Sergio Higuita, el niño que manda en el ciclismo colombiano

Mientras Nairo Quintana se hacía grande en el Mont Ventoux, las carreteras colombianas eran sometidas por un pequeño escalador que se acabó de pulir en el País Vasco. Sergio Higuita fue el primero de la general. Por detrás, su compañero en el Education First, Felipe Martínez, y más al fondo, los ganadores del pasado Tour, Egan Bernal, y del Giro, Richard Carapaz.

Higuita ya se había impuesto en el campeonato nacional de Colombia por encima de las grandes estrellas del país. Avanza rápido el menudo ciclista colombiano, de sólo un metro y sesenta y tres centímetros. Su tamaño, su cara de niño y su perenne sonrisa no dan idea de la fiera que esconde. Un luchador capaz de adaptarse a todo y de competir contra todo.

Hace un año estaba comenzado su «Erasmus» en la Fundación Euskadi, cedido por su actual equipo. Pero su rendimiento llamó la atención de Jonathan Waughters, el mánager del Education First, desde el principio. Fue ya el mejor joven en la Vuelta a la Comunidad Valenciana en febrero. Y no dejó de brillar hasta que Waughters reclamó a la Fundación Euskadi que le devolviera a aquella joya.

Había sido segundo en la etapa reina de la Vuelta a Andalucía y quinto en la Vuelta al Algarve después de una victoria de etapa. En la Vuelta a España ya compitió con el maillot del equipo propietario de sus derechos. A pesar de la mala suerte que persiguió a todo su equipo se marchó con la sonrisa intacta y una victoria de etapa, la que acababa en Becerril de la Sierra.

Higuita, al que todos en su barrio llaman René, como el mítico portero colombiano con el que comparte apellido, parece no tener techo. «Esto es un ejemplo para los demás jóvenes. Si se sueña, lucha y persevera se pueden lograr las metas. La fuerza mental es importante para no rendirse. Hay veces en que queremos obtener todo y por eso se cometen errores; con calma todo llega a su debido tiempo», advierte a los que llegan detrás.