Coronavirus
Enrique Múgica detestaba la Memoria Histórica de Zapatero y el separatismo
Mi deseo que es que Real Madrid y Atlético jueguen la próxima Champions y para eso hay que agotar todos los partidos que quedan de esta temporada
Lunes, 13. Arte
Como no hay actividad deportiva, leo y veo televisión. Escribió Chesterton que el arte es la firma del hombre. Sonoro, brillante, ingenioso.
-Y cierto.
Arte es casi todo lo que toca, hace, descubre, muta y crea el hombre. El deporte es arte.
-El fútbol es ganar, ganar y volver a ganar- gritó, entre enfadado y furioso, Luis Aragonés una vez en el vestuario. La frase lo ha inmortalizado.
-El fútbol es política- selló esta otra verdad en una conferencia Emilio Romero.
Murió hace unos días Enrique Múgica. Lo he sentido mucho. Mújica era político y artista. ¿Su arte? La calidad humana. Su inmensa calidad humana.
-Hay quien nos juzga por la ideología. Qué error. Hay que juzgarnos por nuestro amor al ser humano y por la eficacia y nobleza de nuestro trabajo.
Creía en lo que une. Detestaba lo que desune: el nacionalismo, el separatismo y, por supuesto, la Ley de Memoria Histórica de Zapatero.
-Esa idea, políticamente, es desaconsejable, reaccionaria- decía
Chesterton tenía razón: el arte es la firma del hombre. La firma de Enrique Múgica era el arte de la inteligencia, del perdón. Donde hay odio, revanchismo, venganza, no hay arte: hay corrupción, venganza e inmoralidad.
Le gustaba el Real Madrid:
-Hace España- celebraba.
Martes, 14. Virus
Hoy como ayer y anteayer, y mañana, como hoy. No hay otra cosa: virus. Y en la televisión, también todos los días, por la mañana, ministros del Gobierno dándonos el “parte oficial” de lo que hace el virus y de lo que debemos hacer nosotros, los ciudadanos.
-Qué rollo, qué desabrimiento.
A los ministros yo les pediría que fuesen más precisos, más lacónicos, menos tabarras. Otra sugerencia: como a las preguntas “maliciosas” de los periodistas contestan no contestando, ¿por qué no se suprime tal trágala? Mejor para ellos y para los espectadores.
-Seguro hay quien discrepa de esta sugerencia.
No digo que no. Los españoles, que dijo quien lo dijera, somos a la vez que afables inmaculadamente porfiadores.
Fútbol (qué respiro). Lo he leído: a CR7 le gustaría regresar al Real Madrid. CR7 es ya un hombre de negocios (como Piqué). CR7 tiene, sin embargo, 35 años y se duda que el Real Madrid, por mucha nostalgia que de él tenga, esté dispuesto a pagar 100 millones por su traspaso y por sus 35 años.
-De todos modos, CR7 sigue en forma física.
Eso también es verdad.
Miércoles, 15. Bartomeu
Jarana en el Barça. Lo de siempre: cuando el campo humano huele elecciones, florecen flores y espinos. Yo, la verdad, ignoro si el actual presidente del Barça es o no es magnífico.
-Le pasa -me cuentan- que la “cosa económica” no la lleva bien.
Quizá sea eso, quizá sea también que la presidencia del Barça sea tan erótica como la Moncloa para los políticos.
-Donde hay poder y hay brillo, hay envidia. Y codazos y patadas.
La soberanía del poder es uno de los peores “vicios”.
-En el fútbol, el soberano, más que el presidente, es el jugador. El Real Madrid, pongo por caso, empezó siendo Bernabéu y Di Stéfano, y hoy, un poco en pasado, ha sido Florentino y CR7. Mientras Messi pite y haga goles, Bartomeu no tiene nada que temer, salvo que haya por ahí algo raro o sucio económicamente-me cuenta quien me lo cuenta, todavía, hoy, directivo del Barça.
Jueves, 16. Frase
Una ministra del Ejecutivo de Pedro Sánchez en el “estadio” de los diputados/leones (cuatro gatos):
-Estamos mal, pero menos mal que estamos.
La tal ministra tiene carácter: flamenca, agresiva, brava.
-Si fuese futbolista, qué buena futbolista sería- pienso.
Lo digo en serio: el sexo débil, de débil, ya nada. “Se nos comerán, al tiempo. Se nos están comiendo ya”. En la política, y especialmente en el estadio de los leones, arañan como gatos rabiosos y muerden como perros adiestrados para morder.
-¿Es bueno para la concordia y la convivencia que las mujeres sean así?
Lo ignoro. Lo único que veo, e intuyo, es que si los tiempos avanzan que es una barbaridad, una barbaridad avanza también el ya mal llamado sexo frágil, dulce, vulnerable.
Viernes, 17. Fan
¿Quién no es fanático de algo o de alguien? “Sin un poco de fanatismo no se hacen milagros”. El deporte es fanatismo, como la política.
-Con una diferencia: el fanatismo deportivo es más noble y limpio que el político.
Según estamos viendo estos días, sí; el fanatismo político, además, a veces, para engañar, es gazmoño y santurrón.
¿Siempre?
Siempre no, solamente a veces. Pablo Iglesias, desde que ha ascendido a miembro de la monclovita familia del Ejecutivo de Pedro Sánchez, es otro.
-Es verdad. No se exalta, es moderado en el decir y hasta dice, de cuando en cuando, patria y “todos juntos en unión” para reconstruir el país (cuando diga España en lugar de país, seguro que los franciscanos lo admiten en su orden).
Yo no soy franciscano. Yo soy fan del Atlético de Madrid. Fan liberal, luego mi deseo liberal es que el Atlético y el Real Madrid jueguen la Champions de la próxima temporada. Para lo cual, dado que el fútbol es competición sana, noble y limpia (o sea, que no tiene nada que ver con la política), la Liga debe agotar la celebración los partidos que le quedan por jugar. Cualquier otra componenda, no sería deportiva, tampoco justa.
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