Feria de San Isidro

Un contenido Roca Rey desatasca una tarde de resaca morantista

Rafa Serna puso la chispa en una corrida de ambiente enrarecido. No ayudaron los toros, tan carentes de emoción y de poder. A Urdiales no le embistió ninguno en la feria

Roca Rey en la Plaza de toros de las ventas
Roca Rey en la Plaza de toros de las ventas. David JarDavid JarFotógrafos

Otra vez se colgó el «No hay billetes». Ya van nueve en lo que va de feria. Y de nuevo, el peruano como gran artífice del llenazo. Es verdad. Pero en el aire, flotando en ese ambiente de resaca insoportable, campaba el aroma de Morante y su obra inconmensurable del día anterior. El rumor de Madrid, el olor a puro... y la mirada rasgada al palco. Con desprecio. Aunque lo ocupara otro. Ayer no estaba Ignacio Sanjuán (sí, el mismo que también negó la vuelta al ruedo al gran «Frenoso»), ni falta que hacía. Pero es desde allá arriba donde se impone el supuesto criterio que pretende reglar la emoción de una plaza entregada. Así nos va.

No obstante, ayer era otra cosa. Un reinicio. Aunque ese regusto amargo de no haber podido premiar lo extraordinario pesaba como una losa. Lo sufrió Rafa Serna con «Bizantino», el toro de su confirmación, a pesar del buen tono de su actuación y de la calidad (endeble) del toro, aquello parecía como de otro día. Como sin frescura y, por supuesto, sin fuerza para romper el hielo. Ese lo rompió después Roca firme, entregado y sincero. Así surgieron los naturales, uno a uno. Se llevó un puntazo en la mejilla de recuerdo, sin inmutarse. Era su día y no se dejó nada. Por eso se atracó de toro en la estocada que, de fulminante, también desbloqueó el trofeo.

Y no pudo Urdiales franquear esa barrera imaginaria con el segundo, un toro andarín, incómodo y mansurrón, al que obligó el riojano en una labor tan templada como insulsa por la condición del toro. Diego quiso y porfió con disposición, pero sin respuesta. El cuarto pareció venirse arriba en banderillas, cierto disparo, aunque sin terminar de romper. Lo busco Diego, sobre todo al natural, intentando dominar sin afligir, pero, cuando tuvo que apretar, el toro renunció a la pelea. Inédito se quedó el riojano en esta feria.

Más alegría tuvo el tercero, otro aire. Cierto es que Roca Rey se lo dejó crudo en el caballo (como siempre), y después le dio un trato exquisito en la muleta. Toreó con suavidad, incluso en esos dos cambios por la espalda de rodillas del inicio, para después regular la altura, los toques, los tiempos y las distancias según lo pidió un toro tan noble como obediente y escaso de poder. Buscó también, después, la cercanía, la misma que el toro deslució con sus protestas. El temple fue la virtud de Roca Rey, eso y un espadazo letal. Pero el ambiente enrarecido, sin jaleos, desembocó después en una petición de oreja desatendida. Esas cosas de Madrid. Y con el quinto volvió a recetar un trato delicado, muy lejos de esa explosividad usual del peruano, tan contenido ahora para intentar sacar ese fondo de clase sin vida del toro. Quiso apurar al final, cuando el público ya se impacientaba, y entonces, otra faena, vino una serie rotunda por la derecha, baja y poderosa, con el toro respondiendo y a más. Repitió la dosis en dos tandas sólidas, abrochadas con el de pecho, soberbio. Los circulares invertidos subieron la temperatura justo cuando cayó el aviso, pero el estoconazo rompió la tarde y llegó la oreja. Aun así, la tarde nunca se sacudió del letargo. ¡Menuda resaca!

FICHA DEL FESTEJO:

Jueves 29 de junio de 2025. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Décimo octava de feria. Lleno de "No hay billetes".

Toros de Toros de El Torero, correctos en su armónica y pareja presencia. 1º, flojo y sin fondo; 2⁰, andarin y manso; 3⁰, alegre y a menos; 4⁰, desfondado; 5⁰, noble y a más; y 6⁰, de movilidad sin celo.

Diego Urdiales, de tabaco y oro, pinchazo, estocada y aviso (silencio); y estocada (silencio).

Roca Rey, de sangre de toro y oro, estocada (palmas); y aviso y estocada (oreja).

Rafa Serna, de blanco y plata, estocada trasera (silencio); y estocada (oreja).

Incidencias: Rafa Serna confirmó con “Bizantino”, nº 48, negro bragado de 535 kilos.