Vuelta a España

Ciclismo

Vuelta 2021. Debuta el Gamoniteiru, el Angliru del siglo XXI

Son 15 kilómetros de ascenso con rampas finales que alcanzan el 17 por ciento. La etapa llega en la última semana después de la subida a los Lagos de Covadonga

La etapa 18 de la Vuelta acaba en el Gamoniteiru
La etapa 18 de la Vuelta acaba en el GamoniteiruLa Vuelta

El Gamoniteiru es esperado desde hace tiempo en la Vuelta a España. Es uno de esos puertos que abundan en Asturias y que la organización de la carrera española no se cansa de descubrir. Son quince kilómetros de constante subida, con rampas que se acercan a un desnivel medio del diez por ciento y que llegan hasta el 17 en los últimos kilómetros. “Es una etapa dura de principio a fin, no es sólo el Gamoniteiru, es la Cobertoria y el Gamoniteiru”, explica Óscar Pereiro, ganador del Tour de 2006 y embajador de la Vuelta.

La subida se hará más dura porque llega en la última semana, después de la etapa que sube hasta los clásicos Lagos de Covadonga, otro de esos ascensos que la Vuelta descubrió no hace tanto. O sí, porque fue en 1983 cuando Unipublic estrenó esa subida. Fue la última Vuelta de Hinault, al que todavía le quedaba un Tour más por ganar.

El Gamoniteiru no es la única cima que descubre la Vuelta en 2021. El Picón Blanco, en la tercera etapa, es otro de ellos. Un clásico de la Vuelta a Burgos que se estrena en la Vuelta. Una durísima subida con tramos de hasta el 18 por ciento de desnivel.

La siguiente cima en debutar es el Balcón de Alicante, un pasaje del interior de la Comunidad Valenciana cercano al Xorret del Catí, un clásico de las últimas décadas. “Es la primera etapa de montaña. Seis puertos, incluyendo dos ascensos de primera categoría, pondrán a prueba al pelotón. Un día muy duro, con un recorrido de subida y bajada constante, casi sin descanso, ideal para que los favoritos enseñen los dientes”, dice el director técnico de la Vuelta, Fernando Escartín.

El Pico Villuercas significa la primera llegada en alto en la historia de la Vuelta en Extremadura. Una subida con la localidad de Guadalupe a sus pies con quince kilómetros de ascenso por delante y desniveles de hasta el diez por ciento.

Para el penúltimo día queda la subida al Castro de Herville, un alto de segunda categoría en Mos, la localidad gallega en la que nació Óscar Pereiro. Una subida que puede ser decisiva, cuando ya sólo quede por delante la contrarreloj final en Santiago de Compostela.

Además, la Vuelta recupera esas rampas finales en Valdepeñas de Jaén y un final parecido en la subida al Alto de la Montaña de Cullera. “Valdepeñas es ese gesto a esas rampas que tanto nos han dado. Me sorprende que después de tantos años seguimos metiendo cosas nuevas. Cullera es una etapa que me gusta, no son rampas imposibles, pero hay que ver esa llegada a Mos que va a hacer muchísima pupa”, advierte el director de la carrera, Javier Guillén.