Mundial de Atletismo

Adiós a Allyson Felix, la mujer que derrotó hasta a Nike

La atleta estadounidense se retira con un bronce en el 4x400. Suma 30 medallas entre Mundiales y Juegos Olímpicos y ganó otra “carrera”: logró que la marca deportiva cambiara su política discriminatoria con las mujeres embarazadas

Allyson Felix se retira del atletismo con un bronce en el relevo 4x400. Es su décimo novena medalla mundialista
Allyson Felix se retira del atletismo con un bronce en el relevo 4x400. Es su décimo novena medalla mundialistaJohn G. MabangloAgencia EFE

Si la elegancia corriendo tuviera nombre de persona se llamaría Allyson y se apellidaría Felix. Cada zancada que da la atleta estadounidense es como si flotara. No se pelea con la pista, el suelo más que ser un freno parece un impulso, y así, levitando, va diciendo a todos los que la llamaban de pequeña “patas de pollo”, por las piernas tan delgadas que tenía, que si quieren añadir algo y, en parte, que “gracias”. Porque ese insulto lo que hizo es darle fuerza, en lugar de hundirla, y se convirtió en atleta y no en una más, en una leyenda y casi en eterna, con 11 medallas (7 de oro) en sus cinco Juegos Olímpicos, de Atenas 2004 a Tokio 2020 (disputados estos en 2021), entre los 200 metros, los 400 y los relevos; un oro en un Mundial Indoor y 18 metales (12 de oro) en Mundiales al aire libre.

El broche de bronce lo logró en su décima participación mundialista. Fue la segunda relevista del 4x400 en un día en el que hizo todo el ritual por última vez: el paseo en la cámara de llamadas, pegarse el dorsal, la cinta en el pelo, la cara de concentración, los saltitos antes de empezar para activarse... Recogió el testigo de Elija Godwin e iban primeros. Felix dio su vuelta final, que no era la de honor, era pura competición, y no pudo mantener ese primer puesto, lo entregó segunda, acosada por la dominicana Paulino, pero nada comparado con lo que le pasaría a su compañera Kennedy Simon. La cuarta relevista estadounidense tenía una ventaja considerable, pero en los 400 metros quedarse sin energía es agonizar, morir, el cuerpo no responde y cada paso es un mundo. Por detrás la superó Fiordaliza Cofil para dar a la República Dominicana el oro; pero es que además llegó la neerlandesa Femke Bol para ganar la plata, y no ser primera por apenas nada, un par de metros le faltaron. Felix se iba con un bronce. No era el mejor final, pero sí era un final feliz. Y sonreía.

Y ese último éxito fue en Eugene, la “casa” de Nike. Cosas que tiene el destino.

Porque de los cientos de carreras que ha ganado Allyson Felix, la que considera más importante no fue en el tartán. Si los insultos no la amilanaron de niña y las rivales apenas pudieron con ella de adulta, el gigante que es Nike, marca deportiva por excelencia, con mucho poder en Estados Unidos, también cedió. En 2017 la atleta decidió que quería ser mamá, algo que algunas compañeras definían como “el beso de la muerte” en su deporte. En 2019, varias corredoras denunciaron que Nike les había dejado tiradas después de dar a luz. Fueron Alysia Montaño, cuya imagen disputando un 800 en los trials con una barriga de ocho meses dio la vuelta al mundo, y Kara Goucher, que explicó que tenía que dejar a su hijo recién nacido enfermo en el hospital para salir a entrenar porque si no competía no iba a poder cobrar. Felix, que es una superestrella, decidió unirse a la pelea y en una columna del “New York Times” habló de su caso: que tuvo que ocultar su embarazo por temor para poder seguir compitiendo y que estaba en negociaciones para renovar con la marca y le dijeron que le iban a reducir el dinero un 70 por ciento. Eso lo aceptó ella, pero puso una condición: “Le pedí a Nike que me garantizara por contrato que no sería castigada si no me desempeñaba lo mejor posible en los meses que rodearon al parto. Si yo, una de los atletas más comercializadas por Nike, no podía obtener estas protecciones, ¿quién podría? Nike se negó”, explica en su columna la velocista. En el parto, además, tuvo una cesárea de emergencia a las 32 semanas y su vida y la de la bebé, Camryn, corrió peligro.

Las protestas se multiplicaron a raíz de la denuncia de Allyson Felix e incluso hubo una investigación del Congreso. Meses después, Nike anunció un cambio en su política: garantizaba el pago y las bonificaciones durante 18 meses a las atletas que son madres. Otras marcas de ropa deportiva siguieron el mismo camino.

Allyson Felix, por supuesto, abandonó Nike e incluso creó su propia empresa de calzado, Saysh . Se convirtió además de en una gran atleta, en un referente social. Después de ganar el último bronce, con la bandera de Estados Unidos arropándola, se quitó las zapatillas y las dejó en el tartán. Un símbolo con el que quería decir: “He dejado huella”.