Real Madrid

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Así es el futuro de Zidane en el Real Madrid

Se considera que el mensaje del entrenador se ha desgastado, que sus planes son confusos y que no está llevando bien la plantilla. Los jugadores tampoco han respondido

Zidane, en el banquillo del Alcoyano-Real Madrid
Zidane, en el banquillo del Alcoyano-Real MadridJose BretonAP

Tras la derrota contra el Alcoyano se han estado recordando otras caídas del Real Madrid en la Copa del Rey contra equipos de Segunda B. Eso, primero, demuestra que lo del miércoles no fue el peor partido de la historia como, en esta época grandilocuente, dicen muchos. Es mejor pensar que lo dicen por la tendencia a la hipérbole y a las máyusculas que por la falta de memoria. Pero, segundo, si se recuerdan esos partidos, se puede ver que dejan más cicatrices de la deseadas o que reflejan más de lo que gustaría el estado anímico o competitivo de un equipo. Pellegrini cayó contra el Alcorcón, de manera mucho más rotunda y eso definió su futuro. Si consigues un título en otra competición, se olvida, sino, suma.

Le pasó a Benítez, en aquella noche de Cádiz. No fue culpa suya, pero fue el retrato de un momento en el que no estaba muy claro hacia dónde iba el equipo. Aquella derrota por alineación indebida estuvo rondando hasta que llegó Zidane y empezó una nueva era ganadora. También al primer Zizou le marcó la Copa. Perder contra el Leganés no fue tan desastroso como con un Segunda B, pero ahí vio el francés que el equipo estaba llegando a un punto de no retorno. O eso explicó en su extraña despedida.

La derrota contra el Alcoyano, por tanto, se puede esconder al final de temporada si el Madrid remonta el vuelo, pero deja algunas cicatrices, esas marcas en la piel que no te dejan olvidar que algo ha pasado o que está pasando. Y esta vez, se apunta a Zidane. No se va a ir y su futuro próximo no está en peligro. Pero ya no se sabe qué puede pasar la próxima temporada.

Da la sensación de que el entrenador ha perdido energía a la hora de convencer a sus futbolistas para que hagan algo parecido al final de la temporada pasada, cuando el equipo funcionó como un bloque, sin fisuras, todos listos para el objetivo de aguantar atrás y manejarse con resultados cortos. Pero ahora no lo consigue, como si el tiempo hubiera desgastado la comunicación o hubiese agotado su carisma.

Hay dudas en el club acerca de cómo está manejando la plantilla esta temporada. El caso de Odegaard justo antes del partido contra el Alcoyano ha sido el último caso, también el más doloroso. Los jóvenes creen que el entrenador les ha dado de lado cuando las cosas han ido mal y que no se ha comunicado con ellos. El noruego no era un joven sin experiencia en LaLiga, porque había dejado muy buenos momentos en la Real Sociedad, sin embargo, su paso por el Madrid de Zidane está siendo sin pena ni gloria y quiere irse. Recuerda a Reguilón, Achraf, Ceballos, incluso Jovic. Ni ellos ni Zidane llegaron a un punto de confianza suficiente: “Desde que tengo uso de razón, solo ha habido dos futbolistas que han llegado al Madrid jóvenes, con menos de 21 años, que es con lo que yo llegué, y que hayan sido titulares: Uno es Sergio Ramos y otro Karim Benzema, ambos dos leyendas del equipo”, explicaba Ceballos en una entrevista en Efe. Le preguntan que tendría que pasar para poder volver al Madrid: “No me tienen que decir nada. Sería tener una charla con el entrenador y el cuerpo técnico que esté en ese momento y saber que voy a tener igualdad de oportunidades con el resto de jugadores. A partir de ahí ya tienes que ganártelo en el campo”. Odegaard debe pensar algo parecido: que no ha tenido las mismas oportunidades que otros y que se le escapa el tiempo.

Zidane puede alegar que los jugadores no están cumpliendo y tendrá razón: Isco y Marcelo no aportan nada y Vinicius o Rodrygo no han terminado de estallar. Pero Isco y Marcelo son jugadores en los que confía, pese a que su ocaso viene de hace tiempo. Los pensamientos de Zidane son inescrutables, pocos personajes en el fútbol tan misteriosos, pero da la impresión de que confiaba en ambos por encima de la relidad. Con Vinicius nunca ha tenido buen feeling y el brasileño tampoco ha conseguido convencerlo. Rodrygo parecía estar más cerca, pero se ha lesionado. Valverde también le gustaba, pero se lesionó y le has costado encontrar el sitio.

Hay algo confuso en esta temporada de Zidane, como si no supiese qué carta jugar: quiso hacer las rotaciones que tan bien le fueron el año del doblete hasta que los resultados fueron innegables. No tiene el nivel de la plantilla de aquel año. Morata salía al final para resolver encuentros; James valía para poner balones al área; Isco estaba como nunca. El Madrid ha perdido esa clase de jugadores, porque se han ido o porque se han devaluado y ahora el escalón de diferencia en la plantilla es mucho más alto. Zidane, por eso, tuvo que cambiar de estrategia. Apostó por la continuidad extrema. Pero, a largo plazo no se puede mantener por el cansancio que suman los futbolistas más veteranos.