FC Barcelona Regal

«Sergio, te queremos; Sergio, quédate»

La Razón
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La admiración por Llull se mezcló con una especie de adiós en el Palacio. Su camiseta es la preferida de los aficionados, que ya empiezan a echar de menos a una de sus estrellas. «Se irá un par de años y luego igual vuelve, como hizo Navarro», decía un chico a la salida del pabellón, después de ver la victoria del Real Madrid con el base balear en plan NBA. Los Rockets están convencidos de que Llull es la mejor opción que tienen a su alcance para el puesto de base y actuaciones como la que ayer firmó Sergio no ayudan a que los de Houston cambien de opinión. Llull posee todo lo que hace falta, incluido el dorsal (23), para ser apetecible al otro lado del charco. Tiene carisma y conexión con los aficionados, un físico descomunal y una muñeca explosiva. Ayer cerró el puño con fuerza al anotar su primer triple, como una premonición de lo que vendría después: una serie de 5 sin fallo en el primer cuarto y 6 de 8 como saldo final desde el 6,75. El BarclayCard Center pareció el Oracle Arena cuando Curry o Thompson (los «splash brothers») engancharon una racha imposible para los rivales. En Oakland, la gente se lleva las manos a la cabeza al tiempo que disfruta, lo mismo que ayer hicieron los madridistas con la exhibición del todavía base blanco. Él se marchó levantando el pulgar, cerrando una despedida no confirmada, pero que se intuye. Los cinco millones de penalización son asumibles si es cierto que le ofrecen 15 por tres temporadas y él, que siempre lo vio como algo lejano, cree que es el momento de dar el salto. La gran temporada del Madrid puede llevarse también al otro Sergio a los Estados Unidos. Muchos equipos creen que su juego ha crecido desde que volvió a España y tiene un hueco mucho más amplio allí que en su primera aventura. Los dos seguirían los pasos de Mirotic, que ayer estaba en la grada junto a Ibaka. Mucha NBA en la final de la Liga Endesa.