Sección patrocinada por sección patrocinada
Música

Música

Wilko Johnson: "Me senté a esperar la muerte y escribí una canción"

El guitarrista ha publicado «Blow Your Mind», un disco publicado en la prórroga de su vida que presenta en Madrid y Barcelona

El que fuera fundador de Dr. Feelgod, Wilko Johnson, en primer plano, junto a su banda
El que fuera fundador de Dr. Feelgod, Wilko Johnson, en primer plano, junto a su bandalarazon

El guitarrista ha publicado «Blow Your Mind», un disco publicado en la prórroga de su vida que presenta en Madrid y Barcelona.

Su historia es bastante conocida, pero la resumimos. En 2013, el guitarrista de Dr. Feelgood Wilko Johnson recibe una horrible noticia. Sufre un cáncer de páncreas que no puede ser operado. Le quedan diez meses de vida, quizá doce. Lejos de deprimirse, va a Japón de viaje espiritual y prepara su adiós. Al poco le informan de que su tumor puede ser operado. La historia está contada maravillosamente por Julien Temple en el documental «The Ecstasy of Wilko Johnson». Recayó después y grabó junto a Roger Daltrey un disco de despedida: «Going Back Home». Por suerte, tampoco esa era su hora y ahora presenta en Barcelona y Madrid «Blow Your Mind», su nuevo álbum.

–¿Cómo está?

–Bueno, a ver, déjame mirar... ¡no estoy mal! ¿qué tal tú?

–Son sus primeras canciones en tres décadas, ¿no?

–Bueno, no exactamente... pero sí mi primer disco. Estoy muy agradecidoporque fue la compañía la que me pidió un álbum y eso es extraño e inusual en mi vida. Lo que pasa es que mientras lo hacíamos tuve que pasar por el hospital, donde me arreglé mi... mi cáncer... y eso llevó otro año o así. Pero mira, aquí estoy.

–¿Cómo va de salud?

–Bien, gracias. Voy cada seis meses a hacerme un escáner y controlar que todo sigue igual.

–¿Cómo fue escribir?

–Tenía mucho material, canciones sueltas de los años oscuros y algunas ideas y partes de los ensayos con la banda. Pero todo a medias. Entramos allí a terminarlas con palabras.

–¿Fue rápido?

–Sí, trece días. Creo que, especialmente en el caso del rock & roll, si pasas mucho tiempo con una canción pierdes la espontaneidad. Así que siempre buscamos la segunda o tercera toma. Nada de doblar instrumentos o cosas raras. Directo y sencillo.

–¿Qué es lo que «vuela su mente» que da título al disco?

–Hay tantas cosas que hoy en día me emocionan... que podría decirte alguna filosofía barata, pero la respuesta es todo.

–En el disco canta que «hay un reloj contando mi tiempo».

–Uf, esa canción fue extraña. La escribí hace cinco años, cuando recibí el diagnóstico de cáncer y me dijeron que solo tenía unos meses de vida. La compuse simplemente sentado en casa solo, esperando a la muerte, de noche. Y nunca pensé que podría llegar a tocarla, lo hice y no sé por qué. (Ríe) De verdad que no lo sé. Imagino que pese a todo necesitaba entretenerme.

–¿Qué ha aprendido?

–Durante el año que pasé esperando la muerte, pensé mucho y me dí cuenta de muchas cosas que son verdad, que sabemos que son lo importante en la vida. Puedo recordar perfectamente pensamientos profundos, momentos de conciencia muy intensa. Tanto que después hasta creí que casi había valido la pena tener cáncer. Casi.

–¿Y ahora cómo se siente?

–Pues habiendo inesperadamente escapado de esa posición y estando de nuevo en el mundo, eso me parece un sueño. Pero lo primero en lo que pienso cuando me levanto es que algo se ha quedado conmigo: «Hombre, piensa lo que es importante y lo que no», me digo. Y la reflexión se resume en que la realidad va llegando a mí: «Hey, estoy caminando por la calle y eso es excepcional». Debería estar en mi tumba hace cuatro años.

–Menciona a Buda en el disco, ¿le interesa el budismo?

–Soy ateo, y lo he sido siempre, pero me gusta la iconografía del budismo, al contrario que la cristiana, basada en la agonía. Cuando me estaba muriendo fui varias veces a Japón y pude ver esa paz y aceptación. No es que crea en Buda, me gusta, parece buen tipo.

–Hay otra canción sobre la marihuana, ¿la usó durante el tratamiento?

–La verdad es que era buena para mi humor y mi estabilidad emocional. Y para mi cabeza, para explorar mis recuerdos, aunque los cirujanos pensarían que solo era un viejo drogata.

–¿Cuál es su propósito en la vida?

–Absolutamente ninguno. Estoy viviendo un tiempo extra. ¿propósito? No tengo nada de eso.