Atletismo - Marcha

Álvaro Martín: "Desde el Mundial sólo me han hecho tres controles antidopaje, deberían ser más"

Doble campeón del mundo, es una de las cabezas visibles de la lucha contra el dopaje, defiende más ayudas para los atletas jóvenes y hasta ha dado charlas en una cárcel. En París buscará completar el círculo. De todo ello habla en esta entrevista

Álvaro Martín, campeón del mundo de 20 kilómetros marcha
Álvaro Martín, campeón del mundo de 20 kilómetros marchaEuropa Press

Álvaro Martín (Llerena, Badajoz, 29 años) puede presumir de ser dos veces campeón del mundo, en 20 y 35 kilómetros marcha. Lo logró en Budapest en 2023. También tiene dos oros Europeos, 2018 y 2022. Y dos carreras universitarias, Políticas y Derecho. El próximo verano buscará cerrar el círculo en su cuarta participación en unos Juegos Olímpicos, en París, donde aparte de los 20 kilómetros se estrenará la prueba mixta, un relevo en el que hombre y mujer hacen una maratón caminando rápido. La marcha ha sido maltratada los últimos tiempos, incluso estuvo bajo amenaza de desaparecer del programa olímpico. De esa pelea, de la lucha contra el dopaje, de la que también es cabeza visible; del camino a París e incluso de la charla que dio en un cárcel habla en esta entrevista.

¿Cómo es el rincón que José Antonio Carrillo, su técnico, tiene en Cieza para entrenar marcha?

Por poner un poco en contexto... Yo siendo muy pequeñito, con 15 años, salí de mi pueblo, de Llerena, y me fui al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, en la Blume, y después de estar allí 10 años decidí que tenía que dar otro salto en mi carrera y como estaba entrenando con Carrillo, con José, y él vivía aquí en Cieza, me decidí a venirme con él. Es verdad que esto sí me recordaba mucho a mi pueblo, puesto que también es un pueblo aunque son casi 40.000 habitantes, y yo tengo aquí todas las facilidades y hay un mini centro de alto rendimiento, por así decirlo, a medida, que ha hecho José: aparte de la pista de atletismo tenemos un módulo especializado en marcha atlética y prácticamente el salto de un centro de alto rendimiento a un pueblo, que debería haber sido mucho más duro, aquí ha sido mucho más fácil. Además, con las comodidades de vivir en un pueblo, donde tienes mayor calidad de vida que en una ciudad como Madrid.

¿Han cambiado mucho las instalaciones con los éxitos conseguidos por Carrillo?

Él lo cuenta mucho, que desde Cieza ha sacado a cuatro olímpicos en su pueblo, más luego yo y otro compañero que venía de fuera, y eso sí ha hecho que haya una evolución: no había pista de atletismo y se construyó, posteriormente el centro especializado de marcha atlética... Al final con los recursos que íbamos teniendo nosotros vamos intentando mejorar, ya no sólo por nosotros y por nosotras, sino por otros compañeros que están entrando, que puedan también poder destacar.

¿En qué fase de entrenamiento se encuentra ahora, a cuatro meses de los Juegos de París?

Yo ya tengo la plaza asegurada, por lo que no tengo que ganarme la clasificación, y eso sí me ha dado tranquilidad para plantear la temporada. Por ejemplo, hemos hecho una pretemporada más larga de lo normal, porque tenemos un pico de forma que es allí en los Juegos, y ahora estamos en ese momento en el que ya no estamos en pretemporada pero todavía no estamos afinando, puesto que queda un mes y medio más para empezar a afinar para los Juegos Olímpicos. Estamos en ese momento en el que estamos entrenando cada vez más sin estar al máximo todavía.

Cieza es la sede, pero entrena en más sitios, como Sierra Nevada.

Por nuestra disciplina, las pruebas de larga resistencia, necesitamos entrenar en altitud, y también porque a mediados de mayo cuando nos vayamos ya a Sierra Nevada, aquí en Murcia, bueno, en el sur de España, empieza a hacer mucho calor. Al final, estar en altitud, aparte de los beneficios fisiológicos que podemos tener, es entrenar también con una temperatura adecuada, puesto que nosotros tenemos que entrenar al aire libre y no podemos refugiarnos en pista cubierta.

Bueno, esas temperaturas altas ya se encuentran también en enero o febrero...

Aquí hoy [la entrevista se hizo el 19 de marzo] tenemos máximas de 31 grados, por un día no pasa nada, pero esto día tras día... No sólo el entrenamiento, es que no descansas igual, te deshidratas mucho, no recuperas igual de los entrenamientos y hay que buscar otras opciones.

¿Cómo definiría la prueba de 20 kilómetros marcha?

Mucha gente se sorprende, pero la prueba de 20 kilómetros, para nosotros los marchadores, es la prueba de los esprinters, la prueba de velocidad. Yo la sensación que tengo es que a mitad de prueba tenemos que pasar, como nosotros decimos, con el gancho, en el sentido de que ya vamos un poco al límite, todavía no al límite de no poder dar más, pero sí pasar muy al límite. Por cómo se ha estado desarrollando en las últimas temporadas, son pruebas muy estratégicas en el sentido de que se hace una primera parte mucho más lenta, con una segunda parte donde hay diferentes cambios, y el último 5.000 es lo que marca la diferencia. ¿Y esto a qué se parece más? Pues a una prueba de medio fondo, incluso. Yo he competido en los 50 kilómetros y en los 35, y es otra película.

"La gesta deportiva en la marcha era que pudieras ganar el 20 y el 50 kilómetros, que son completamente diferentes"

Pero al final en los 35, le pasó a usted y a otros y otras como María Pérez, ganan los mismos que los 20. ¿Se parece más a los 20 que a los 50?

Una de nuestras quejas de cuando quitaron el 50 por el 35 es que aunque sea una prueba de más duración, sigue siendo una prueba más hecha para la gente del 20 kilómetros que para la del 50. Es como si, por ejemplo, con la media maratón y con la maratón, quitas la maratón y pones una prueba de 30 kilómetros, al final ahí es donde llega ese famoso muro al que se enfrentan los maratonianos, o nosotros en el 50 que era a partir del kilómetro 35 precisamente. Estamos hablando ya de otras condiciones fisiológicas y por ejemplo gente que no es tan rápida, por así decirlo, en la marcha, y que se dedique a los 50, no tiene ninguna opción en el 35, en cambio los que sí destacamos en el 20 teníamos más posibilidad de destacar también en el 35 y no podíamos hacerlo en el 50.

¿Le dio pena que quitaran el 50?

Sí, porque al final un verdadero marchador, la gesta deportiva en la marcha era que pudieras ganar el 20 y el 50, porque son pruebas completamente distintas. Ganar el 20 y el 35 está muy bien, evidentemente, pero no es lo mismo.

No se quite mérito...

Bueno, hay que ser sincero, y es una pena porque al final muchos compañeros del 50 no han podido adaptarse a la prueba del 35.

¿Qué tal fue la toma de contacto en Valencia [el pasado 10 de marzo] con el nuevo relevo mixto que habrá en los Juegos de París?

Nosotros habíamos hecho de manera extraoficial bastantes pruebas para sacar todos los datos posibles, puesto que estamos trabajando también con los servicios de la UCAM en tema de fisiología y nutrición, pero esta era la primera prueba oficial. Tiene también su magia, es una prueba distinta, también más parecida al 20 que a los 50, aunque la distancia del relevo sea la maratón, 42 kilómetros y 195 metros. Lo bonito de esta prueba no es ni la distancia ni cómo se desarrolla la prueba, que es hombre-mujer, sino dónde van a ser los escenarios, en el caso de los Juegos Olímpicos se pasa casi por debajo de la Torre Eiffel y en Valencia fue en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Al final es una cuestión de hacer atractiva una prueba o un producto, para que el público pueda consumirlo mejor.

El desafío es el tiempo que están parados [son dos atletas, hombre y mujer, y se dan dos relevos]

Hemos intentado buscar otras pruebas de otros deportes en las que haya algo parecido, y no lo hay. O sea, descansar unos 44 o 43 minutos, no lo hay, y ahí es donde necesitamos ayuda, que nos expliquen todos los datos que podemos extraer, ya sea de glucosa, lactato, pulsaciones, sensaciones, el peso, la hidratación... Porque al final nos enfrentamos a algo inédito, y tenemos poco tiempo. Así que, como ningún país va a estar preparado del todo, estamos intentando tener una ventaja competitiva y estar lo mejor preparados para el 7 de agosto, que es el día de la prueba de los relevos en París.

"El año pasado por estas fechas la marcha estaba fuera... Pero fuera, me refiero, de los Juegos Olímpicos"

El problema con el relevo ha sido que hasta hace poco ni se sabía cómo iba a ser esta nueva prueba. Han fallado los tiempos...

Venimos de una época muy dura para la marcha. El año pasado por estas fechas estábamos fuera, pero fuera me refiero de los Juegos Olímpicos de 2028.

¿Temían de verdad que fuera a desaparecer del programa algo tan mítico?

Sí, sí. El antecedente fue reducir los 50 y cambiarlos por los 35, por una cuestión de que los 50 duran casi cuatro horas y ocupan mucho tiempo en la televisión, que es al final la que manda casi en el Comité Olímpico Internacional. El invento de hacer relevo mixto no nos cuadraba, porque redujeron el 50 por el 35, el 35 dura unas dos horas y media entre hombres y mujeres, y ahora han hecho un relevo mixto, una prueba inédita que no se ha visto nunca, pero que dura casi tres horas, que es media hora más que el 35; entonces era lo que no comprendíamos. Nuestra disciplina tiene que evolucionar, tiene que avanzar, se pueden modificar las distancias, eso no pasa nada, la cuestión es el cómo se ha hecho, sin habernos dado tiempo para prepararnos, porque lo decidieron el año anterior y en un año tú no te puedes poner a hacer grandes cosas para los Juegos Olímpicos. Si en 2021 dicen: mira, en París van a ser el 20 y el 35 kilómetros, y para 2028 habrá un relevo mixto, pues tienes ahí unos cuatro años para poder desarrollar la distancia, pero es que ha sido a falta de un año y además sin contar con los marchadores, con ningún marchador, y sin criterios deportivos, pues han sido extradeportivos. Al final, el proceder es de lo que nosotros nos quejamos. Pero dicho todo esto, nos sentimos orgullosos de que en Los Angeles 2028 va a haber marcha, y prácticamente en Brisbane 2032, porque es en Australia y ellos tiene buenos marchadores y con opción de medalla, y por una cuestión sólo de sacar medalla lo van a querer defender, así que hasta 2032 estamos salvados.

¿Cómo se puede hacer más atractiva la marcha?

Nuestra disciplina sufre de un criterio de subjetividad porque nuestro reglamento dice que hay que ir con los pies con contacto en el suelo “a visión de ojo humano”. Claro, tú me haces una foto y ves que no siempre hay contacto en el suelo con los dos pies, hay una fase de vuelo, lo que pasa es que a lo mejor con el ojo humano no lo ves, pero en la televisión pones la cámara lenta y dices: “Van corriendo, no van marchando”. Entonces, tener que explicarle eso a gente que no ha visto marcha, que es el 97 por ciento de la población, pues cuesta. ¿Cómo podemos luchar contra eso? Aplicando objetividad. ¿Cómo se aplica objetividad? Pues que no dependa todo de un juez, aplicando tecnología. Hay tecnología suficiente para medir el tiempo de vuelo y decir: “Oye, está estudiado que 0,45 décimas de vuelo es indetectable para el ojo humano”. Y se pueden desarrollar varios dispositivos, por ejemplo una plantilla en la zapatilla, y a los que vayan marchando con un tiempo de vuelo superior se los descalifica. Igual que se ha evolucionado en la salida en velocidad, que tienen sensores los tacos, cuando antes era a ojo humano; o en los lanzamientos, que se miden con un láser para que sea lo más justo... ¿Por qué no quieren aplicar esa tecnología en la marcha? ¿Por qué tenemos que seguir siendo tan subjetivos? Ya no sólo es para el espectador, también para nosotros mismos al ver que un juez en un momento dado te puede sacar una tarjeta y a lo mejor tú vas bien y el compañero que va al lado va peor. Yo creo que eso es una forma de ganar atractivo y que el espectador que lo vea, ya sea en persona o por la televisión, entienda lo que está pasando, y no diga: “Si van corriendo...”.

¿Le ha cambiado algo ganar el Mundial?

No, no, no... Ni quiero, además, porque entendemos que por nuestra forma de vida y por cómo lo hacemos hemos conseguido estos grandes resultados, entonces, ¿por qué vamos a tocar algo?

"El dopaje no lo vamos a eliminar, pero lo que depende de las autoridades debe ser eficiente y transparente, y no lo era"

Usted fue una de las caras visibles de los muchos atletas que firmaron una carta para tomar medidas contra la Agencia Estatal Antidopaje (CELAD) y su funcionamiento. ¿Cómo se gestó todo?

La gente se escandaliza porque están saliendo muchos casos de dopaje en el atletismo español últimamente, y veníamos de unos años en los que no salía ninguno. Entonces, ¿qué pasa? ¿Que antes no se dopaban y ahora sí o quizás que antes no se hacían bien las cosas y ahora a lo mejor se están empezando a hacer bien? Es muy doloroso ver esto. Todo empieza en verano, antes del Mundial, Rober Aláiz [fondista español] se pone en contacto conmigo: “Tenemos que hablar del tema antidopaje porque las cosas se están haciendo muy mal en España”. Y yo le dije que habláramos después del Mundial. Ya en diciembre era una noticia tras otras de la CELAD, y en enero redactamos un escrito, que lo redacté yo junto a Rober Aláiz y Gonzalo García [mediofondista español]; necesitábamos que se sumasen el máximo de atletas, y digo atletas, que me hubiese gustado que se sumasen también de otros deportes, porque la CELAD no es sólo atletismo, pero como estábamos esperando que se sumaran el máximo posible lo sacamos un mes después y al final digamos que hemos llegado un poco tarde, porque nosotros lo que pedíamos entre otras cosas era la destitución de Terreros [exdirector de la CELAD] y ya se hizo. La situación es que era ya desesperante, quiero decir, el dopaje no lo vamos a eliminar. Hay gente que dice que sí, pero no lo vamos a eliminar, es como decir que se deje de matar o de robar, lo podrán minimizar, pero no lo vas a eliminar. Ahora bien, lo que dependa de las autoridades antidopaje tiene que funcionar de la mejor manera posible, con eficiencia y transparencia, y no estaba funcionando. Dicho esto, he visto que ya han destituido al número tres, porque no era sólo cargarse a la cabeza de la agencia. Me alegro de que Silvia Calzón, la nueva directora, con la que me reuní, y con el secretario de Estado, José Manuel Rodríguez Uribes, lo hayan hecho.

¿Cómo fue la reunión?

Bueno, yo fui con el cuchillo en la boca, era lo que tocaba, pero ellos me recibieron rápidamente, que eso también lo destaco, y me aseguraron que iban a hacer muchos movimientos en la agencia como los que estamos viendo. Por eso también están saliendo positivos. Yo veo bien lo que se está haciendo, también te digo que todavía queda mucho camino, pero es verdad que de estos primeros pasos estamos bastante contentos. Nosotros los deportistas es lo mínimo que podemos hacer, al final somos los principales actores, pero también los principales perjudicados, por eso hemos tenido que movernos, porque que un compañero se haya estado dopando, no se le haya estado sancionando, haya estado compitiendo, pueda competir con la selección española, le está quitando premios, becas y el competir con la selección a otro y no lo esté haciendo limpiamente...

¿A usted le controla la Agencia Mundial Antidopaje?

A mí, las dos, la española y la internacional, pero puede haber casos en los que sólo la española, o la internacional y no la española.

Pero a usted, que es superélite, la internacional...

Sí, perovme han hecho pocos controles, también te lo digo, no puede ser normal.

¿No le ha hecho muchos la internacional o la española?

Ambas. Sólo he pasado desde Budapest, desde agosto, tres controles... Deberían hacerme muchos más, y estoy tirando piedras contra mi tejado, que vienen a las 6 de la mañana a casa, pero joder.

¿Es complejo el sistema ADAMS [tienen que apuntar en una aplicación dónde van a estar una hora al día, todos los días del año, por si les quieren hacer un control]?

Una cosa que dijo Katir [el atleta español suspendido por tres faltas] en parte tiene razón, y es que la aplicación falla. La aplicación se puede tener en el móvil, pero a mí en el móvil no me funciona, si en un momento dado tengo que cambiar la hora de localización y tengo sólo el móvil y no el ordenador, no puedo cambiarlo. Ahora, dicho esto, eso a mí no me quita buscar otras vías, porque hay un correo en caso de que falle la aplicación y demás, pero es verdad que la aplicación debería funcionar mucho mejor. Al igual que otra cosa: cualquier comunicación que se le haga a un deportista todo es en inglés. Yo sé hablar inglés y no hay ningún problema, pero estamos hablando de que hay incluso menores de edad a los que les llega una carta con la que se pueden estar jugando su carrera deportiva y está todo en inglés, y tampoco es esto.

Si tiene una falta en un control, le avisan...

Si tú tienes un fallo, tienes que explicar por qué, aunque sólo se quede en un fallo y no vuelvas a tener otro. A mí me pasó, creo que fue en 2016, estaba en un viaje y se me olvidó cambiar la localización, me preguntaron y dije: “Estaba en un viaje y se me ha olvidado”. Contestaron: “Muchas gracias por tu honestidad... Tienes un fallo”.

¿Alguna vez ha tenido la sensación de competir contra dopados?

En la marcha uno de los grandes problemas que hemos tenido ha sido Rusia. Sus marchadores han sido muy buenos y ahí se ha descubierto que iban todos dopados, además era un dopaje de Estado. Muchas veces cuando he competido con ellos he tenido la sensación de decir: “No estoy del todo seguro de si me ha ganado limpiamente”; porque a veces era muy exagerado. Pero es verdad que esto es desagradable pensarlo, que te gane uno y pensar que va dopado. Ellos mismos pueden pensarlo ahora de mí. Si la agencia mundial antidopaje y la agencia española funcionasen genial pues no habría que tener esa duda.

Es un atleta con mucha conciencia social, ¿de dónde le viene?

Yo soy de pueblo, de un pueblo de 6.000 habitantes. Mi padre, aparte de ser funcionario, antes era perito agrícola y ahora es ingeniero agrícola; aparte, tiene un olivar y me acuerdo que de pequeño nos llevaba allí a trabajar. Venir de un pueblo e ir a la ciudad te hace ver las cosas de manera muy diferente. Yo tengo un sentimiento más de comunidad que de sociedad, esto lo he estudiado en Ciencias Políticas, comunidad es algo más cercano y estamos más unidos, mientras que la sociedad... Somos la sociedad española porque en el DNI pone español y ya está, pero si se cae el vecino de al lado tú puedes pasar de largo y te da igual. En ese sentido, me gusta ser más participativo, tener iniciativas en diferentes cosas, sobre todo en el deporte.

"Se habla de ayudas, pero son premios porque se dan cuando se han logrado los resultados. Tendría que ser antes"

Renunció, por ejemplo, a ser nominado a Atleta Español del Año en 2022 porque no estaba de acuerdo con el reparto de ayudas, aunque a usted no le afectaba.

Me da pena pensar que se pueden hacer las cosas de mejor manera. Soy consciente de que la Federación no quiere putear conscientemente a la gente, pero sí creo que las cosas se pueden hacer mejor y aunque a mí no me afecta, me preocupa, porque yo quiero que el atletismo español siga si yo estoy compitiendo o no, y veo que hay ciertas generaciones que se están hipotecando. No podemos vivir a corto plazo, tenemos que mirar a largo plazo, se está volcando todo ahora para París, pero París se acaba y llega Los Ángeles... También el Gobierno vende mucho: “Vamos a ganar más medallas en París [que el récord de 22 de Barcelona 1992]”. Bueno, y si lo conseguimos, ¿qué? En Los Ángeles, ¿qué? Está todo volcado a París. Le pasa lo mismo a mi Federación, vive mucho de la generación actual, pero las generaciones que vienen, ojo porque no están tan bien cuidadas como estamos nosotros, por eso lo defendí y por eso renuncié a candidato a Mejor Atleta Español.

Le da la impresión de que los jóvenes que salen es generación espontánea...

Aunque se intentan aplicar programas, que se llama Programa de Detección de Talento, al final todo sale porque hay un entrenador que vive por amor al arte al atletismo, le tiene mucho cariño y mucho cuidado y le cuesta dinero hacer lo que hace, y por un atleta que por “h” o por “b” tiene suerte y sale de la nada. O sea, no ha habido una detección de talento para sacar una María Vicente, un Mariano García... Está gente ha salido porque ha salido, ahí no está la Federación detrás, pero una vez salen tienes que cuidarlos para que lleguen. Ese es el camino difícil y es donde creo que está fallando la Federación y es donde creo que mi política es diferente a la suya.

¿Usted siempre ha sido profesional del atletismo?

Yo digo que he sido profesional porque he podido dedicarme plenamente a ello. He tenido la suerte de que he estado viviendo diez años en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, y al final tener una beca interna... Imagínate para una familia no tener que gastar en un piso en Madrid ni vivir en Madrid, porque lo tenía todo pagado, entonces yo he tenido ahí suerte. A lo mejor de otra manera, como está el sistema actual, si no estás en Madrid no puedes dedicarte plenamente al atletismo, es imposible. Además, mi disciplina requiere estar mucho tiempo de concentración en altitud, eso vale muchísimo dinero. A lo mejor veo un chaval de 17 años que me dice que quiere dar el salto a nivel absoluto, y me pregunta que cuánto dinero creo que se tiene que gastar, invertir, para concentraciones y demás; pues échale al año que van a ser 5.000 o 6.000 euros, sin hablar de fisioterapia, si necesita un psicólogo o un nutricionista... Al final es muchísimo dinero, por eso digo que muchos chavales se están hipotecando, y el problema es que además eso no te garantiza tampoco que vayas a llegar arriba. Antes se hacían las cosas de otra manera y ahora con la nueva etapa de Raúl se hacen las cosas muy diferente.

El sistema en general es un poco conseguir el resultado para tener los recursos.

Lo que se da supuestamente es una ayuda, y yo digo que no, que es un premio, porque si tú has tenido que ir al campeonato internacional, ser finalista y después de obtener todo eso te dan esa ayuda, eso es un premio. Yo lo que quiero corregir es que no se dé después, sino durante, en el camino, en el proceso de llegar. Se ha dado el caso que a los Juegos Olímpicos de Tokio fueron dos atletas a competir y no tenían ayuda de la Federación Española, se la dieron después de los Juegos. Pero claro, llegar a clasificarte a unos Juegos Olímpicos es muy, muy, muy difícil y cuesta mucho dinero, y tú le das la ayuda después; claro, ahora es muy fácil ayudarme porque ya he conseguido “x” resultados, lo difícil, y donde de verdad deberíamos estar todos apretando, es en detectar aquellos casos en los que hay que ayudar para decir: oye, mira, es que tenemos una María Vicente que si la ayudamos y está un año trabajando profesionalmente en esto, va a llegar, va a llegar a conseguir grandes resultados. Ahí es donde hay que hacer la filosofía, si de verdad es una ayuda, que sea antes, lo de después es un premio.

Dio una charla en una cárcel, ¿cómo fue?

Estudie Derecho y en derecho penal, la pena tiene dos componentes: uno, la pena corresponde con el delito que has hecho, pero la otra parte de la pena es la reinserción, porque no tiene sentido meter a alguien en la cárcel “x” años y saber que cuando salga va a volver a cometer el mismo delito. Los presos con los que yo traté eran casi todos de tema contrabando de drogas y gente que al final se veía casi abocada a ello: mira, yo no tengo ninguna salida laboral, tenía que mantener a mi familia y me dijeron: “Cárgame todo este tabaco de Portugal e intenta meterlo”; le pillaron y ahí está. Al final ahí la reinserción tú me dirás lo difícil que es, pero dicho esto, sí que quería meterme en la cárcel para ver cómo es una cárcel por dentro, porque nosotros tenemos una imagen digamos muy de película, de novela, de sitios fríos con gente muy mala, y al final pues evidentemente hay mucha gente que tiene que estar ahí por el delito que ha cometido, pero es también gente normal, que no quiere estar ahí, que quiere salir y tener una vida normal, tener a su familia y ya está, y te da pena. Por ejemplo,

"Tenemos una imagen muy de película de lo que es una cárcel: un sitio frío con gente muy mala, pero..."

. Pasé dos o tres horas con ellos y ellos superagradecidos, imagínate su situación, incluso alguno decía que tenía familia en mi pueblo y no sabía que estaba en la cárcel, que pensaban que estaba en Alemania... Pues que alguien llegue y les trate como personas... Fue tanto para ellos como para mí, el sentirte lleno, y a través del deporte, el ajedrez, si puedes echar una mano... Al final uno sale de allí muy destrozado, pero con algo de esperanza de decir: si de los 100, a uno le ha valido la pena para que salga y no vuelva a cometer el error de delinquir, pues merece todo el esfuerzo posible.

¿Ahora estudia algo?

No, pensé en meterme en una tercera carrera, pero con los Juegos... Estoy haciendo el B2 de inglés y un B1 de francés. El inglés prácticamente sé hablarlo y me falta certificarlo, y el francés como no tenía ni idea, pues me metí en ello, y está suponiendo un reto.