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La dramaturga y directora Ana Maestrojuán dirigirá los Premios Max en Pamplona

“Los diferentes tiempos que se viven en el teatro vertebrarán la ceremonia”, ha adelantado sobre la cita del 16 de junio en el Teatro Gayarre
La dramaturga y directora Ana Maestrojuán dirigirá los Premios Max en Pamplona
La dramaturga y directora Ana MaestrojuánToni Sasal / Fundación SGAE
La Razón
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La dramaturga, directora y productora Ana Maestrojuán ha sido seleccionada por el Comité de Premios Max para dirigir la gala de la 28ª edición de los Premios Max de las Artes Escénicas-Pamplona Iruña, que se celebrará el 16 de junio de 2025 en el Teatro Gayarre de la capital navarra.
“He pasado por todas las emociones básicas posibles: primero, estupor, euforia, negación; ahora, valentía y responsabilidad. Pero ¿quién dijo miedo?”, reconoce Maestrojuán (Pamplona, 1976), que acepta este reto “con ilusión y con ganas de mostrar lo que sé hacer”.
“Los diferentes tiempos que se viven en el teatro vertebrarán la ceremonia”, adelanta. “Historias no dogmáticas, abiertas y no conclusivas, que apoyen la temática del tiempo en las artes vivas, en el espectador, en el creador…” es su objetivo principal en una gala en la que trabajará, dice, “desde mis motores, aunque no deja de ser un espectáculo pensado para ser emitido por televisión”.
Ganadora en 2017 y 2019 del Premio a la Creación Artística del Ayuntamiento de Pamplona, la intensa carrera de la creadora navarra, con más de 15 obras, está incuestionablemente vinculada al Teatro Gayarre, el decimonónico escenario que acogerá la entrega. Un lugar que para ella es historia viva del teatro, y en el que confiesa jugará con ventaja. “Es un espacio cálido, del que conozco sus entresijos y sus defectos, pero también puedo aprovechar muy bien sus virtudes”, confiesa. Para ella, esta bombonera representa “un entorno seguro dentro de toda la inseguridad que supone este desafío”.
Tras 28 años de trayectoria ininterrumpida, los Premios Max aterrizan por primera vez a la Comunidad Foral de Navarra. “Hay una escucha muy activa por parte de las administraciones públicas y se tiene en cuenta a los profesionales, pero continúa habiendo carencias económicas y de programación. Hay que hacer pedagogía para que comprendan que la cultura es un bien necesario para la sociedad”, argumenta la también vicepresidenta de la asociación Escena Navarra (ESNA), sobre el estado de las artes vivas en la región.
Pese a ello, confía en que los Max sirvan para evidenciar el profundo tejido escénico de Navarra y faciliten la difusión de sus artes vivas: “Las periferias, como se nos llama a veces, también existimos; aquí hay un grupo de profesionales que tienen su valía, su recorrido y su posición dentro de las Artes Escénicas”, ha reivindicado la dramaturga, que también se rodeará de un equipo artístico repleto de creadores navarros para poner en pie esta 28ª edición.
En sus más de dos décadas de trabajo, Ana Maestrojuán se ha formado con autores como Alfredo Sanzol, Andrés Lima o Miguel del Arco. Jaume Melendres le enseñó “a mirar y a agarrar la vida” y sus estancias en Francia e Italia le permitieron “tomar una pulsión diferente”. Ha dirigido obras en el Festival de Almagro, en el de Olite o en el Teatro Gayarre, coordinado el proyecto de ficciones sonora Dramawalker del CDN en Pamplona, entre muchas otras actividades, también pedagógicas.
Formada como educadora infantil, ha escrito y dirigido textos que abarcan desde el teatro clásico hasta el familiar: “Del barroco he rescatado figuras femeninas injustamente olvidadas, como la de Ana Caro. En la ceremonia habrá algo de esta época porque es un vehículo perfecto para mostrarnos dónde estamos y, sobre todo, enseñarnos hacia dónde no debemos ir”, relata. Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Teveo, su vocación como docente le ha permitido encarar los espectáculos dedicados a la infancia y juventud “escuchando las preguntas y las respuestas de los niños y las niñas e implicando al adulto que les acompaña. Así construimos públicos del presente y del futuro”.
Un método que se repite continuamente: hacer que el espectador dude. “Soy una persona que lo cuestiona todo, me cuesta digerir los dogmas y la visión única me genera desconfianza. No me interesa el teatro que sentencia, sino el que genera preguntas”. Y son preguntas dirigidas siempre con un propósito: “Si las lanzo al público es porque me las estoy lanzando a mí misma; me resitúan en mi pensamiento, en mi ideología y en mi forma de ser”, reflexiona.

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