El Cholo Simeone no se toca

Diego Pablo Simeone es el tótem del Atlético y además tiene contrato hasta junio de 2022. Es el entrenador mejor pagado del mundo con un salario neto en torno a los 24 millones de euros. Su intención y la del club es, al menos, alcanzar las once temporadas al frente del equipo rojiblanco. El Cholo no se toca y la mejor prueba es la reflexión que hizo Enrique Cerezo después de la dolorosa eliminación en la Champions ante el Leipzig: “Simeone es el que hace las alineaciones. El que le discuta la alineación, que se compre un equipo o haga un equipo y las haga él. Nos hemos clasificado para la Champions, hemos quedado entre los tres primeros y hemos llegado hasta los cuartos de final, que no es ninguna tontería”. Traducido: el Cholo seguirá en el Atlético el tiempo que quiera. Y es que su situación después del amargo final de temporada no tiene nada que ver con la que sintió al perder la segunda final de Champions ante el Madrid, la de los penaltis en Milán. Entonces se planteó su salida del club. Ahora no hay nada de eso.

“Intentaremos mejorar la temporada que viene porque ésta ha sido compleja”, afirmó tras caer ante los alemanes. Parón por el coronavirus al margen, la temporada del Atlético ha sido la más floja en la “era Simeone”. Lo dicen los números. El porcentaje de victorias ha estado por debajo del 50 por ciento cuando nunca había descendido del 55. El gol se ha convertido en un problema sin solución. Han sido 68 en 50 duelos, un promedio de 1,36 por partido. La única temporada con unas cifras similares es la 2015/16, con 1,56. Entonces se luchó por la Liga hasta el final y se perdió la final de la Champions. ¿La diferencia? Aquel equipo apenas encajaba: 0,54 goles en contra. El de esta temporada ha recibido 40 goles, 0,8 de promedio.

Y es que el Atlético ha sido tercero y ha logrado la clasificación para la Liga de Campeones con el menor número de puntos en los nueve ejercicios del Cholo. En Liga quedó descartado para la lucha por el título antes del final de la primera vuelta y poco antes el técnico ya había hablado de “año de transición”. En la Copa del Rey cayó eliminado en dieciseisavos de final ante la Cultural Leonesa en el Reino de León. Nunca se había despedido tan pronto. Y es que el Atlético de esta temporada ha sido un equipo de momentos. El de Anfield Road por encima de todos, con un Jan Oblak galáctico, y el de la semifinal de la Supercopa de España con una victoria ante el Barça que acabó con la salida de Valverde del banquillo azulgrana.

En el club tienen muy claro que Simeone es el responsable, no el único, pero sí el más importante, de que el Atlético haya vuelto a sentirse un club respetado en España y en Europa. Clasificarse para la Champions ya no es un motivo para visitar Neptuno. La próxima va a ser la octava temporada seguida en Liga de Campeones con lo que eso supone de estabilidad económica e institucional. Ahora hay que dar un paso al frente y en las últimas temporadas ha estado lejos de concretarse. Como resumió Oblak al final de LaLiga, antes de lo del Leipzig: “Nuestro objetivo está cumplido porque hemos entrado en Champions, pero al inicio de la temporada buscábamos algo más, aunque al final no fue posible. Se ha cumplido un objetivo, pero seguro que no es lo que hemos buscado y queríamos”. Simeone parece mentalizado para el nuevo escenario: “Va a ser una temporada dura, porque hay muy buenos equipos, muy buenos entrenadores y vamos a tener que seguir mejorando, porque se empieza a acortar la diferencia que veíamos años atrás, que eran siete u ocho puntos. Ya terminamos igual que el cuarto este año y todo eso va a ser una responsabilidad para nosotros como cuerpo técnico de mejorar la temporada que viene”. Y para eso con el Cholo en el banquillo queda menos de un mes.

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