Adiós al título
Real Madrid: remontar al Villarreal no fue suficiente
El equipo de Zidane ganó al Villarreal en la segunda mitad, tras recibir un gol en la primera.
Metió el gol Modric, el gol que el Real Madrid había buscado en una segunda parte con más brío que en la primera y se acercó Marcelo a la banda a preguntar cómo iba el partido en Valladolid. Se lo dijeron: y casi se cae. No iba a suceder el milagro, pese a que el Real Madrid lo persiguió con una fe encomiable en la segunda mitad del partido y durante toda la temporada. Ganó un partido que se le complicó demasiado y en el que dejó escapar la primera parte sin que nunca sepamos por qué. Parecía que no lo iba a conseguir, pero cumplió por orgullo, por dignidad y por si sonaba la flauta en el partido del Atlético. No sucedió, pero el Madrid no puede reprocharse no haber cumplido lo que tenía que cumplir en el último día de una temporada dura e inolvidable.
El encuentro que la cerró fue el resumen perfecto del curso blanco, que ha sido un ir y venir de ese conjunto con limitaciones al equipo heroico, que se resiste a caer. Su partido en Londres en la Champions fue el ejemplo de lo primero, su choque contra el Liverpool y el esprint final de LaLiga, el ejemplo de lo segundo. Contra Villarreal fue los dos: en la primera mitad parecía que se le había agotado la gasolina justo cuando más cerca tenía el título cuando la esperanza había abierto una rendija y se veía la luz. Marcelo, en la grada, como suplente miraba hacia atrás en el Alfredo di Stéfano para que le confirmaran que era verdad esa noticia que corría como una ola, que había marcado el Valladolid y que el Madrid lo tenía en su mano.
Era verdad lo del gol, que el Madrid lo tuvo en su mano, no lo fue tanto. Porque dejó escapar toda esa primera mitad para aparecer en la segunda con la imagen del resistente hasta el final, con Marcelo, Isco o Mariano en el campo. Volvió a sacar fuerzas de su agotamiento y cuando parecía que ya se iba a dejar llevar porque las noticias de Valladolid eran fúnebres para ellos, Benzema y Modric, no puede ser casualidad que fueran ellos, remontaron el partido. No cambió nada, sin embargo en el otro partido.
El Villarreal perdió en los últimos minutos todo su buena imagen y también el resultado, quizá por los cambios de Emery pensando en la final del miércoles. Hasta entonces había estado mejor en el campo y jugaba con más fluidez. Por eso marcó: en una combinación en la esquina del área, donde jugó con claridad pese a los defensas madridistas. No hubo contudencia en la defensa blanca
Hizo una cosa extraña Zidane: apostó por Varane en vez de Nacho, cuando el canterano ha sido uno de los hombres fundamentales en este final de LaLiga. Ramos se pasó todo el partido en la grada/banquillo, dando ánimos, pidiendo calma y tranquilidad casi en la misma frase, apoyando y poniéndose de los nervios, pero sin jugar ni un minuto...a la espera de que Luis Enrique dé la convocatoria y a la espera de que se resuelva su renovación o no.
No funcionó el Madrid esa parte, con Modric absolutamente fundido, Casemiro agotado y Valverde sin llamar la atención. Lo mejor fue Odriozola, que mostró su mejor versión por la derecha, llegando en la primera parte y con buenos centros. Ha ganado enteros el lateral derecho blanco y ahora el club tiene que plantearse qué hace con él.
Odriozola era quien daba más profundidad al Madrid, porque en ataque nada funcionaba. Asensio termina el curso al nivel al que lo ha jugado, dejando serias sospechas del futbolista que es. No rompe como rompió hace ya demasiados años. Mientras Vinicius quedó muy lejos del futbolista que el ganó al Liverpool en Valdebebas, un momento cumbre e irrepetible de la temporada. Sin ellos mejoró el Madrid, que no fue brillante, pero sí tuvo orgullo.
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