John Neumeier hace bailar a «Muerte en Venecia»
El director del Ballet de Hamburgo presenta en el Teatro Real su adaptación de la novela de Thomas Mann
El director del Ballet de Hamburgo presenta en el Teatro Real su adaptación de la novela de Thomas Mann
“La compañía es como un río que fluye, siempre es el mismo y siempre es diferente. El ballet es una expresión humana muy particular, lo importante es la implicación, el compromiso de cada uno en cumplir ese objetivo”. Así describe John Neumeier al grupo que dirige hace casi 42 años, el Ballet de Hamburgo. Consagrados como una de las corporaciones de baile más importantes de Europa, vuelve al Teatro Real de Madrid doce años después de su última visita para presentar la adaptación de la novela de Thomas Mann “Muerte en Venecia”, desde mañana hasta el 21 de marzo.
Bajo el subtítulo “danza macabra” Neumeier realiza su versión del famoso libro, como ya hicieron Luchino Visconti para el cine y Benjamin Britten para la ópera. Sin embargo, no se apoya en ellos pues “no quería interpretar una interpretación, quería tomar como base el texto original, que es extremadamente intelectual, extremadamente difícil de entender, no es un mero relato del sufrimiento, del sentimiento de un hombre. Es sobre el artista como persona viva”.
Para acompañar a la danza, Neumeier se ha apoyado en la música de dos clásicos, aunque él mismo asegura que “fue la decisión más difícil. Desde el principio planteé a Bach por la precisión de su escritura y la claridad de la forma de su música. Vi un comentario a una obra suya que decía que estaba basada en un tema de Federico el Grande. Como Aschenbach trata de escribir la biografía de Federico el Grande, pensé que era un mensaje que me venía de algún lado y la tomé para construir una vertiente de la personalidad de Aschenbach”. Por otra parte, “muchos expertos y estudiosos decían que fue Wagner el modelo de Aschenbach. Para la escena de la bacanal me vino a la cabeza “Tannhäuser” y curiosamente hay una versión para la ópera de París que fue escrita en Venecia así que la utilicé”.
En esta ocasión Aschenbach será un coreógrafo en crisis, pero Neumeier afirma que no se representa a él mismo, pues “en cierto modo todos los personajes de mis ballets son alter egos, necesito estar para crear. Pero no es algo intencionado”.