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La huida de Messi, más ruido para el Barcelona

La marcha de Leo sería el último golpe para el club azulgrana, en el que nada parece encajar en los últimos meses

Soccer: La Liga - FC Barcelona v At Madrid
Leo Messi, en el suelo después de recibir una patada contra el Atlético de MadridMarc Gonzalez / AFP7 / Europa PressMarc Gonzalez / AFP7 / Europa Pr

El último golpe que le faltaba al Barcelona es la decisión de Leo Messi de abandonar el club al final de su contrato en junio de 2021. Eso anunció la cadena Ser en la noche del jueves al viernes, una noticia que añade más ruido aún al ya convulso entorno azulgrana en los últimos meses.

El despido de Ernesto Valverde cuando el equipo era líder evidencia un profundo afán de autodestrucción del club azulgrana, empeñado en interpretar la realidad de una manera mucho más negativa de lo que ofrecen los números. Con Valverde el equipo era líder, pero no jugaba bien. Ése era el argumento, aunque la destitución llegó después de la semifinal de la Supercopa española en la que el Barcelona fue muy superior al Atlético a pesar de la derrota.

El estilo era Setién, el regreso a Cruyff y todo lo que eso significa para el barcelonista. El técnico cántabro no prometió títulos, pero sí garantizó que su equipo jugaría bien. Ni una cosa ni otra por el momento. Y lo que es peor, el Barcelona parece haber regresado al pesimismo más oscuro anterior a Cruyff. Bastó un empate ante el Sevilla para que en el club y en su entorno se dispararan todas las alarmas. La Liga parecía ya perdida a pesar de que el Barcelona estaba empatado a puntos con el Real Madrid.

Las sensaciones son peores que los resultados y el único consuelo para el Barcelona parecía ser Leo Messi. Pero ni el argentino es eterno ni tampoco su paciencia, por lo que parece. Leo ha sido el principio y el final del Barcelona desde que se empezó a desmontar la generación que lo ganó todo con Guardiola y Luis Enrique. Puyol y Xavi se retiraron, Iniesta se marchó a Japón y todo descansaba sobre las piernas de Leo.

La marcha de Neymar no ayudó y tampoco la fallida búsqueda de recambios. El club se gastó más de cien millones en cada uno de los posibles sustitutos de Neymar: primero Dembélé; luego Coutinho y este año, Griezmann. Ninguno ha triunfado. Dembélé se ha pasado media vida lesionado; Coutinho está cedido en el Bayern y Griezmann aún no ha encontrado su sitio en el Barcelona.

El francés apenas jugó dos minutos en el último partido de los azulgrana contra el Atlético de Madrid. Ni siquiera en esta segunda parte de la temporada en la que los entrenadores disponen de cinco cambios para refrescar el equipo y los partidos se suceden cada dos o tres días encuentra sitio para él Setién.

Culpa de Leo, dicen algunos. Y Messi se cansa de ser la explicación para todo. Aunque ya no es el chico callado que espera a que le den la pelota para expresarse. Ya respondió públicamente a Eric Abidal, el director deportivo, cuando acusó a los jugadores de no «trabajar mucho» con Valverde en el banquillo. Leo respondió a través de su cuenta de Instagram.

Abidal, al que el club recuperó para que fuera el enlace entre la directiva y la plantilla por su buena relación con los jugadores, acababa de encender el vestuario, que no ha encontrado la tranquilidad desde entonces.

La salida de Messi al final de la siguiente temporada podría ser el golpe definitivo para el Barcelona, que ha perdido la fe en sus posibilidades. Aunque aún queda la Champions... Y la Liga.