Champions
El recado de Vinicius a los que dudaban tras su mejor partido con el Real Madrid
“La gente de fuera, que hable lo que quiera”, decía el extremo brasileño después de su doblete al Liverpool
Vinicius jugó ayer sus 84 mejores minutos con el Real Madrid, y su partido 106 con la camiseta blanca no lo va a olvidar nunca. El brasileño se mostró a lo grande en una de esas noches que están reservadas para los elegidos, y él se ha empeñado en serlo. Hizo todo lo que suele hacer siempre en cuanto a desborde, descaro y valentía, pero además tuvo toda la puntería del mundo. Y si además de ser él, mete goles... Su valor se dispara, como bien pudo comprobar el Liverpool, incapaz de detectar los movimientos del extremo. Alexander Arnold, considerado no hace mucho uno de los mejores laterales del mundo, tuvo que rendirse ante la actuación de Vini, que sonrió más que nunca.
Si se le criticaba su falta de gol, hizo dos, y si se decía que no tenía pausa y finura, tuvo de lo primero y de lo segundo. Hizo un control maravilloso ante un pelotazo largo de Courtois justo antes de dirigir con el pecho la asistencia de Kroos y colocarse la pelota perfecta para superar por bajo a Alisson. Tac, tac. Esta vez no tembló delante de la portería, todo lo contrario, porque en la segunda parte se vistió de delantero para pescar un balón de Modric y hacer el tercer tanto.
Se fue reventado y ante el aplauso de todo el mundo, hasta de Rodrygo, que lo esperaba en la banda para darle el relevo. «De cero a diez, estoy diez de cansado, pero creo que es bueno salir así, porque significa que lo he dado todo», confesaba en Movistar. En los goles se señaló el escudo de la camiseta, y con los índices apuntó al suelo, como diciendo que sí, que tiene calidad para hacer historia en el Bernabéu y no va a ser moneda de cambio de nadie. «Trabajo mucho, soñé con jugar en el Madrid con los mejores futbolistas del mundo y por eso señalo el escudo», explicaba.
Ha escuchado muchas cosas desde fuera, incluso de compañeros de profesión que bromeaban con su poca capacidad anotadora. Lo hizo Joaquín y Piqué le ofrecía muchas veces el disparo porque lo consideraba más inofensivo que un centro. «La gente de fuera, que hable. Mis compañeros me dan la confianza y la fuerza que necesito para hacer esos goles importantes», respondía. Vinicius ensaya el remate en Valdebebas y completa ese esfuerzo individualmente en casa. Y ese trabajo lo demostró en un duelo de colosos. «El míster nos da la tranquilidad para hacer en el campo lo que entrenamos antes», decía el héroe del día.
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