Cine
"La Tregua": suspiros, desde la URSS, de España
Miguel Ángel Vivas dirige esta historia de españoles de ambos bandos que llama a la unión
Hay un momento de la película –y no hacemos ningún spoiler– en que uno de los soviéticos al mando del gulag, ebrio y cansado de escuchar a franceses cantar La Marsellesa, le pide a los presos españoles, soldados republicanos y nacionales, que canten el himno de España. Unos entonan el himno de Falange y otros el de Riego. No se ponen de acuerdo. Entonces, suena un violín con los acordes del pasodoble «Suspiros de España» –compuesto por Antonio Álvarez, en Cartagena, en 1902–, y ahí, sí, cantan todos a una sola voz: «Quiso Dios, con su poder,/ fundir cuatro rayitos de sol/ y hacer con ellos una mujer».
Al hilo, explica el director de «La tregua» Miguel Ángel Vivas que «la idea de la película era encontrar los lazos de unión, una vez que se quitan las ideologías y empiezan a aparecer las personas. Buscamos desde el arte, con la música; también con la comida, las cosas más pequeñas, como que fuera uno del pueblo de al lado. El pasodoble explica muy bien que no estamos hablando de himnos, no es un himno de un bando ni de otro.»
"Tengo muy claro que nuestros principios y nuestra moral deben estar por encima de nuestra ideología"
Esta cinta que, como cuenta su director, está inspirada en el documental «Los olvidados de Karagandá», se estrena en un momento propicio dada la polarización reinante en el país. Preguntado por este mensaje de unión, de confraternización entre españoles, Vivas reconoce que «es el motivo por el que nos metimos en este proyecto». Y amplia: «La pena es que hoy es necesario contar esto, pero hace diez años también, y me temo que dentro de diez años también lo será». Eso sí, matiza el cineasta sevillano: «No es una película política, pero sí humanista: yo lo que quería era intentar hablar de los seres humanos. Tengo muy claro que nuestros principios y nuestra moral deben estar por encima de nuestra ideología».
El desencanto
A los militares republicanos que habían ido a formarse a la URSS en aviación y marina, no se les permite regresar a España al término de la Guerra Civil y se les aprisiona, aplicando el artículo 58 de espías y traidores a la patria, en un campo de trabajo en Kazajistán. «La película habla mucho del desencanto –aclara su director–: el primero y el más lógico es el de los republicanos. De hecho, el personaje que interpreta Aron Piper, el capitán Telmo Reyes, es alguien que en todo momento piensa que van a salir de allí porque sigue creyendo en sus ideales, hasta que se la cae la venda. Pero también los de la División Azul se sienten traicionados por Franco, que una vez repatrían al resto de presos políticos, se niega a reconocer que haya españoles que fueron a luchar junto a Hitler».