Fútbol
El original regalo de Florentino Pérez al presidente del PSG, antes del partido con el Real Madrid
Ambas directivas han comido en un restaurante en Madrid en un ambiente más cálido que en el encuentro de ida
Los presidentes del Real Madrid, Florentino Pérez, y París Saint-Germain, Nasser Al-Khelaïfi, acudieron a la comida de directivas previa al duelo de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones en el restaurante madrileño Zalacaín, donde se respiró cordialidad a menos de cinco horas para el partido con el francés Kylian Mbappé como gran protagonista.
De la comida convertida en aperitivo de París, que no llegó a 40 minutos de duración, se pasó a un encuentro más calmado en la capital de España antes del partido de vuelta. Florentino Pérez quiso tener un gesto que fue bien acogido por la delegación del PSG, al recuperar las comidas de directivas que el Real Madrid había eliminado desde que se inició la pandemia. Además, el presidente blanco obsequió al del PSG con un regalo que ha desvelado El Chiringuito: una pequeña maqueta del nuevo Santiago Bernabéu, el lugar donde podría jugar Mbappé la temporada que viene.
El restaurante elegido fue el restaurante Zalacaín, pionero en España por alcanzar las tres estrellas Michelín, que reabrió sus puertas en julio del pasado año. El presidente del Real Madrid llegó con quince minutos de adelanto a la hora programada y Al-Khelaïfi también fue puntual. Al encuentro acudieron Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid, y Leonardo, director deportivo del PSG, entre otras personalidades.
Pese a las tensiones surgidas por la situación de Mbappé y su deseo frustrado de fichar por el Real Madrid el pasado verano, sumado a la situación de la Superliga, tras hora y cuarenta minutos de comida Florentino Pérez y Al-Khelaïfi abandonaron juntos el restaurante, se dejaron fotografiar en una instantánea que muestra el regreso de la cordialidad tras los acontecimientos de la ida en París.
En ese momento el club parisino cambió la cena en la víspera por comida en el día de partido, que apenas superó la media hora de duración. Fue una comida fría, sin el ambiente que sí ha habido en esta en España, como si la disputa del partido y el paso de tiempo haya enfriado un poco la tensión que desde el verano y antes hay entre las dos entidades. Puede que hasta que no solucione, en verano, el traspaso de Mbappé no vuelva cierta conexión institucional. Aunque el tema de la Superliga sigue separando a ambos clubes. El PSG se situó sin matices en el lado de la UEFA y quiso arrogarse el papel de defensor de los equipos más humildes, sin sonrojarse ni un poquito. Eso fue el principio de ruptura entre ambas entidades, que hasta ese momento tenían una relación muy cordial, sin ataques para los fichajes. Después, este verano, la oferta del Real Madrid de 200 millones por Mbappé tensó aún más las relaciones porque reflejó la abundancia económica del club francés: pese a que era el último año del futbolista y pese a que quería irse, no dio su brazo a torcer, porque no es un club que necesite el dinero. Le sobra y de ahí los fichajes que llevó a cabo.
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