada uno en su trabajo: enfermeros, camareros, policías, taxistas, funcionarios de prisiones, bomberos... Y a este nutrido grupo se vienen sumando, desde ya hace unos años, el de los actores, que han convertido en tradición esto de pasar la Nochevieja en el teatro compartiendo uvas de la suerte y cotillón con los espectadores. Intérpretes y público entremezclados en la platea, en los palcos o sobre las tablas para escuchar las campanadas y brindar por un venturoso año nuevo. En este caso, por un 2016 que parece presentarse lleno de incertidumbres.

La mayoría son musicales, grandes montajes que hoy, 31 de diciembre, ofrecen una función especial. Si Nochebuena es familia y recogimiento, Nochevieja es fiesta, alegría, uvas y champán. Ése es el plan en algunos teatros de España. Como ocurre en Barcelona con «Mamma Mia!», ese fenómeno mundial que vuelve con Nina y las pegadizas canciones de ABBA, o «Mar i cel», un espectáculo que celebra el 40º aniversario de Dagoll Dagom. En Valencia, en cambio, es la comedia el género elegido para celebrar la fiesta de Nochevieja con «Taxi», protagonizada por Josema Yuste, Felisuco y Alfredo Cernuda, con una función especial a partir de las 23:00 horas en el Teatro Olympia. En Sevilla, «The Hole 2», un clásico en este tipo de celebraciones –ya lo hizo en Madrid–. Espectáculo que ha hecho renacer el cabaret y las variedades y que supone, sin duda, una propuesta atractiva para tomar las uvas de Nochevieja en la ciudad hispalense. En Madrid, estas Navidades la oferta se mueve entre los musicales y el ilusionismo: «El rey león», «Priscilla, reina del desierto», «Cabaret», «Delizia» y «La gran ilusión» son lo más significativo.

«EL REY LEÓN». «Todas las criaturas dependen unos de otros, todos nosotros tenemos un lugar en el círculo de la vida. Escuchándonos los unos a los otros hacemos más fuerte el círculo de la vida», dice Mufasa a Simba. ¿Es ésta la clave de su éxito? Porque la aceptación de este musical es apabullante en el mundo entero. Lleva más de 17 años sobre los escenarios de Broadway, ha sido visto por ochenta millones de espectadores y es ganador de setenta premios. En Madrid no es una excepción. Son ya cinco temporadas consecutivas con llenos diarios, algo que no se había logrado, hasta ahora, con ningún otro musical en la Gran Vía y que lo ha convertido en todo un fenómeno social y turístico. Gracias al genio y la visión artística y creativa de su directora, Julie Taymor. Con una sorprendente y colorida puesta en escena, «El rey león» transporta al espectador al exotismo africano lleno de músicas evocadoras. Son muchos los elementos que ayudan a que esta gran producción haya triunfado de esta manera: su espectacularidad en la puesta en escena, las canciones de Elton John y Tim Rice y la música de Lebo M. y Hans Zimmer. El sello Disney lo convierte en un espectáculo familiar para todos los públicos. La fórmula del éxito no existe –dicen–, pero es cierto que este musical tiene muchos de los elementos que lo dan.

«PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO». Un musical extravagante y divertido que ya va por su segunda temporada con Mariano Peña a la cabeza. Ha sido ganadora del premio al mejor Musical 2015 y acaba de ser nominada a los premios Broadway World en catorce categorías, incluyendo Mejor Musical, Actor, Actriz y Vestuario. Narra las estrambóticas y divertidas aventuras de la transexual Bernardette y sus dos alocadas amigas a lo largo del desierto australiano, a bordo de un desvencijado autobús –que da nombre al musical– representando su atrevido espectáculo «drag» en un viaje en búsqueda del amor y de la amistad. Su banda sonora, compuesta por 25 temas de música disco –Tina Turner, Village People, Pet Shop Boys, Madonna...– y sus coreografías hacen de él el musical «feelgood» por excelencia. Sus cuarenta artistas en escena, los 500 trajes, las 200 atrevidas y delirantes pelucas, tocados y sombreros, un autobús real totalmente robotizado y una técnica teatral compleja hacen de éste un espectáculo total. Purpurina, plumas, tacones, plataformas, pestañas postizas, lentejuelas, vestuario colorista, humor irreverente y demás son parte de los ingredientes de este musical que ha sido visto por más de tres millones de espectadores en Broadway, Londres, Sidney, Suecia, Toronto, Italia y Argentina, antes de llegar a España con la puesta en escena original con la que se estrenó en Londres.

«CABARET». Clásico del género donde los halla que se representa en el Rialto. Llegó a la Gran Vía madrileña en octubre y está protagonizado por Cristina Castaño, Edu Soto y Dani Muriel –bajo la dirección de Jaime Azpilicueta–, además de contar con un elenco de treinta artistas en escena y varias de las canciones más emblemáticas de la historia de los musicales, como «Cabaret», «Willkommen», «Money Money» y «Maybe this time». Ambientado en el Berlín del 31, muestra cómo sobrevivir en un mundo que se desmorona en el ambiente prebélico de Alemania. Gobernado por su inquietante y divertido maestro de ceremonias, MCee, el Kit Kat Klub escenifica la convivencia entre el imparable crecimiento de la hidra nazi y la fingida normalidad cotidiana de los protagonistas: la cantante inglesa Sally Bowles y el novelista estadounidense Cliff Bradshaw o el romance otoñal entre Fraülain Schneider y el propietario judío de un floreciente negocio de frutería, Herr Schultz. Con él, Liza Minnelli se convirtió en un icono del cine y de la música, ahora es Cristina Castaño quien toma las riendas del famoso Kit Kat Klub del Berlín.