Boxeo

Carlos Ramos y Tinín Rodríguez: "Carlos es un animal indomable"

El boxeador español y su entrenador debaten acerca de su relación tanto dentro como fuera del ring y hablan sobre el próximo reto: el asalto al campeonato europeo del peso pluma

Carlos Ramos levantando el título de la Unión Europea del peso pluma
Carlos Ramos levantando el título de la Unión Europea del peso plumalarazon

El boxeador español y su entrenador debaten acerca de su relación tanto dentro como fuera del ring y hablan sobre el próximo reto: el asalto al campeonato europeo del peso pluma

Carlos Ramoses el actual campeón de la Unión Europea de peso pluma, Tinín Rodríguez es su entrenador y ambos parecen hermanos; en medio de un combate, la televisión refleja una actitud podría decirse incluso hostil entre ambos, con malos comentarios e incluso zarandeos por parte del míster a su púgil; en la distancia corta "se quieren": no paran de reírse, de hacerse bromas, de mostrarse cariño y de burlarse el uno del otro. El éxito conseguido por el boxeador español es fruto de su talento, su fuerza extremadamente alta y su agilidad, pero no sería nada sin esa voz que grita en la esquina: "¡Dame una abajo, Carlos, coño!"o sin ese entrenador que, al acabar un asalto, le espeta a su púgil: "¿Te quito los guantes y me voy?".

El combate no fue nada fácil: tras unas primeros asaltos de claridad de Carlos Ramos, su rival, Razaq Najib, comenzó a moverse por el ring, convirtiéndose en una mosca para los guantes del español: "Al principio daba mucha pelea: del primero al sexto dio mucha guerra. A partir de ahí comenzó a moverse, a hacer un boxeo de movilidad, y costaba encontrarle los huecos [...] Yo quería ganar por knockout, no se pudo pero sí a los puntos: eso también vale", explica el boxeador. Mientras Najib rehuía el combate, Carlos trató de desesperar al rival: comenzó a hacer gestos provocativos con los brazos y a poner muecas a modo de burla para "buscar"a su rival: "En el boxeo se juega mucho con la psicología: yo hice esos gestos para sacarle de su sitio y a ver si con esa actitud reaccionaba de otra manera. Sin embargo, nada cambió: no se quedó en ningún momento, siguió con su estrategia... Y acabamos ganando", sentencia.

Sobre eso, sobre psicología, sabe bastante Tinín: ha tenido que lidiar con púgiles como Ángel Moreno, Jon Fernández o Kiko Martínez, cada uno hijo de su padre y de su madre y con una mentalidad diferente para afrontar situaciones dispares. El trabajo proyectado hacia Carlos Ramos es muy diferente al que tiene que realizar con cualquier otro de sus pupilos: "Lo único que busco así es activar su sistema de alerta, y funciona. Carlos es un animal indomable: tiene unas características como boxeador impresionantes, pero no domina su mente como él quisiera encima del ring". Así, la actitud agresiva y autoritaria con su boxeador no responde a una mala relación entre ambos, sino a una mentalidad indómita que necesita ser controlada: "Yo esa actitud sólo la he mostrado con Carlos: nunca jamás me verás ni me habrás visto en un combate con otro boxeador del equipo así. Pero esto es un proceso de cambio donde yo me tendré que regular en la esquina para dar menos y él tendrá que hacer lo mismo para dar más", evalúa Tinín.

Y es que, como comenta el entrenador, "al contrario de lo que piensa la gente, que piensa que estamos discutiendo, Carlos y yo nos queremos un montón"-y continúa- "nosotros trabajamos para ganar, no para el público: aunque parezca que estamos de bronca y eso se vea, estamos buscando activar su sistema de alerta, y si para eso hay que picar piedra, lo haremos". Y el púgil lo secunda: "Yo soy un boxeador que a veces se duerme en los rounds: personalmente le pedí que me metiera un poco de intensidad en cada asalto... Es verdad que se pasó un poco (risas) pero hizo su trabajo y yo el mío: se lo pedí y sirvió para mejorar cada tres minutos". Así, el binomio tiene color de ir para largo: "Él es mi entrenador, voy a seguir trabajando con él porque estoy muy contento así y vamos a conseguir muchos más títulos para el boxeo español", afirma tajante.

El futuro de ambos tiene nombre y apellidos: Andoni Gago. Como dicen en esto del deporte (y en esto de la vida), "para ser el mejor hay que enfrentarse a los mejores". Pues si el mejor es el vasco, a por él: "Yo quiero hacer ahora el europeo absoluto. Gago es un boxeador al que respeto: se ha ganado su posición. Pero ya le dije con todo el respeto que quería pelear con él y que si la afición también quería, ¿por qué no?", comenta Carlos; "Queremos el EBU: estamos mirando los pasos de Marc Vidal, Andoni Gago o hasta Jesús Sánchez para ver cuanto antes cuándo podemos hacer a Carlos campeón absoluto de Europa". De todas las posibilidades que se barajan sólo hay una cosa cierta: salvo hecatombe, en una de las esquinas del asalto al título europeo de peso pluma estarán Carlos Ramos y Tinín Rodríguez, juntos, como viene siendo habitual.