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La eterna lucha entre las ligas nacionales y la Champions League
La lucha por el poder entre grandes y pequeños es algo propio y natural del ser humano. Ha sido así siempre y probablemente lo siga siendo durante miles de años más. Por eso, la actual lucha entre las ligas nacionales y la Champions League no es algo que pille de sorpresa y, de hecho, se ha venido repitiendo a medida que el fútbol, y por tanto sus competiciones, ha ido creciendo y globalizándose
El desmesurado crecimiento de la Champions League en los últimos años
La Champions League nació en la temporada 1992/1993 para sustituir a la Copa de Clubes Campeones Europeos, la mítica Copa de Europa. Casualmente, o igual no de manera tan casual, esa misma temporada dio comienzo la Premier League inglesa, lo que desde el siglo XIX había sido la Primera División de la Liga inglesa de reorganizaba y pasaba a ‘privatizarse’, desligándose de la FA (la federación de fútbol inglesa).
El objetivo de ambos nacimientos, aunque más bien eran refundaciones, era conseguir torneos más atractivos para el espectador y que, por tanto, fueran de la mano de un aumento de las visualizaciones por televisión y de un crecimiento de los ingresos.
Y hay que decir que ambas organizaciones lo han conseguido. La Premier League se ha convertido en la liga de clubes más poderosa del mundo (teniendo en cuenta todos los deportes) y la Champions League ya es desde hace años el torneo de clubes más prestigioso del planeta. En verdad, no hay más que ver una panorámica de las mejores casas de apuestas online y sus bonos para darse cuenta de que ambas competiciones son las más populares del planeta, ya que sus partidos prácticamente llenan las portadas de todas ellas.
Sin embargo, el choque ha sido inevitable. La Premier League y las demás ligas nacionales europeas ya empiezan a notar los síntomas del gran crecimiento de la Champions League, una competición que puede permitirse, gracias a su flexibilidad, ir evolucionando e ir ganando más terreno a las competiciones exclusivamente nacionales. Esta flexibilidad la ha convertido en un monstruo que está muy cerca de cargarse a la competencia.
La dependencia de los clubes hacia la Champions League
El principal problema para las grandes ligas ha venido de la mano del crecimiento de la Champions League y el reparto de sus ingresos. Este problema, que no es otro que la cada vez mayor desigualdad entre los distintos clubes nacionales, no hace más que expandirse. ¿Por qué? Porque quien consigue participar en la Champions League tiene acceso a unos ingresos que no tienen los demás. Estos ingresos son usados para mejorar el equipo y, obviamente, los mismos equipos se vuelven una y otra vez a clasificar, engordando sus cuentas a costa de los demás equipos nacionales.
Este crecimiento de la Champions League, y por tanto, esta posibilidad de ofrecer mucho dinero a los equipos que participan en ella, ha hecho que estos últimos, los equipos más poderosos de Europa, los sean mucho más y dependan en gran medida de estos ingresos para conseguir mantener su nivel. Es decir, que cada vez más el interés en la liga nacional se centra en el hecho de clasificar para la Champions League, que es el torneo con el conseguir marcar las diferencias.
En resumen, los grandes clubes dependen no solo de clasificar para la Champions League para mantener su estatus económico, sino que además deben seguir aumentando la importancia de esta competición para que la bola sea aún más grande y sean aun más beneficiados por el sistema.
La desigualdad de las grandes ligas nacionales
Como hemos comentado antes, la desigualdad es el principal problema de las ligas nacionales. Es obvio que siempre ha habido equipos más poderosos que otros, pero los pequeños, o la clase media, siempre estaban más cerca de los grandes de lo que lo están ahora. Y esa desigualdad ha sido producida por el extra de ingresos que la Champions League ha repartido entre los que casi siempre juegan esta competición.
Y esto no solo ha pasado en las grandes ligas europeas. En las pequeñas, donde solo el campeón tiene acceso a la Champions League, este problema es mucho más grave. Nunca en la historia del fútbol europeo se habían dado tantos casos de competiciones ligueras ganadas de manera consecutiva por un solo equipo. Los casos más obvios son los de Francia e Italia, con el PSG y la Juventus, pero en otros países más pequeños esto se ha vuelto el pan de cada día, lo que hace perder atractivo a ojos de sus propios ciudadanos que suelen girar la vista a la Champions League, el torneo más brillante del mundo.
El chantaje de los grandes clubes a la UEFA
¿Hay solución? Pues analizando lo sucedido en los últimos años, parece que no. Los grandes clubes están encantados y no van a permitir que el camino andado hasta ahora se rebobine. Es más, van a querer seguir andando hacia delante, hacia que el reparto de ingresos sea aun más desigual y la gran parte del pastel se lo queden ellos.
¿Y por qué tienen tanto poder? Porque llevan años amenazando con la creación de una Superliga europea cerrada que destruiría a la UEFA tal y como la conocemos y haría desaparecer de forma paulatina a las ligas nacionales. Y eso no lo quiere nadie. Por eso la UEFA no hace más que ceder y las grandes ligas no hacen más que irse adaptándose a lo que hay, intentando no romper la baraja y asegurándose algunas migajas.
Por todo ello, parece que los derroteros que ha tomado por ahora el futbol de clubes en Europa no van a cambiar y que la eterna lucha entre las ligas nacionales y la Champions League va a tener un campeón claro. E igual no es ni si quiera la UEFA, que es la organizadora de un torneo que amenaza con comérsela a ella igual que a las ligas nacionales.
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