¿Cuánto mide el recorrido del encierro Pamplona y cuáles son sus tramos ?
Las calles de la capital navarra, durante las fiestas de San Isidro, se traducen en 876,6 metros de pura adrenalina que conducen a los toros a su destino final: el coso
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Desde los corralillos del encierro hasta la plaza de toros, los encierros de San Fermín han lanzado a la fama las particulares calles del casco antíguo de Pamplona. 876,6 metros de pura adrenalina que conducen a los toros a su destino final: el coso. Porque no nos podemos olvidar que los encierros que hoy vemos masificados, son lo que queda de aquellas antiguas conducciones que se hacían a pie o a caballo desde las fincas a los mataderos y plazas de toros. Entonces eran los mayorales, vaqueros y pastores los encargados de guiar a los toros con la ayuda de los bueyes, mientras que ahora ese papel lo desempeñan corredores que van desde el turista anónimo hasta personalidades de popularidad mundial, como el ex jugador de los Bulls de Chicago, Dennis Rodman, por mencionar solo uno, pasando por los corredores clásicos, que no se pierden ningún encierro, por mucho que sea en el pueblo más recóndito de la geografía española.
Sin embargo, por muy bien que estés físicamente, es imposible completar todo el recorrido al mismo ritmo de los toros, no sólo por la distancia, sino por la masiva presencia de otros corredores y, cómo no, por la velocidad de las reses.
1. Cuesta de Santo Domingo. 280 metros
El primer tramo es el de la Cuesta de Santo Domingo, que va entre los corrales y la Plaza Consistorial, caracterizado por una pendiente pronunciada donde los toros tienden a agruparse. Debido a la fuerza con la que sale la manada, es uno de los tramos más veloces, violentos y peligrosos, especialmente en el tramo final de entrada a la plaza.
2. Plaza del Ayuntamiento-Mercaderes. 100 metros
Es uno de los tramos menos peligrosos, a pesar de que técnicamente es el mas complicado por su doble curva. Supone un desahogo para el corredor por ser un espacio amplio que permite correr y salir con cierta holgura, además, presenta múltiples escapatorias para refugiarse.
3. Curva de Mercaderes y Estafeta
La calle de Mercaderes termina con un giro de 90 grados a la derecha, hecho que solía provocar que los toros resbalen y vayan a parar contra el vallado exterior, aunque la aplicación, en los últimos años, de un producto antideslizante ha corregido este problema, sin embargo, el corredor debe tomar la curva por el ángulo corto si no quiere verse atrapado por la inercia de la carrera.
4. Calle Estafeta. 304 metros
El cuarto tramo es el más largo y se caracteriza por su estrechez y por la posibilidad que tienen los corredores de ponerse delante de los toros, ya que su ritmo es ahora más pausado y mantenido. Sin embargo, esto hace que sea uno de los tramos más populares y concurridos, lo que aumenta el peligro, pues no hay más refugios que los portales. El tramo de Estafeta se divide en dos: Estafeta-Bajada de Javier, que tiene una ligera pendiente del 2%, y Bajada de Javier-Telefónica, donde es normal que la manada se disgregue y queden toros sueltos.
5. Curva de Telefónica. 100 metros
Antes de entrar a la plaza, la carrera discurre por la calle Duque de la Ahumada, un tramo corto que dibuja el final de un embudo, donde el recorrido se vuelve a ampliar
perfilado por un doble vallado de madera. El cansancio ralentiza aún más la carrera y favorece su desmembramiento, lo que genera una situación peligrosa por excelencia. Es el lugar preferido de "Los divinos" y de muchos inexpertos.
6. Callejón. 25 metros
El recorrido se vuelve a estrechar al bajar al callejón de la plaza de toros, tanto que en varias carreras se han creado montones debido a la aglomeración de corredores caídos. Los mozos pueden refugiarse en unas gateras colocadas a ambos lados del túnel que da al ruedo de la plaza de toros.
7. Plaza de Toros. 67 metros
El envierro aliza así en la plaza de toros, en la que los mozos entran en abanico y dejan paso libre a los toros por el centro para que se enfilen a los corrales en línea recta, siguiendo a los cabestros, con la ayuda de los dobladores. La proliferación de inexpertos, más exhibicionistas que otra cosa, ha hecho peligroso un tramo que no lo era.