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En la muerte del 10

El ex jugador al que Maradona salvó del suicidio y que ahora se ha tatuado su rostro

Pedro ‘Moncho’ Monzón ha relatado como el Pelusa evitó que se pegase un tiro cuando ya tenía la pistola en la mano.

Monzón muestra el rostro de Maradona en su brazo
Monzón muestra el rostro de Maradona en su brazoTwitterLa Razon

Pedro ‘Moncho’ Monzón, el primer jugador en ser expulsado de una final en la historia de los Mundiales de fútbol, ha confesado que Diego Armando Maradona evitó su suicidio.

“Yo tenía muchas ganas de suicidarme, estuve a punto de hacerlo durante muchos años”. El estremecedor relato pertenece a Pedro Monzón, quien ha contado en reiterada ocasiones un triste episodio personal que tuvo como protagonista al mismísimo Diego Armando Maradona, que había sido compañero suyo en la selección argentina durante el Mundial de Italia 90. Ahora, tras el fallecimiento del astro argentino, ha decidido rendirle homenaje con un tatuaje en su brazo.

El actual entrenador de Argentino de Quilmes, que milita en la Primera B Metropolitana del ascenso argentino, optó por una de las imágenes que más le gustaban de Diego y no dudó en ofrecer su antebrazo derecho para tenerlo inmortalizado por el resto de su vida. “¡Qué decir de nuestro DT! Diego en la piel de Pedro”, escribió al compartir las imágenes en la cuenta oficial de Twitter de su equipo. El ex compañero de Maradona afirma que no quiere olvidar lo que el Diez hizo por él y que esta es la mejor forma de recordarlo a diario.

El defensa, que a lo largo de su carrera sufrió problemas de adicción a las drogas, contó que una visita de Maradona evitó que se pegase un tiro cuando ya tenía la pistola en la mano.

Minutos antes Monzón había llamado a Maradona diciéndose él mismo que si ‘El Pelusa’ no venía a verle se suicidaba: “Tenía muchas ganas de suicidarme ese día, pero buscaba una excusa para no hacerlo. Por cobardía, supongo”. “Me había separado, tenía un local y vivía ahí. Tenía una sola silla, estaba mal económicamente, no tenía nada: apenas para comer . Entonces le llamé pensando que no vendría. Eso me salvó la vida. En un momento difícil pensé ‘lo voy a llamar, si no viene, me mato’. A la hora estaba dándome un abrazo”.