Fútbol

“Camavinga sacrificó su vida por el fútbol”

Mathieu Le Scornet fue una de las personas claves en la infancia del centrocampista francés del Real Madrid. Primero como entrenador y luego como amigo de Eduardo

Ambos siguen guardando una gran amistad
Ambos siguen guardando una gran amistad.

Eduardo Camavinga está siendo una de las piezas clave del Real Madrid en 2023. El galo acumula 20 titularidades en los últimos 22 partidos y sumará una más ante el Chelsea en la ida de los cuartos de la Champions. Es su momento. Mathieu Le Scornet es una de las personas que mejor conoce a Camavinga. Fue uno de sus primeros entrenadores en las categorías inferiores del Rennes y, posteriormente, asumió el rol de tutor del futbolista. Allá donde iba Eduardo, ahí estaba Mathieu. Le Scornet, que, además, era una de las manos derechas del entrenador del primer equipo Julien Stéphan, quien le encargó estar muy pendiente de él. La historia terminó de la mejor manera posible: Camavinga siendo la estrella del equipo y fichando por el Real Madrid.

“Conocí a Eduardo cuando tenía 10 años. Era sólo un niño, pero ya se le veía diferente. Caballeroso, con buena educación y un futbolista que jugaba de manera increíble, agradable y colectivamente. Su comportamiento con el equipo era fantástico. Su carrera se resume en que progresaba diariamente. He visto jugar a muchos futbolistas que me han sorprendido, pero el caso de Camavinga es distinto. La calidad era fácil de ver, pero la actitud y las ganas de querer más eso fue lo que marcó la diferencia. No se conformaba, aunque sabía que lo estaba haciendo muy bien, siempre más, más y más. Una persona que está en zona de confort es difícil que ascienda en el mundo del fútbol. Eduardo es un ejemplo para todos sus compañeros que también tenían el sueño de jugar algún día en el Real Madrid”, desvela Mathieu.

La llegada de Camavinga al Real Madrid en 2021 a cambio de 45 millones de euros ya es historia del fútbol francés. El PSG quería incorporarle, pero el conjunto blanco se adelantó. Le Scornet fue clave para que el centrocampista supiese gestionar sus emociones con solamente 17 años cuando ya sonaba para el Madrid y el PSG. “Tiene una personalidad de entusiasmo y respeto. Siempre estuvo muy motivado por el fútbol y siempre buscaba progresar y desear lo mejor para nuestro equipo. Sacrificó su vida por el fútbol. No es suerte, es trabajo y más trabajo. Un día normal en la vida de Camavinga era levantarse a las 6:00 de la mañana, ir a la escuela de 8:00 a 16:00, ir al fútbol 16:30 a 18:00, regresar a casa 19:30, hacer el trabajo escolar hasta las 21:00 y ya se iba a dormir".

También es importante la paciencia que tuvo en su transición hacia el primer equipo. Su entrenador fue muy inteligente y supo darle oportunidades en los momentos claves para que al chico no le perjudicara un escenario tan grande”, afirma.

La familia de Camavinga, con Florentino Pérez
La familia de Camavinga, con Florentino PérezLa Razón

“Eduardo ama al Real Madrid. Es su sueño. Siempre quiere lo mejor para el equipo y sabe aguantar bien en los momentos de dificultad. Mentalmente está muy preparado para triunfar. Como la mayoría de futbolistas también ha tenido momentos buenos y malos, pero él nunca tira la toalla. Sabe que siempre puede mejorar en muchos aspectos y es el primero que busca progresar para ser un futbolista lo más completo posible”, confiesa.

El otro entrenador que le marcó

Otra de las personas que cambió la vida de Camavinga fue Julien Stéphan. El ex entrenador del Rennes fue el responsable de darle minutos en el primer equipo. "Él antes estaba en las inferiores del Rennes y siempre jugaba con los mayores. Yo entrenaba al filial y le veía mucho. Por eso le convocaba a los entrenamientos con el B y la temporada siguiente le puse de titular. Jugó todo y luego, cuando me nombran entrenador del primer equipo no dudo en darle minutos. Identifiqué su enorme potencial. Yo no miré si tenía 16 años o 20. El talento no sabe de edad y cuando se está listo tiene que ser así y punto. Tratamos de prepararle para que entrase en el equipo y veíamos señales para pensar en que eso no era precipitado. Sabíamos que iba a salir bien y al final de la temporada pasada le hice debutar y está explotando literalmente", aseguro Julien al diario "AS".

"Siempre le dije de seguir alguna temporada más en el Rennes porque es su club de formación y cuantos más minutos juegue más preparado hubiera estado para ese salto natural y lógico al Madrid. Ya dije hace tiempo que hay una diferencia entre poder jugar una temporada de alto nivel en su club de formación y poder jugar unos 60 partidos por campaña en un club gigante cada tres días", resume Stéphan.