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Cuando los días que se acorta una recuperación se aplauden como orejas

Alfredo ArévaloPlaza1
La Razón

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Las redes se llenaban ayer de comentarios alabando la actitud de Ginés Marín, que reaparece hoy en San Isidro, solo diez días después de partirse el muslo en dos. En la corrida de El Parralejo el tercero le hirió con dos trayectorias de 20 y 25 centímetros. Hoy, poco más de una semana después actuará en el cartel de Fuente Ymbro, junto a Diego Urdiales y Roca Rey. Roza el milagro clínico.
Pero más allá de si el torero llega en condiciones para afrontar un desafío así -algo que solo él conoce-, es momento para analizar a prensa y aficionado. Es buena oportunidad para estudiar nuestro grado de responsabilidad cuando aplaudimos la cantidad de días que se recorta un plazo de recuperación, como si de orejas se tratara. Cuantos más mejor.
Porque en el ADN del torero está la capacidad de sobreponerse a una cornada e incluso revelarse para no entrar en la enfermería a pesar del charco de sangre que deja, pero es responsabilidad del espectador convertirlo o no en referente y ejemplo a seguir. ¿Acaso no es tan «torero» (calificativo con el que se aplaude este tipo de actitudes) el profesional que decide apostar por la cordura y la prudencia, y dejar su turno a un compañero en óptimas condiciones? El debate de la profesionalidad.
Quizá vaya en contra del ritual e idiosincrasia taurina, pero a falta de consenso, puede que un día resulte necesaria establecer un protocolo más estricto o un reconocimiento médico exhaustivo antes de la lidia, en caso de reaparición. Porque la merma física en el ruedo no solo pone en peligro al protagonista, sino también a todos los compañeros y subalternos que ocupan el albero y que arriesgarían su vida para ir al quite. Aunque el riesgo siempre está en el ruedo, es responsabilidad del profesional no sumar otros peligros evitables.
Con todo y con eso Ginés Marín, entre la superación y la temeridad, volverá hoy a la Monumental, ante el exigente hierro de Fuente Ymbro (como ya demostró en la novillada de hace dos días) y junto a dos figuras como Diego Urdiales (en su primera tarde en el ciclo) y Roca Rey. El torero que el otro día dejaba la ya casi «icónica» estampa yendo por su propio pie a la enfermería y recibiendo el afecto de su padre, vuelve hoy al ruedo.