Cristina Ouviña: «Será un partido de dos cafés»

España se juega el pase a la semifinal ante Canadá, que nunca ha superado los cuartos en un Mundial.

La encargada de aumentar las revoluciones de la Selección desde el banquillo, Cristina Ouviña (18-9-1990, Zaragoza) se tomará hoy «uno o dos cafés» antes de jugar con Canadá. «Lo hago antes de los partidos grandes o de Euroliga. Me pongo muy nerviosa desde que me visto en la habitación, pero son nervios buenos porque bailando o haciendo un poco el loco o el tonto se me pasa. Pero hoy son dos cafés».

¿Hay alguien en este grupo que alce la voz en el autobús, como en 2013 Elisa Aguilar antes de la final del Eurobasket con aquel «ganamos por lo civil o por lo criminal»?

Ya no está una figura como la de Elisa, pero en el vestuario ante Senegal fue Laura Gil la que dijo “tías, tenemos que dar lo máximo, hay que darlo todo”. Siempre hay una voz cantante, pero va cambiando. Muchas jóvenes que entramos entonces en el grupo vimos lo que significaba la Selección. Somos doce amigas y las nuevas no parecen nuevas.

¿Cómo están después de los octavos? El seleccionador habló de ansiedad y miedo a ganar...

Una cosa es lo del partido a partido, pero si todo el mundo está hablando sobre lo de ser primeras de grupo pues te lo crees. Y cuando ves que no has sido primera y te juegas los octavos hay una presión añadida. Puede haber habido algo de ansiedad, pero al final se ha conseguido el primer objetivo. Y también es inevitable pensar en que estamos muy cerca de algo muy grande. Hay muchas emociones, muchos nervios, muchas ganas... Comenté con Anna Cruz –su compañera de habitación– que acabamos con unas sensaciones tan buenas ante Senegal que era como que queríamos jugar los cuartos ya.

¿Preocupa más Canadá o cómo esté España?

Tenemos que preocuparnos de nosotras, porque hemos sido bastante irregulares y hay que estar en la misma línea desde el primer minuto hasta el final. No estamos siendo constantes y por eso sufrimos tanto. Hay que seguir la línea de los dos primeros cuartos ante Japón y de después del descanso ante Senegal, cuando estuvimos superconcentradas. Ellas, aunque nunca han superado los cuartos, nos van a obligar a estar a tope atrás y acertadas en ataque.

El año no empezó bien, pero puede acabar a lo grande...

Si hace 10 meses, cuando me lesioné, me dicen que iba a estar aquí, no me lo creo. Lo he sabido llevar bien psicologicamente, tener objetivos a corto plazo y que mi club me dejara venir a España a recuperarme con mis médicos y mis fisios en Zaragoza... También he tenido la suerte de coincidir con Laia en el Bourges, porque me ha permitido conocerla como persona, y ella me facilitó mucho la vuelta al equipo después de la lesión. También me ha ayudado a meterme en el grupo aquí porque es un bloque hecho en el que varían muy poco las jugadoras y puedo haber estado viniendo aquí una semana cada año, pero en una semana no te haces con nadie. Y yo jugando en el extranjero, sin españolas en el equipo, Laia me ha venido muy bien.

De vuelta, cinco años después

Ouviña fue una de las protagonistas en el comienzo de la Edad de Oro de la selección femenina. Fue campeona de Europa en 2013 y cuando se confirmó su regreso cinco años después, casi no se lo creía. «Decía: “que estoy, que estoy, ostras que estoy’’. Porque había muchos fantasmas del pasado, de quedarme fuera al final, de que hasta que no lo dijera Lucas nada, pero estoy encantada y lo estoy disfrutando mucho».