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Cuando Merkel era el Sr. Marrón y Draghi el Sr. Rosa

Cuándo: hasta el 24 de noviembre. De martes a sábado, 19:00 h. Domingos, 18:00 h.. Dónde: Teatro Valle Inclán (Sala Nieva). Madrid.. Cuánto: de 12 a 24 euros. Tel. 902 22 49 49.
larazon

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Seis tipos enjutos, uniformados a lo «Martini man», traje negro, camisa blanca, corbata estrecha y gafas de sol, planean un atraco y se disputan los nombres de guerra: todos quieren ser el Sr. Negro, y nadie el Sr. Rosa. Bueno, eso lo sabremos después, a golpe de «flashback», porque todo se ha torcido y alguno ha muerto, alguno ha traicionado al resto, alguno se desangra en el suelo, alguno se divierte torturando policías y alguno quiere cortar los cabos sueltos con su 9 mm. Si no vieron «Reservoir Dogs», se perdieron un debut trepidante, la tarjeta de presentación de un joven cineasta llamado Quentin Tarantino. Y no estaría de más verla, aunque sea de nuevo, antes de acercarse al estreno que acoge el Centro Dramático Nacional, «Eurozone», una farsa política directamente inspirada por el filme en la que el director gallego Xron –acrónimo de Xesús Ron– se sirve de esta panda de atracadores para imaginar a los líderes europeos. La compañía estrenó la obra a finales de febrero de este año en el concejo gallego de Teo, donde tiene una residencia artística desde hace dos años. «Hacemos un trabajo de base, con los vecinos, creando público, colaborando con institutos y comerciantes... Para nosotros es interesante que un espectáculo que nace de un sitio tan pequeño llegue a una gran ciudad, con públicos tan divergentes», cuenta sobre su «fichaje» por el CDN.
En escena, lógicamente, no siguen al pie de la letra la cinta de Tarantino. Hay mucho que no está –sobre todo los «flashbacks»– y se centran en el presente, la parte del almacén. «Tratamos de establecer un dilálogo con "Reservoir Dogs". Lo que hacemos es trasaladar al escenario a ese grupo e gángsteres que está en continuo desacuerdo, echándose la culpa mutuamente, desesperados. Imaginamos una reunión de líderes europeos en la que podrían estar Cameron, Merkel, Hollande, Berlusconi, Draghi, Lagarde y De Guindos, y los llevamos a la peripecia de la película. Como líderes europeos, no están hablando de los problemas del robo, sino de toda la crisis financiera y de la crisis de soberanía de los países periféricos, sobre todo de los del sur». Y añade: «Lo que pasa es que en todo momento se comportan como los protagonistas, desconfiando unos de otros, echándose las culpas de la situación y tratando de hacer alianzas». Todo sucede en un espacio dominado por una gran escalera mecánica, un casino que no ha podido llegar a ser inaugurado «que representa la "arquitectura espectaculo", como símbolo del disparate en el que hemos vivido estos últimos años», cuenta el director.
Y es que, aunque Xron deja claro que su propósito es que el público «pase un buen rato» con «una acción de catarsis sin demasiadas pretensiones», hay un evidente mensaje político en la función: «Nos quedamos a gusto llamando gángsteres a toda esta elite –reconoce–. La función no va contra los políticos, sino contra esta clase dirigente en la que se mezcla el político con el banquero». La función les sirve además para dejar claro lo que piensan de la UE actual: «Europa fue una idea éticamente defendible y bonita al acabar la II Guerra Mundial. Pero se ha pervertido y, 70 años después, tenemos algo que no es la Europa que nos gustaría, un continente manejado por élites con intereses financieros y en la que se ha olvidado todo lo demás».