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Fútbol

Festival del Atlético ante Osasuna (0-5) de la mano de Joao Félix y Llorente

Doblete del portugués y gran segunda parte del centrocampista, con un tanto y dos asistencias, a Morata y Carrasco

OSASUNA-ATLETICO DE MADRID
Joao Felix y Diego Costa celebran el gol del Atlético; el portero de Osasuna, Rubén, se lamentaJesus DigesAgencia EFE

Joao Félix es la diferencia entre un Atlético y un Atlético que puede tomarse con tranquilidad la mitad del partido ante Osasuna. El portugués marcó los dos goles que abrieron la victoria de su equipo.

Pero no sólo son los goles. Joao es la diferencia en el Atlético, el socio al que busca Lodi cuando levanta la cabeza al llegar hasta la línea de fondo. Así nació el primer gol del Atlético, aunque Saúl hizo de intermediario entre el brasileño y el portugués. Pero su remate rebotó en un defensa y Joao Félix golpeó con limpieza a la escuadra. Un remate perfecto para dar un poco de paz a su equipo.

Al Atlético le costaba encontrar el gol, pero al menos ante Osasuna se permitió proteger a Oblak. El portero esloveno no tuvo que esforzarse demasiado para mantener el cero en su marcador. El Atlético era un equipo ordenado y contundente en defensa. La mejor manera de que el contrario no marque es que no dispare y a eso se aplicó el equipo rojiblanco.

Para marcar ya estaba Joao Félix, que también consiguió el segundo. Esta vez recibió un pase de Diego Costa en un contraataque y sólo tuvo que empujarla. Un gol sencillo para calmar definitivamente al Atlético.

Hizo muchas rotaciones Simeone. No estaba Llorente, la nueva pieza imprescindible para el Cholo. Tampoco Thomas. Los dos entraron en la segunda mitad, mientras Correa y Herrera ocupaban su lugar desde el comienzo.

Llorente volvió a marcar. Desde el banquillo, como en Anfield. Aunque esta vez no tuvo que recorrer amplios espacios para encontrar el remate. Recibió en el área, como si fuera un delantero y se llevó la pelota entre dos defensas por fuerza y resistencia física. Sin saber muy bien cómo se encontró sólo con la portería y Rubén por delante y resolvió con un remate perfecto, abajo y buscando la esquina. El crecimiento del ex madridista se hace visible en los goles y en los pases. La confianza que ha ganado en los últimos encuentros del Atlético le hace llegar donde antes no llegaba, dar pases de gol que antes no veía o que no se atrevía a dar. Pases como el que permitió a Morata marcar el cuarto del Atlético, un balón adelantado que dejó al delantero solo delante de Rubén.

La celebración de Morata la interrumpieron las dudas del árbitro. Pensaba el «9» rojiblanco que se iba a marchar de Pamplona con un gol anulado y son muchos ya desde que llegó al Atlético. Pero el VAR rectificó la impresión de De Burgos Bengoetxea y Morata pudo festejar.

No quiso abusar Llorente para marcar otro. Llegó al área con tiempo para disparar, pero vio la llegada de Carrasco por la izquierda y le regaló el gol. Ya lo había intentado en San Mamés, pero se le escapó el remate al belga. Llorente debió de pensar que su compañero se merecía el gol. Su trabajo en la presión sirvió para recuperar la pelota, que cayó a los pies de Marcos Llorente. Por eso, y porque tenía que hacer poco más que empujarla, quiso devolvérsela.

De poco le sirvieron a Osasuna los cambios. La entrada de Rubén García y de Adrián amenazó un poco al Atlético. Enric Gallego, cansado de pelear balones aéreos, encontró un par de socios capaces de entenderlo. En la primera acción fue Rubén el que saltó con la defensa y Gallego el que puso el centro para Adrián. Se escapó por poco el remate.

No imaginaba Osasuna que iba a encontrarse un huracán que se lo llevara por delante en los últimos minutos. Llorente terminó lo que había empezado Joao Félix.