
San Fermín
Del encierro exprés a un cartel de altura: estos son los toros que echan el cierre a San Fermin
Una ganadería mítica, una carrera fugaz y limpia, y seis toros con nombre propio que despiden las fiestas grandes de Pamplona con Manuel Escribano, Damián Castaño y Jesús Enrique Colombo en el cartel

Decir Miura es convocar 183 años de historia, de bravura y de leyenda. Desde 1842, esta ganadería sevillana ha sido sinónimo de respeto, y aún hoy sigue bajo el apellido fundador, algo casi inédito en el campo bravo. Su sangre proviene del encaste Cabrera, línea escasa pero tremendamente codiciada por su seriedad, trapío y exigencia.
Los toros pastan en Zahariche, en Lora del Río, donde crecen con ese carácter tan particular que los distingue: alzada imponente, cuajo desbordante, miradas duras que parecen medir al adversario antes de cualquier arrancada. Son toros que no se fían, que no se entregan y que obligan a los hombres a ganarse cada palmo de terreno.
En San Fermín, los Miura han corrido ya 43 encierros. Desde 1981, Pamplona no concibe un final de fiestas sin su presencia. Su comportamiento intimida más que hiere: en 42 participaciones anteriores dejaron 20 corneados, pero la mayoría de las veces lo que siembran es tensión, no sangre.
Un encierro de vértigo, limpio y noble
El 14 de julio, bajo un cielo que ya olía a despedida, los Miura volvieron a echar el cierre a los encierros. Y lo hicieron con una carrera fulgurante: solo 2 minutos y 16 segundos, el más corto de todas las fiestas de 2025. La manada se mantuvo unida en los primeros tramos, pero a partir de Mercaderes los toros tomaron la delantera, permitiendo ver carreras brillantes y puras.
A pesar de su tamaño —algunos superan los 600 kilos—, los Miura ofrecieron un comportamiento noble y poderoso. El parte médico provisional confirma tres heridos por contusiones, sin corneados. Una carrera limpia que no restó emoción, al contrario: fue un recital de fuerza y equilibrio.
Lo que distingue a los Miura no es su fiereza desbocada, sino su dominio del recorrido. Intuyen, calculan, corrigen. Y ese conocimiento de la calle es lo que convierte cada encierro con ellos en una pieza única, cargada de suspense.
Este es el orden de lidia para esta tarde
La corrida que cierra esta tarde la feria de San Fermín presenta un cartel con experiencia y valor ante la exigencia de Miura.Manuel Escribano, veterano en esta ganadería, vuelve a Pamplona tras su paso por esta misma cita el año pasado. Su conocimiento del encaste y su entrega lo colocan como pieza clave en el cierre. Damián Castaño, sobrio y técnico, buscará consolidarse con dos toros que pondrán a prueba su capacidad y pulso. Jesús Enrique Colombo, que ya sabe lo que es abrir la Puerta Grande con toros de Miura, completa una terna equilibrada y con alicientes.

Este es el orden de lidia:
"Divorciado", nº 73, negro, 585 kg, para Manuel Escribano
"Embajador", nº 20, cárdeno, 610 kg, para Damián Castaño
"Jabato", nº 69, sardo chorreado, 615 kg, para Jesús Enrique Colombo
"Choricero", nº 8, cárdeno, 620 kg, para Manuel Escribano
"Chinelo", nº 17, cárdeno, 575 kg, para Damián Castaño
"Luminario", nº 15, mulato listón, 595 kg, para Jesús Enrique Colombo

Como sobreros quedaron reseñados "Arrinconado", nº 16, y "Calvoso", nº 23, ambos con el hierro de La Palmosilla.
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