Gobierno

Sánchez se une al fuera de juego de Macron, Johnson y Draghi ante la Superliga

El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, pide diálogo para que haya un acuerdo beneficioso para todos

La creación de la Superliga de fútbol trasciende lo deportivo y muchos gobiernos ya han tomado partido. Entre ellos el español, que se ha unido a Macron en Francia, Boris Johnson en Reino Unido o Draghi en Italia, y a la misma Unión Europea, y se ha mostrado en contra de esta nueva competición promovida por casi todos los equipos grandes del continente, entre ellos el Real Madrid, el Barcelona y el Atlético de Madrid.

Consideran desde Moncloa que la Superliga «ha sido pensada y propuesta sin contar con las organizaciones representativas de este deporte, tanto a nivel nacional como internacional». José Manuel Rodríguez Uribes, el ministro de Cultura y Deporte, tuvo conversaciones con los presidentes de la UEFA (Ceferin), la Real Federación Española de Fútbol (Rubiales) y LaLiga (Tebas), además de con los responsables del Barcelona (Joan Laporta), Atlético (Enrique Cerezo) y Real Madrid (Florentino Pérez).

El ministro ha defendido ante sus interlocutores que «debe volverse a la senda del diálogo y del acuerdo en los ámbitos de decisión y organización a los que estos mismos clubes pertenecen para lograr una solución pactada que sea conveniente al fútbol y al deporte, tanto a los organismos nacionales e internacionales como a los equipos, los profesionales y la afición en general». Pide «espíritu deportivo» y que haya un «acuerdo amplio» y aseguran que hay «disposición de todas las partes a este diálogo».

Es un tirón de orejas más tibio que el deBoris Johnson. «Los planes de una Superliga serían muy dañinos para el fútbol. Golpearían el corazón del deporte doméstico y preocuparían a los aficionados de todo el país. Los clubes implicados deben responder ante sus aficionados», afirma el primer ministro británico, que añade: «Vamos a mirar con las autoridades del fútbol todo lo que podemos hacer para que no salga adelante».

En Italia, Draghi habla de «preservar las competiciones nacionales, los valores de la meritocracia y la función social del deporte» y en Francia, su presidente, Macron, opina que esta competición supone «una amenaza al principio de solidaridad y el mérito deportivo», ya que quince de los participantes serán fijos y todavía no está claro el modo de elección de los otros cinco. De momento, ninguno de Francia, ni siquiera el PSG, ha dicho que sí.

Es más algunos futbolistas del equipo de la capital gala, como el español Ander Herrera, se ha mostrado crítico: «Creo en una Champions mejorada, pero no en que los ricos roben lo que el pueblo creó», reflexiona. Su postura la han secundado otros jugadores, como los portugueses Cancelo y Bruno Fernandes, que juegan en el Manchester City y el United, respectivamente, dos entidades que sí están en la Superliga.

En Alemania, el Borussia Dortmund y el Bayern Múnich han expresado claramente que no han participado en su creación y que no la quieren disputar.

Pese a la «apertura al diálogo» de la que habla el Ejecutivo de Pedro Sánchez, las posturas ahora mismo están a años luz y la jornada de ayer fue más bien de cruce de declaraciones y amenazas entre los implicados.

Por ejemplo, la de la UEFA, que pretende «imponer todas las sanciones» que pueda. «Habrá que sacar cuanto antes de todas las competiciones a los clubes y prohibir a sus jugadores participar en las competiciones de la UEFA», afirmó Ceferin.

Los perjudicados, por tanto, no serían sólo los clubes, también las selecciones nacionales, ya que a la Eurocopa que comienza en menos de dos meses no podrían acudir futbolistas como Ramos, De Bruyne, Griezmann, Joao Félix, Pogba, Kroos, Kane...

Lo mismo podría pasar con el Mundial. Aunque la FIFA no se ha pronunciado recientemente, sí lo hizo el pasado enero mostrándose en contra de la nueva competición, por tanto Messi podría quedarse sin su último Mundial en Qatar en 2022, aunque el futuro del argentino no se sabe todavía en qué equipo está. La pregunta sería: ¿tiene sentido para UEFA o FIFA un Mundial sin las grandes estrellas? Sería más difícil de vender, más barato para las televisiones... Ese es un as en la baraja de los seguidores de la Superliga.