Decisión
Rafael de Julia se aparta de los ruedos por salud
El torero madrileño anuncia un parón indefinido mientras lucha por recuperar su bienestar físico y mental, sin renunciar al sueño de volver a vestirse de luces
No hay retirada, pero sí un paso al lado. Un gesto valiente. El matador Rafael de Julia ha comunicado su decisión de alejarse de los ruedos por tiempo indefinido, motivado por problemas de salud. Lo ha hecho a través de un comunicado en sus redes sociales, en el que deja claro que la llama del torero sigue viva y que su objetivo, aún en la distancia, sigue siendo regresar a los ruedos.
“El torero sigue vivo, su llama no se ha apagado y sigue soñando con volver a vestirse de luces”, dice el texto, con una carga emocional evidente. El anuncio no detalla la naturaleza del problema, pero apunta que en las próximas semanas se informará del cuadro clínico y evolución, lo que invita a pensar en una lucha compleja, posiblemente vinculada al ámbito de la salud mental y los trastornos alimenticios, con los que el toreo, como cualquier otra profesión exigente, no está exento de convivir.
La decisión cobra aún más sentido si se mira en retrospectiva. Muchos recordarán su presencia en la apertura de temporada en Las Ventas, frente a una exigente corrida de Adolfo Martín. Aquella tarde naufragó, no por falta de valor o conocimiento, sino por una incapacidad visible, tanto física como mental. De Julia, sin embargo, decidió estar. Quizá por necesidad interior, como quien se agarra a lo que ama para no hundirse. Fue un gesto conmovedor, aunque peligroso: para él, para su cuadrilla, para sus compañeros. Hoy, su decisión de parar aparece como una declaración de responsabilidad.
Alejarse del toreo en busca de salud no es un abandono, sino una forma de cuidarse y de cuidar. De Julia necesita ahora tiempo, acompañamiento médico y humano, y un entorno que lo abrace como persona más allá del traje de luces. Esa recuperación, lenta pero firme, tendrá sin duda el respaldo del mundo del toro, que sabe distinguir cuándo un gesto es también una forma de valentía.
Hoy no se despide un torero. Hoy se anuncia una pausa necesaria, honesta, dolorosa pero también luminosa. Porque hay batallas que se libran en silencio, y también merecen una ovación.