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Fury noquea a Wilder y reivindica su condición de nuevo “rey” del boxeo mundial
El británico se impone en el séptimo asalto y se erige como nuevo campeón del Consejo Mundial de Boxeo del peso pesado
Cuando Tyson Fury decía en las entrevistas previas a su revancha con Deontay Wilder que iba a noquear al campeón, no fueron pocas las risas sonoras o los entrecejos extrañados que se sucedieron. Sobre el papel, tendría que ser al revés: que el campeón derribase al aspirante, por historial, por estilo... Pero cuando “The Gypsy King” salió golpeando, con actitud agresiva y dominante, y logró derribar a “Bronze Bomber” en el tercer asalto, las risas y los entrecejos se convirtieron en asombro y sorpresa; y cuando en el séptimo el árbitro decidió finalizar la contienda en favor del nuevo campeón, la sorpresa y el asombro se convirtieron en realidad palpable.
El británico salió pletórico, enérgico, y con una estrategia clara: negar la distancia del estadounidense, letal cuando carga la derecha fulminante que tanto le caracteriza. Por eso este combate es para ponérselo a los chavales que empiezan a boxear; porque en el primero se vio una actitud más pasiva por parte del nuevo campeón, pero esta noche, en cuanto veía que había posibilidad de propiciarse una situación peligrosa para él, se abrazaba a su rival (actitud que combinó con empujes y agarres que le costaron un punto en el quinto asalto), le impedía su boxeo y comenzaba de nuevo con el suyo, ese que le ha servido para consagrarse como campeón.
El clave fue el tercero. Con un Tyson Fury que avanzaba hacia la victoria, este propinó un tremendo golpe en la zona occipital del ex campeón del Consejo Mundial de Boxeo que le hizo besar el suelo. La oreja comenzó a sangrar y Wilder empezó a perder. Nadie se esperaba que de verdad le noquease... Pero sucedió. De este fatídico tercer asalto en adelante, Deontay Wilder dejó de ser ese boxeador que tanto se caracteriza por ser; un tipo firme, duro, recio, que aguanta con casta hasta poder meter su golpe. Las piernas le temblaban, se trastabillaba: llegó a caer dos veces más aunque sin cuenta regresiva, pero sirvió para ver que la corona comenzaba a resbalar de la cabeza del americano.
TYSON FURY beats Deontay WILDER!!!!! #FuryWilder2#FuryWilder#WildervsFury2pic.twitter.com/06XSqBw71o
— Dokkan Battle Global (@DokkanBattleGL) February 23, 2020
Fury dibujó un combate perfecto: sacaba sus golpes fuertes, obró con un jab constante que se sentía más como un martillo que como una barrera para poner distancia y cortó constantemente la distancia de su rival para reducir el recorrido de sus golpes y, por tanto, disminuir la fuerza de estos. El plan salió a la perfección; tras una cuenta más, el árbitro decidió en el séptimo que el clínic estaba siendo demasiado para un dignísimo y respetable ex campeón del peso pesado y finalizó la disputa.
Cuando le preguntaron después del combate sobre sus sensaciones, Fury no dudó en alabar a su rival (“Es un gran campeón y estoy seguro de que volverá a serlo”) pero mandó un mensaje claro a Anthony Joshua: “El rey ha vuelto”. La corona ya la tiene y en el trono se ha sentado. Joshua, ¿quieres unificar la división del peso pesado? Cuidado: “The Gypsy King” está de vuelta y en mejor forma que nunca.
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