RAE

Villanueva: «En cuatro años, la RAE será sostenible económicamente»

Darío Villanueva, junto a José Manuel Blecua, durante la presentación del "Diccionario de la lengua española".
Darío Villanueva, junto a José Manuel Blecua, durante la presentación del "Diccionario de la lengua española".larazon

El nuevo director de la RAE anuncia un plan estratégico que contempla una sociedad de gestión para buscar autofinanciación y garantizar la viabilidad en el futuro

Un nuevo director, un nuevo proyecto. Fernando Lázaro Carreter modernizó la Real Academia Española (RAE); Víctor García de la Concha la hizo Panhispánica y José Manuel Blecua la ha conducido durante este difícil tricentenario. ¿Cuál será la Academia del futuro? Darío Villanueva, que ayer fue elegido para dirigir esta institución durante los próximos cuatro años en una sesión plenaria –por mayoría y en la primera elección: por 28 votos a favor sobre 35 (cuatro de ellos en blanco)–, aboga por un plan, que ya ha diseñado, que le permita afrontar la dura situación económica que atraviesa y establecer las bases de la nueva RAE. Entre las novedades que avanza está la creación de una sociedad de gestión –que en principio será deficitaria pero que se espera que sea solvente al final de su mandato– y que estará destinada a buscar autofinanciación para capear la complicada situación que atraviesa y que ponga unas firmes bases que garanticen su estabilidad económica. A pesar de los duros instantes que atraviesa, Darío Villanueva ha descartado los despidos, pero ha reconocido que «se ha abierto la posibilidad de despidos pactados», aunque reconoció que una «de las fortalezas de la RAE es su personal».

–¿Tiene ya un proyecto desarrollado para este nuevo mandato?

–En este tiempo como secretario he preparado un plan estratégico para la RAE que tendrá una vigencia de cuatro años y que coincide con el mandato del director. En este momento, una entidad pequeña como la RAE necesita una forma de gestión ajustada a la realidad actual. Existe un instrumento que aplican las empresas que es la planificación estratégica. Consiste en estudiar la situación y evaluar las fortalezas de una entidad y sus debilidades. También, conocer las amenazas y las oportunidades que tiene, en este caso, la RAE. Los vectores mencionados interaccionan. Una oportunidad puede neutralizar una amenaza y una fortaleza compensa una debilidad. Conocemos las fortalezas, debilidades y amenazas de la RAE, y, por supuesto, las oportunidades que se abren.

–¿En qué consiste ese plan?

–Hay que señalar el punto al que se quiere llegar y contar con los recursos y el tiempo que existen. Son los parámetros de esta planificación. Y lo aplicaremos a partir de enero. En estos cuatro años, la RAE llegará a una situación de sostenibilidad económica que le permitirá vivir otros 300 años más.

–¿Cuáles son esas amenazas?

–A veces un parámetro es una amenaza y una oportunidad. Es lo que ocurre con el reto de la sociedad digital. Por un lado resulta una amenaza para la RAE porque pertenece por su nacimiento y configuración a la cultura del libro, pero hoy en día la transmisión de conocimientos se hace a través del mundo digital. LA RAE siente esa amenaza, pero reconoce también oportunidades extraordinarias. Desde 2004 ofrecemos el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) en línea y de manera gratuita. Las consultas al mes son de 45 millones. Esto le proporciona a las academias prestar un servicio a una comunidad de 500 millones. Está España, México, Argentina y, en quinto lugar, EE UU. Todo esto también repesenta una oportunidad para los trabajos de la Academia la tecnología. Ahora tenemos un corpus del español del siglo XXI. Cada año introducimos 25 millones de formas del español tomadas de fuentes orales y escritas. El 70 por ciento viene de América y otro 30, de España. Las palabras están en su contexto: cuando se usó y cómo y en qué medio. Con esto, a la hora de tomar decisiones en el diccionario o la gramática tenemos un apoyo que ofrece un mapa del español actual y que está extendido por tres continentes. Y un cuarto: ya está en marcha el proceso de adscripción como academia correspondiente de la española y su integración en la asociación de las academias de la lengua española, la ecuatoguineana. Como ve las amenazas son oportunidades. Los usuarios del DRAE ya no acuden al libro, pero el libro tampoco va a desaparecer. El diccionario seguirá siendo un libro.

–¿Cómo va conseguir el respaldo económico que necesita?

–La aportación del Estado en el mejor momento no superaba el 50 por ciento de la financiación. El resto venía por ventas de obras, la Fundación, patrocinios puntuales... un recorte de un 60 por ciento ha afectado profundamente a nuestro presupuesto en los últimos años. La situación de la RAE no es dramática, porque tiene recursos propios para pasar este período de crisis si no se extiende en el tiempo. Si hablo de un plan estratégico a cuatro años, hablo de hacer actividades y alcanzar objetivos, como reducción gastos ordinarios, y no hablo de despedir personal, que está descartado, además de captación de nuevas fuentes de ingreso. Tenemos recursos para resistir sin ninguna situación dramática.

–¿Hay previsto durante los próximos años más publicaciones como la de «El Quijote» que puedan respaldar la autofinanciación de la RAE, debido, sobre todo, a que no se ha vendido tanto el DRAE?

-Para el DRAE falta la campaña de Navidad y los editores han advertido de una caída radical de la venta de libros, que afecta también al DRAE. «El Quijote» no es una operación comercial, es cultural, una manera de respaldar el sistema educativo. Lo que no negamos es que «El Quijote», en esta versión de Arturo Pérez-Reverte, que ha cedido todos sus derechos a la RAE, es un libro que se va a vender y que los derechos de autor correspondientes vendrán a la RAE. La primera edición ya se ha agotado. Estas ventas contribuirán a los ingresos. Igual que la Biblioteca Clásica dirigida por Francisco Rico, compuesta de 111 títulos. Se han publicado 26 hasta ahora. Quedan 15 años para finalizar la colección. También hemos firmado con el Consejo General del Poder Judicial un convenio por el cual se va a elaborar un Diccionario de estilo de la Justicia y un Diccionario de términos jurídicos. La doctrina la aportan los jueces, magistrados y profesores de derecho. Nosotros haremos la parte filológica, lexicográfica. El convenio contempla un retorno económico para la RAE por su trabajo. No es algo que CGPJ subvencione en un principio. Recibiremos un porcentaje sobre las ventas de las obras. Y vamos a hacer una segunda edición del Diccionario Panhispánico de Dudas. Otro de los proyectos fundamentales es la firma de un contrato con empresas como Microsoft para licenciar nuestros usos linguísticos en programas como office, y en aplicaciones para móviles, tabletas... Estamos en negociaciones para que la oferta del DRAE en línea, que tendrá nuevas aplicaciones y se ofrecerá a principios del año próximo, esté bajo patrocinio de una entidad.

–¿Seguirá el Diccionario Histórico?

–Hemos continuado con menos recursos. Pero este proyecto es largamente acariciado por la RAE, pero, por su envergadura, no ha llegado a su ultimación. Dentro de esta planificación hay una integración coherente de proyectos que parecen diferentes pero que son integrables. A partir de la DRAE hemos tenido un simposio sobre los diccionarios en la era digital. Una de las conclusiones es que existe una posibilidad, sobre un soporte digital, de hacer una especie de diccionario digital sin una frontera que separe el diccionario histórico del de uso. Vamos a tomarnos un año sabático antes de empezar a construir el futuro DRAE. Pero podemos hablar de una refundación del diccionario y de una posibilidad que estudiamos es configurar una planta del nuevo diccionario en la línea de ese diccionario total. Será digital. La 22ª edicióndel DRAE, a partir de 2004, se convirtió en un diccionario digital. A partir de ahora, será al revés. Será un diccionario concebido y distribuido sobre un soporte digital sobre el que haremos libros. Pero los libros vendrán después.

–¿Intentará modernizar durante su mandato los estatutos, las reglas internas...?

–En relación a los reglamentos, hemos aprobado unos nuevos en junio, que regulan la vida interna de la RAE. En los estatutos no percibimos necesidad de cambio. Son de 1993. Pero en el reglamento, sí. Lo estamos aplicando y va en esa línea de modernización.

–¿Queda algo que publicar? Ya ha salido el DRAE, la ortografía, la gramática...

–Y el diccionario de americanismos, también. Son el tronco de la RAE y van a seguir siéndolo. La gramática representará en el futuro lo mismo que el diccionario desde el siglo XVIII. A partir de ahora, la Real Academia Española lo que hará será revisar esta magna obra. Será un trabajo en progreso continuo. Igual que el Diccionario hasta ahora.