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La última aventura griega de Patrick Leigh Fermor

María José Solano evoca la figura del autor de «El tiempo de los regalos» y el héroe que protagonizó el secuestro más célebre de la Segunda Guerra Mundial

El escritor y viajero Patrick Leigh Fermor
El escritor y viajero Patrick Leigh FermorLa Razón

María José Solano salió al camino porque a los mitos siempre hay que atajarlos en su terreno. Todo héroe inspira una búsqueda. Un viaje que resuelva las preguntas sin resolver que siempre suele sugerir una biografía. Y Patrick Leigh Fermor, el hombre que protagonizó el secuestro más célebre de la Segunda Guerra Mundial –el general alemán Kreipe, en Creta, el 26 de abril de 1944– y autor de uno de los mejores libros de viajes escritos en el siglo XX –«El tiempo de los regalos» y sus dos continuaciones–, tiene unas cuantas anotadas en el inventario de sus andaduras para todo el que lo admire. A los 18 años abandonó el confortable resguardo de la patria natal, el 8 de diciembre de 1933, antes de que Europa temblase de nuevo bajos los cañones de la guerra, y emprendió un largo periplo que lo conduciría desde Inglaterra hasta los muelles de Estambul. Un recorrido, a través de varias naciones y un puñado de lenguas, que concluyó después de dilatadas travesías, pasos montañosos y estancias envidiables en grandes «schloss» dotados con magníficas bibliotecas. Un trayecto, salpicado de gratitudes y experiencias, que terminó pero del que, como resultaba previsible de antemano, jamás regresó del todo.

Su andadura vital discurrió a partir de entonces por aristas y filos que jamás debió imaginar en su primera juventud, alejadas de los estándares de cualquier recomendación escolar, quizá porque, una vez que alguien como él, de su estirpe y carácter, ha testado los aires de libertad resulta difícil desprenderse de ellos y embridarse en un oficio diario. «Salía a viajar por rebeldía, no por intelectualidad, sino por aburrimiento. Poseía el spleen del aventurero, no del urbano parisino. Él también tenía sus propios héroes. Esos caminantes románticos que existían antes. El que más le influyó de todos ellos fue Lord Byron. Creo que se adentró en ese viaje precisamente para emular a estos héroes», comenta María José Solano.

La escritora ha decidido dejar a un lado el estudio de lecturas y memorias, y, como aquellos viejos arqueólogos de antes que decidieron hacer la maleta y marcharse a Oriente para perseguir el rastro de viejas y extraviadas leyendas, lanzarse al encuentro del personaje en los mismos paisajes y pueblos que él frecuentó. El resultado es «Una aventura griega» (Debate), un libro que da la pauta de su singladura y en el que, con sigilo y una cuidada prosa, va esbozando la semblanza de Patrick Leigh Fermor. «Pensaba que los héroes solo existen en la literatura, pero con él he aprendido que también existen héroes que parecen literarios que se encarnan en hombres. Los héroes de la literatura nacen de héroes valientes, y Paddy es uno de ellos».

Héroes homéricos

María José Solano da cuenta aquí de sus encuentros y fortunas, de los relatos y recuerdos que cuentan los que todavía conservan memoria de él y va taraceando las páginas sucesivas con impresiones, anécdotas, sensibilidades, relatos y devociones personales de las que nacen un vivo y exacto retrato de Patrick Leigh Fermor. «Existe una evolución en el héroe literario desde el homérico, que es el Mediterráneo, que se parece al ser humano y que también tiene luces y sombras, hasta llegar al héroe cansado de Chandler. Pero Paddy y su generación volvieron la mirada hacia los protagonistas homéricos. Ellos tenían más que ver con el Mediterráneo que con Chandler».

La escritora va glosando aquí el perfil de un escritor de verbo inteligente, que sabía cómo seducir a los contertulios, al que le gustaba escuchar, pero que también conocía cómo conversar, y que, al igual que tantos, también esconde sus pequeñas tristezas. «Lo que pretendo con este libro es que la gente lea Paddy. A pesar de ser divertido, siempre le quedó una pena, la de que jamás se le reconoció como escritor y que no se leyó lo suficiente. Este es mi particular homenaje a un autor que nos dejó ese gran libro que es “El tiempo de los regalos”». La autora, eso sí, suma un breve corolario a su explicación y añade una realidad ineludible: «Su biografía es más importante que su literatura. Creo que es así, hay escritores que no están a la altura de lo que escriben. El canto homérico de Patrick Leigh Fermor es su vida. Su obra supone un esfuerzo artificial que en realidad no tenía en su vida, donde todo salía de una manera natural, espontáneamente y que le convertía en un hombre singular, en el héroe de los mil trucos».

María José Solano no se olvida de mencionar una lección, la que dio Paddy cuando secuestró a Kreiper. Los dos trabaron confianza gracias a que conocían a Horacio. «En un mundo maniqueo, de buenos y malos, no está mal aprender que el malo tiene también una parte de bueno y, al contrario. Lo curioso es que ellos dos llegaron a conectar a través de unos versos que fueron escritos tres mil años antes».